Un diagnóstico energético, con el año 2016 como base, ha sido la fotografía a partir de la cual los técnicos del Ayuntamiento y los expertos de la Fundación Renovables han elaborado la Estrategia Energética de Valencia 2020-2030, documento que marca los objetivos de la ciudad a diez años vista. La fotografía no ha mostrado una realidad energética particularmente atractiva. Antes al contrario: ha revelado que los combustibles fósiles representan más del 68% de la demanda global de energía en la ciudad, siendo el gasóleo de automoción la fuente más empleada, con un 45% en 2016 (60% del consumo si sumamos la gasolina). Además, Ayuntamiento y Fundación han observado cómo la reducción de consumos a lo largo de los años "no ha significado una mejora en su distribución por fuentes de energía hacia aquellas menos contaminantes y más eficientes". Y, por fin, como tercer gran dato no positivo, los autores han constatado en su diagnóstico que el nivel de electrificación estaba en 2016 (32%) prácticamente a la misma altura que en 2007 (31%), "lo que es claramente insuficiente -recalcan en la Fundación- en un sistema del futuro que tiende al 100% de electrificación de la demanda".
Pues bien, a partir de ahí, la Estrategia -explican desde la Fundación- quiere situar a Valencia, desde "la premisa de la urgencia de la emergencia climática que vivimos", entre las ciudades más sostenibles y comprometidas en la lucha contra el cambio climático de España y de Europa. Para ello, la propuesta que hacen Ayuntamiento y Fundación en este documento pasa por "la electrificación de la demanda, la apuesta por el autoconsumo, la transformación hacia una movilidad sostenible y la rehabilitación energética, teniendo en cuenta que la energía es un derecho y un bien básico de la ciudadanía".
Horizonte 42
Los objetivos propuestos para la Valencia de 2030 entrañan "una gran ambición", según la FR, que destaca entre ellos el incremento, hasta el 42%, de la electrificación de los consumos de energía de la ciudad (junto con la reducción que conlleva del 40% de los consumos energéticos, gracias a las medidas de eficiencia y de ahorro que se proponen). El colectivo de expertos considera "también especialmente relevante la propuesta de que un 10% de la producción con energías renovables sobre la demanda para 2030 sea mediante autoconsumo fotovoltaico, además de una reducción del 60% de emisiones de Gases de Efecto Invernadero". [La tabla que aparece junto a estas líneas recoge los principales objetivos a 2030].
En este sentido, la estrategia propuesta plantea que el Ayuntamiento de Valencia sea el principal impulsor, convirtiéndose así en el eje vertebrador de las iniciativas y políticas energéticas para llevarlas a cabo, asumiendo la ciudad su principal papel como agente del cambio de modelo energético a nivel local.
Para ello -explica la Fundación-, generará una base de datos energéticos de los edificios municipales y fomentará el uso de autoconsumo en cubiertas, mobiliario urbano y aparcamientos municipales, sin olvidar que se rehabilitarán anualmente el 10% de los edificios municipales de más de 1000 metros cuadrados y se propone ir renovando la flota municipal progresivamente hasta alcanzar su electrificación al 50% en 2030.
Para la aplicación continua de estas medidas, el Ayuntamiento de Valencia cuenta con un grupo de trabajo por la Transición Energética de Valencia que aúna a la sociedad civil, al mundo académico, a las empresas privadas, a divulgadores y a las administraciones públicas.
Movilidad
La movilidad sostenible es también uno de los principales ejes de la estrategia energética 2020/2030, por la alta dependencia del transporte de los combustibles fósiles, lo que hace necesarios -explican desde la Fundación- cambios profundos que van desde la electrificación hasta el fomento de la movilidad activa, "priorizando siempre al peatón frente al vehículo motorizado en las políticas de desarrollo urbano".
La estrategia propuesta pretende dar así mismo un impulso a Valenbisi. ¿Cómo? Aumentando la trazabilidad con carriles bici que unan los distintos puntos de interés de la ciudad, restando espacio al vehículo privado para su creación , e incrementando las zonas de estacionamiento seguro para bicicletas.
Asimismo, y aparte de "la más que indiscutible electrificación y mejora del transporte público", la estrategia apuesta por el fomento de las plataformas de uso compartido de vehículos y fija como objetivo mínimo la instalación de 350 puntos de recarga públicos en 2030 (actualmente existen cinco).
"En definitiva -explican desde la Fundación-, la hoja de ruta para la estrategia energética de 2020/2030 para la ciudad de Valencia es una guía para que la ciudad se transforme y lidere el cambio de modelo energético local, cambiando su comportamiento y sus usos energéticos, apostando por acelerar hacia el futuro y trabajando desde la urgencia del presente".