La ministra uruguaya de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, afirmó en rueda de prensa que la emisión, concretada el jueves pasado, es única en el mundo. “Es la primera vez que un instrumento ata los compromisos del Acuerdo de París que los países presentaron ante Naciones Unidas, con una consecuencia. Hasta ahora (los bonos verdes) habían presentado sus objetivos pero no había una consecuencia concreta de no cumplimiento”, enfatizó la ministra, según recoge la prensa local.
Arbeleche dijo que la operación implicó 1.000 millones de dólares por dinero en efectivo y los restantes 500 millones destinados a recomprar bonos elegibles, y “tuvo un tamaño importante para poder transar en el mercado y tener liquidez” sin ser castigado.
“Dentro de la política de prefondeo que tiene el Gobierno, estamos en una buena situación con estos recursos que son importantes; no vamos a estar emitiendo un bono con estas características de forma frecuente, como hacíamos ya con los bonos globales, que íbamos al mercado una o dos veces al año”, añadió, ante la pregunta de los periodistas sobre si se repetirá la emisión.
El ministro de Ambiente, Adrián Peña, que también participó en la rueda de prensa, calificó la iniciativa como “un verdadero hito en la política ambiental del Uruguay”, pues, dijo, “supone una sinergia importantísima entre la economía y el medio ambiente”.
“Estamos ante un momento que verdaderamente supone un punto de inflexión y que tiene que ver con lo que hemos tratado de encarar desde el comienzo en el Ministerio de Ambiente (creado en 2020), que es la integración de la dimensión ambiental en el diseño de las diferentes políticas sectoriales”, señaló Peña. El titular de Ambiente añadió que Uruguay demuestra con este paso que tiene una “robustez” en su política ambiental, iniciada bajo el último mandato de Tabaré Vázquez (2005-2010 y 2015-2020), en 2017.
De acuerdo a los datos oficiales del Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático del país, la meta de Uruguay en cuanto a la conservación de bosque nativo implica mantener su 100 % de superficie de 2012, con 849.960 hectáreas, meta que, según el monitoreo, avanza de momento con un cumplimiento total.
En cuanto a los gases de efecto invernadero, el país se comprometió, en el marco del Acuerdo de París, a reducir sus emisiones de dióxido de carbono por unidad de Producto Interior Bruto (PIB) a 24% y llevar las de óxido nitroso y metano a 48% y 57%, respectivamente; metas que ya superan el 80 % en su nivel de avances.
Ambas metas se deben alcanzar para 2025.