Som Energia explica en un comunicado que “esta decisión es fruto de la evidencia de que la subasta, aunque pretende ser tecnológicamente neutral, no da las mismas oportunidades a las diversas tecnologías y favorece claramente a la eólica frente la fotovoltaica. Hacer subastas para cada tipo de tecnología respondería a una mejor planificación energética”.
Otro motivo importante es el hecho de que beneficie a los proyectos más grandes frente a los pequeños, ya que las ofertas con más megavatios tendrán prioridad en el momento de la casación. “Este hecho no promueve un modelo de generación distribuida sino que continúa fomentando la concentración de la misma en grandes proyectos”, destaca la cooperativa. “Queda claro que no garantiza un equilibrio territorial ya que concentra todos los proyectos en las zonas de más recursos creando tensiones y diferencias territoriales, así como falta de eficiencia y pérdidas en el transporte y la distribución de la energía, entre otras desventajas”.
En la misma línea, al igual que la anterior subasta, ésta es también marginalista y las ofertas adjudicadas no obtienen el precio ofertado para cada una de ellas sino el precio marginal, aquel resultante del corte de la curvas agregadas de oferta y demanda. Som Energia considera que “esto hace prever que pase como en la anterior subasta y que el resultado sea que la retribución a la inversión sea nula o muy poco atractiva. No se entiende que se mantenga este sistema cuando ya se ha comprobado que no funciona y no asegura que los participantes ofrezcan un precio razonable en vez de hacer ofertas a la baja buscando entrar a toda costa en el proceso de casación”.
La cooperativa también considera que las garantías de 60 €/kW son muy elevadas para los pequeños promotores. Además, los requerimientos de rating de las entidades que avalan este proceso de subasta alejan la posibilidad de utilizar banca ética para conseguir estos avales.
Nuevas reglas
Som Energia pide al Gobierno que, tal y como se hace en otros países de la UE, se prevean unas reglas de juego específicas para los proyectos considerados “comunitarios” (REScoop.eu Community projects) o que se reserven unos megavatios para este tipo de proyectos para acceder a las ayudas por otra vía. “No queremos compartir calzada con los trailers, queremos un carril bici”.
El año pasado, Som Enerpìa puso en marcha una planta de 2MW fotovoltaicos en Alcolea del Río. Una planta que no tiene ninguna ayuda a la inversión pero que debería poder optar a la subasta y así obtenerla para dar valor a la apuesta arriesgada que se hizo.
La cooperativa señala que, en cualquier caso, quiere continuar promoviendo nuevos proyectos (eólicos, fotovoltaicos y mini-hidráulicos). Y estima que con el crecimiento actual y con el fin de cubrir el 50% de la energía comercializada, en los próximos cinco años necesitarán instalar 140 MW.