Precisamente Alemania ha sido uno de los países que decidió hace tiempo ponerle fecha de caducidad a la vieja energía y apostar por nuevos modelos. El 30 de mayo de 2011 Norbert Rottgen, ministro de Medio Ambiente del gobierno de Angele Merkel, anunciaba que el país cerraría todas las nucleares antes de que acabase el año 2022. Según el calendario propuesto, los siete reactores más viejos del país –que fueron objeto de una moratoria tras el accidente nuclear en la planta japonesa de Fukushima– y el de Kruemmel no volverán a funcionar. Un segundo grupo de seis cerrará en 2021 y los tres más modernos lo harán en 2022.
Hoy, el 27% del consumo bruto de electricidad en Alemania procede de fuentes renovables. Y espera llegar al 60% en 2050. Un camino que parecen haber enfilado todos los países industrializados. Durante la cumbre del G7 que tuvo lugar en junio de este año en la ciudad alemana de Elmau, los siete principales países industrializados acordaron la descarbonización completa de todos los sectores para el año 2100. Merkel destacó que los jefes de Estado y Gobierno del G7 habían hecho un “claro reconocimiento” de que el objetivo de la comunidad internacional debe ser que el calentamiento global no sobrepase los dos grados centígrados con respecto a los valores preindustriales. Que los científicos han considerado como el tope asumible si queremos evitar graves consecuencias.
Más recientemente, el 1 de octubre, los ministros de Energía del G20 y otras organizaciones internacionales reafirmaron su compromiso con las energías renovables. En un encuentro celebrado en Estambul (Turquía), los participantes aprobaron un comunicado de 12 puntos, incluyendo la adopción de una serie de herramientas que permitirían un despliegue acelerado de las energías limpias. Era la primera vez que las renovables estaban en la agenda del G20. Y todo parece indicar que no será la última.
2100 queda todavía lejos. Pero es esencial orientar en esa dirección el mercado de la energía actual. Porque hay que aplicar nuevos conceptos y nuevas tecnologías para que pueda desarrollarse un futuro suministro de energía inteligente, descentralizada y flexible. Un modelo nuevo que evite impactos ambientales como el cambio climático e incertidumbres económicas, inexorablemente ligadas a los combustibles fósiles y la energía nuclear.
Muchas preguntas por resolver
El hecho es que ese sistema de energía inteligente que queremos para el futuro no está definido al detalle. Hay una idea más o menos clara de hacia dónde se puede ir, pero faltan muchas cuestiones por resolver. ¿Qué modelos de negocio y qué tecnologías se pueden utilizar para satisfacer la demanda energética? ¿Cuándo y cómo podremos contar con sistemas de almacenamiento suficientemente grandes, de magnitudes de megavatios? ¿Con qué tipo de materiales y sistemas innovadores podremos contar para producir, almacenar y usar la energía? ¿Los aerogeneradores tripala seguirán dominando el panorama en la eólica o llegarán nuevos artilugios capaces de sacar más provecho al viento? ¿Qué recorrido le queda a las células de silicio cristalino antes de que nuevos materiales sean capaces de lograr eficiencias que pueden doblar e, incluso, triplicar las de las células fotovoltaicas actuales? ¿Qué sistema de almacenamiento puede hacer que una central termosolar siga produciendo electricidad durante toda la noche a un precio competitivo?
Después de haber hecho paradas en Bombay, Shangai, Nueva York, Sao Paulo y Barcelona, el Creator Space Tour concluye su travesía en Ludwigshafen (Alemania), del 20 al 30 de noviembre. Y para debatir sobre el tema ‘Energía Inteligente: sólo trabajando juntos podemos lograr nuevas soluciones para la energía inteligente, se ha organizado una amplia gama de eventos con distinto formato.
En la conferencia de expertos denominada Summit, especialistas de distintos ámbitos debatirán y buscarán soluciones a los retos actuales y futuros que plantea el mercado de la electricidad para el mundo de los negocios, la investigación y la sociedad en general.
En el Designathon, una maratón creativa, estudiantes procedentes de distintos campos y universidades se centrarán en las posibilidades derivadas de la reorganización del mercado de la energía, y crearán aplicaciones innovadoras para futuras soluciones basadas en conceptos inteligentes y descentralizados. Las mejores ideas serán premiadas por un jurado de expertos compuesto por personal de BASF y profesores universitarios.
Otras plataformas de debate, como Jamming en Smart Energy o Innovation Round Table, pondrán de relieve el tema desde diferentes perspectivas. Actividades culturales y participativas, como ¡Eficiencia Energética–Anímate! (Energy Efficiency–Join in!) complementarán un variado programa de actividades en Ludwigshafen.
Únete a los debates de Creator Space
Más allá de lo que pueda verse y oírse en el encuentro de Alemania, todas las personas del mundo están invitadas a participar en el programa Creator Space, que BASF ha puesto en marcha para celebrar su 150 aniversario, y que gira en torno a tres temas: energía inteligente, vida urbana y alimentación. El objetivo último es conectar a personas que aporten ideas y soluciones a los tres retos.
En concreto, los debates relacionados con energía inteligente tratan de responder a estas tres cuestiones: ¿Cómo podemos generar más energía a partir de recursos limpios y renovables? ¿Cómo podemos reducir el consumo energético? ¿Cómo podemos mejorar el almacenamiento de energía?
Miles de participantes en todo el mundo ya se han unido a los debates de Creator Space y han aportado sus ideas. ¡Anímate!