El mundo está lejos de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 7 sobre la energía en 2030. Según un informe de la Agencia Internacional de Energía, la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena), la División de Estadística de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud, las medidas adoptadas no bastarán. Se trata de un informe de seguimiento del ODS 7 (Tracking SDG 7: The Energy Progress Report). Es decir, se centra en la meta de ofrecer a todas las personas energía asequible, segura, sostenible y moderna. Incluye dar acceso universal a la electricidad y a la posibilidad de cocinar con combustibles no contaminantes, duplicar los niveles históricos de mejora de la eficiencia y aumentar significativamente la proporción de energías renovables en la combinación energética mundial.
Como retratan en la nota de prensa, “la consecución de este objetivo mejorará enormemente la salud y el bienestar de las personas, ayudará a protegerlas de riesgos medioambientales y sociales como la contaminación atmosférica y permitirá ampliar el acceso a la atención y los servicios de salud básicos”. Aun así, se augura que los avances en algunos puntos son insuficientes. De momento, señalan que "675 millones de personas no tienen electricidad y 2.300 millones usan combustibles nocivos para cocinar".
Francesco La Camera, Director General de Irena: "para alcanzar el ODS 7 sin comprometer el logro de las metas relativas al cambio climático es preciso modificar el sistema de cooperación internacional"
Las propuestas frente a la crisis energética mundial son potenciar las energías renovables y mejorar la eficiencia energética. En el texto señalan que varios países han aplicado políticas que demuestran el aumento de la inversión a este respecto, pero que las estimaciones de la Irena indican que los flujos internacionales de financiación pública en energías no contaminantes hacia los países de ingresos medianos y bajos han disminuido desde antes de la pandemia de COVID-19. Por otra parte, los fondos se destinan a un pequeño número de países. "Para alcanzar las metas del ODS 7 y asegurarse de que la población se beneficia plenamente de las ventajas socioeconómicas de la transición a las energías sostenibles, se debe reestructurar la financiación pública internacional y buscar nuevas formas de desbloquear la inversión", proponen.
Además, el informe señala que la deuda creciente y el aumento de los precios de la energía reducen las posibilidades de lograr el acceso universal a la electricidad y los medios no contaminantes para cocinar. De acuerdo con las previsiones, 1.900 millones de personas carecerán de acceso a métodos no contaminantes para cocinar y 660 millones no tendrán acceso a la electricidad en 2030 "si no se toman nuevas medidas y no se persevera en los esfuerzos actuales". Estas carencias repercutirán negativamente en la salud de las personas más vulnerables y acelerarán el cambio climático. Según la OMS, 3,2 millones de personas fallecen cada año por enfermedades causadas por el uso de combustibles y tecnologías contaminantes, que aumentan la exposición a niveles tóxicos de contaminantes en el aire de interiores.
Principales conclusiones del informe
Los flujos internacionales de financiación pública de las energías no contaminantes en los países en desarrollo ascendieron a 10.800 millones de dólares en 2021, una cifra que se sitúa un 35% por debajo de la media de 2010-2019 y corresponde solo al 40% de los 26.400 millones alcanzados en 2017. En 2021, 19 países habían recibido el 80% de los fondos que les habían prometido.