En los cinco años transcurridos desde el Acuerdo de París, las emisiones han aumentado de 53.000 millones de toneladas de CO2 en 2015 a 55.000 millones de toneladas. Ni siquiera la profunda contracción económica provocada por el COVID-19 ha conseguido desviar el curso de los acontecimientos. Está claro que el mundo no va por buen camino para evitar el peligroso e irreversible cambio climático. Pero, ahí no acaba la historia.
El informe The Paris Effect, realizado por la consultora internacional Systemiq, con el apoyo de Nickolas Stern (presidente del Instituto de Investigación Grantham sobre el Cambio Climático y el Medio Ambiente de la London School of Economics), Paul Polman (lidera desde su ONG Imagine un movimiento para crear un sistema económico de rostro humano y sostenible) y Laurence Tubiana (CEO de Fundación Europea del Clima y uno de los arquitectos del Acuerdo de París), evalúa a nivel sectorial exactamente dónde el Acuerdo de París ha permitido la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono en los últimos cinco años, y cómo se espera que esto se acelere a lo largo de la década de 2020.
Así, pese a que las emisiones de gases de efecto invernadero y las temperaturas globales continúan aumentando, el informe muestra que el avance hacia la descarbonización se está acelerando en todos los sectores de la economía. La rápida caída de los costes de las energías renovables, fundamentalmente solar fototovoltaica y eólica, las hacen mucho más atractivas que los combustibles fósiles en multitud de mercados. También está cogiendo ritmo el cambio hacia la movilidad eléctrica.
Otras tendencias observadas son la rápida disminución del uso carbón fuera de China y en partes del sudeste asiático, el rápido crecimiento de los objetivos de emisiones netas cero en cada vez más economías (121 países tienen o están trabajando en planes de descarbonización) y el cambio constante de los activos financieros de alto a bajo carbono. Se estima que en la próxima década se crearán 35 millones de nuevos puestos de trabajo vinculados a la economía verde y que para 2030 se dispondrá de soluciones de bajo o cero carbono para el 70% de las emisiones actuales de la industria, el transporte y los hogares (frente al 25% en 2020).
El economista Nicholas Stern lo ha resumido así en la rueda de prensa de presentación del estudio: "Lo que este informe muestra es que el optimismo sobre lo que podemos hacer está bien fundado. Tenemos que traducir lo que podemos hacer en lo que haremos, pero una gran parte de eso es entender lo que está sucediendo y por eso creo que este informe es importante. Cambiará la perspectiva de la gente sobre lo que es posible y lo traducirá en acción".
Jeremy Oppenheim, Socio Fundador de Systemiq, cree que "el Acuerdo de París creó un marco unificador para una acción climática sin precedentes". Y se muestra convencido de que la descarbonización puede llegar incluso antes del 2050. "Con el apoyo político adecuado, las tecnologías y los modelos empresariales cero emisiones de carbono pueden superar ya en 2030 a las viejas industrias intensivas en carbono en múltiples sectores", asegura.
Laurence Tubiana, añade: "Está claro que el objetivo global a largo plazo de París de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para mediados de siglo es ahora el punto de referencia para los gobiernos y los agentes financieros. Los líderes mundiales comenzaron un viaje en 2015 y ahora es el momento de acelerar. Sabemos que las temperaturas y las emisiones globales están aumentando, pero esta evaluación debería darnos la esperanza de que el Acuerdo de París está funcionando."