En la actualidad, todas las redes eléctricas de cualquier tamaño son de corriente alterna, con frecuencia de 50 hercios. Esta tecnología se usa desde los años 90 del siglo XIX tras ser patentada por el ingeniero y físico serbio Nikola Tesla. Pero la situación puede cambiar: en Europa han surgido varias iniciativas para crear una macrorred en forma de tela de araña de corriente continua que cubriría todo el continente, con el objetivo de disminuir las emisiones de CO2 e incorporar la futura energía renovable generada en el norte de África (fotovoltaica y termosolar) y en la zona del Mar del Norte (eólica).
”Diseñar y construir una red eléctrica nueva de estas magnitudes con las tecnologías que disponemos y las previstas en varias décadas, es algo extremadamente caro y complejo para hacerlo realidad” , comenta el profesor de la Universidad de Sevilla, Pedro Cruz. “Por eso, nuestra propuesta es crear una red híbrida en la que saquemos el máximo rendimiento a las redes de señal alterna que tenemos, aumentando su potencia e incrementando el número de líneas si es necesario, y acompañándola de enlaces y líneas puntuales de corriente continua”, añade.
El profesor explica que otro de los inconvenientes de la superred en continua es la seguridad del suministro eléctrico actual. Este tipo de corrientes no acepta interruptores de modo que no se puede cortar el flujo de energía y aislar una zona determinada, sino que ante un problema en el flujo elÈéctrico, el continente europeo al completo quedaría desconectado. Así, el objetivo de este estudio es mejorar la transmisión de energía eléctrica en alterna, aumentar su rendimiento y competitividad, rebajar costes y superar los problemas de integración entre ambas tecnologÌas.
Formar a nuevos investigadores
El grupo de investigación de la Escuela Técnica Superior de IngenierÌa de Sevilla está coordinado por el catedrático Antonio Gómez Expósito y participa en un proyecto internacional con una financiación global de más de 3 millones de euros para formar a 13 investigadores noveles de todo el mundo en distintas universidades, centros de investigación y empresas europeas.
El proyecto se enmarca dentro de la convocatoria de Redes de Formación Inicial (ITN) de las becas Marie SktBodowska-Curie de investigación para científicos de dentro y fuera de Europa, y está liderado por la Universidad de Edimburgo.
Las ITN tienen como objetivo formar, por medio de una red internacional de centros públicos y privados, una nueva generación de investigadores creativos e innovadores, capaces de transformar los conocimientos y las ideas en productos y servicios para beneficio económico y social de la Unión Europea.