Schneider Electric señala estas tendencias con el objetivo de ayudar a los profesionales a identificar mejor el momento que vivimos y a las organizaciones a ser líderes en sostenibilidad, según indica la compañía en un comunicado.
• Nuevos compromisos climáticos por parte de las empresas
Las organizaciones, indistintamente del sector en el que operan, se están sumando a la actuación sobre el cambio climático y buscan limitar el aumento promedio de la temperatura global a 1,5°C y alcanzar emisiones limpias en 2050. Hasta la fecha, 177 signatarios se han comprometido a establecer este tipo de objetivos. Las compañías no solo están tomando medidas para limitar sus propias emisiones, sino que también están impulsando el cambio de políticas en sus países y regiones, y creando alianzas para acelerar este movimiento.
• Los inversores globales apuestan por la sostenibilidad
Las compañías sostenibles llaman cada vez más la atención de la comunidad global de inversores. En diciembre de 2019, 631 inversores de todo el mundo —que representaban aproximadamente 37 billones de dólares en activos— firmaron una carta pidiendo a los gobiernos que intensificaran sus esfuerzos contra el cambio climático. Asimismo, la Unión Europea (UE) presentó recientemente un plan de acción para avanzar hacia la divulgación obligatoria del riesgo climático como parte de un nuevo conjunto de regulaciones.
• La compra de energía renovable es cada vez más constante
El espacio de las energías renovables continúa avanzando como un mercado atractivo para los contratos de compraventa y la tendencia se acelerará a lo largo de este año. Signify firmó el primer acuerdo de compra de energía virtual (VPPA) anunciado públicamente en Polonia y los desarrolladores ofrecieron varios tipos de contratos diseñados para reducir el riesgo. Los mercados nuevos y cada vez más atractivos para renovables a los que prestar atención son Vietnam, Taiwan, China, Italia y Alemania.
• Riesgos del agua
La ONU predice que el mundo verá un déficit del 40% del suministro mundial de agua durante la próxima década. Las empresas deben recopilar información sobre su huella hídrica alineando las definiciones de agua en sus negocios y aprendiendo más sobre el origen del agua y cómo se utiliza en las operaciones. Este año, Estados Unidos ha eliminado los controles de contaminación en arroyos y humedales, lo que podría suponer daños a largo plazo o irreversibles en las fuentes de agua.
• Nuevas tecnologías transformadoras
La tecnología está dando lugar a nuevas oportunidades y modelos comerciales a través de dos vías: física y virtual. Los activos como turbinas eólicas, fotovoltaicas, vehículos eléctricos, almacenamiento de baterías, microrredes y otros recursos de energía distribuida se suman a soluciones digitales como la inteligencia artificial, el blockchain y el big data para ayudar a las organizaciones a ser más sostenibles, ágiles, efectivas y seguras. La conectividad y el Internet de las Cosas (IoT) están en claro auge.
• El cambio climático es real
Los desastres naturales acechan y los riesgos a los que se enfrenta el mundo aumentan día tras día. Las empresas ya se están viendo afectadas y deben prepararse para responder a las presiones de los inversores para que actúen en relación con el cambio climático. Por ejemplo, BlackRock ha anunciado recientemente que abandonará las inversiones que generan más del 25% de los ingresos del carbón.
• La reducción de las emisiones de carbono como imperativo
El auge de los objetivos de neutralidad de carbono ya era una gran tendencia en 2019 y, aunque muchas empresas se han sumado, todavía hay muchos debates sobre qué es exactamente el cero neto y qué no. En 2020 se concretarán más detalles acerca de las grandes cuestiones que rodean a esta tendencia. La iniciativa arrancará con la reducción de las emisiones en línea con los escenarios de 1,5°C o por debajo de 2°C.
• La cadena de suministro se verá impactada
La incorporación de la reducción de carbono en la cadena de suministro supondrá un verdadero avance, ya que los impactos podrían ser exponenciales en comparación con el hecho de centrarse únicamente en las emisiones de las propias operaciones de una empresa. La optimización de rutas y cargas, el uso de combustibles alternativos, las energías renovables y la iluminación LED, entre otros, son algunos de los elementos que pueden marcar la diferencia en la acción para reducir las emisiones asociadas a la cadena de suministro.
• Economía circular
Cada vez más empresas han comenzado a identificar oportunidades viables en la adopción de modelos comerciales circulares, es decir, adoptando estrategias asociadas al reciclaje y la extensión de la vida útil de los productos. Por ejemplo, utilizando técnicas de desmaterialización y ecodiseño para reducir la emisión de CO2 en la cadena de valor en un 45%. Se espera que la UE anuncie medidas en un Plan de Acción de Economía Circular en marzo de 2020.
• Las microrredes ecólogicas aumentan
Las microrredes garantizan un acceso a un suministro de energía seguro y fiable a zonas en crecimiento, e incluso a aquellas regiones con escasez energética. Este tipo de redes se presentan como una solución útil para construir una infraestructura resistente, algo de especial relevancia en un contexto de interrupciones eléctricas causadas por condiciones meteorológicas extremas. Las microrredes ya no son una solución de nicho, y están ganando popularidad en muchos sectores como la infraestructura, el comercio y la industria.