El objetivo del proyecto es analizar la viabilidad de esta tecnología para la generación de electricidad y energía térmica, como paso previo a su implementación general en las instalaciones de transporte y distribución de gas de Redexis, con el fin último de reducir el impacto ambiental de las actividades de la compañía y su huella de carbono. La iniciativa también busca probar esta tecnología en condiciones de uso variables, simulando su funcionamiento en las condiciones y necesidades energéticas que se pudieran dar en usos domésticos y terciarios.
Desde Redéis indican que las pilas de combustible basadas en gases renovables como el hidrógeno renovable o el biometano son altamente competitivas en términos de coste de energía variable, gracias a sus altas eficiencias. Estos sistemas para autoconsumo de electricidad y aprovechamiento térmico permiten una eficiencia eléctrica de hasta el 60%, y superior al 90% al combinarse con la generación térmica, logrando así un considerable ahorro de energía.
Para Javier Crespo, director de Operaciones de Redexis, “A medida que el mix energético de los países desarrollados integra generación eléctrica a partir de energías renovables intermitentes, como la solar o la eólica, surgen numerosos retos vinculados, como la necesidad de desarrollo de sistemas de producción de respaldo, de desarrollo de sistemas de almacenamiento de electricidad a gran escala o de refuerzo de la capacidad de las redes eléctricas".
En ese ámbito, continúa Crespo, "la cogeneración a pequeña escala de energía eléctrica y térmica, con tecnología de pila de combustible suministrada con gases renovables como el hidrógeno o biometano, es una tecnología muy adecuada para resolver algunos de los desafíos estructurales que plantea la descarbonización de la economía. Es por ello que el uso de pilas de combustible en viviendas como equipos para generar electricidad y calor será una tendencia creciente”.
Un paso adelante
Esta iniciativa es un Proyecto de Investigación y Desarrollo (PID) que cuenta con financiación del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación. Con la puesta en marcha del proyecto, se da un paso más en la incipiente implantación del hidrógeno en España y en la introducción de una tecnología que goza ya de una notable implantación en países como Japón y Estados Unidos.
Desde Redexis indican que hasta la implantación general de los gases de origen renovable, esta tecnología puede emplearse de forma inmediata a partir del gas natural que circula por las actuales redes gasistas. De acuerdo con la compañía así se pueden reducir "sustancialmente las emisiones de CO2" y de otros gases contaminantes "como partículas y óxidos de nitrógeno (NOx) y de azufre (SOx) cuando se usan en lugar del gasóleo o de la biomasa en procesos de generación térmica".
El gas renovable marrón, como se conoce al gas de origen fósil, está fuertemente cuestionado en toda Europa. Por el contrario, el hidrógeno renovable, o “verde”, es aquel que se produce a partir de fuentes renovables, por lo que no emite dióxido de carbono en ninguna etapa, por lo que constituye la mejor alternativa para un futuro libre de emisiones. Esta energía puede, además, inyectarse en las redes de transporte y distribución de gas natural, aprovechando de ese modo la infraestructura ya existente para el uso de una energía todavía incipiente.