Fue Macron quien el pasado 7 de octubre, al término del consejo europeo informal en Praga, anunció una reunión a tres para hablar del polémico gasoducto Midcat en París. Sin embargo, dado que los respectivos mandatarios coincidirían en Bruselas se ha considerado que era mejor que la reunión a tres tuviera lugar en la capital europea, han precisado las fuentes. El hecho de que la reunión haya sido una iniciativa de Macron es algo que el Gobierno español -informa Europa Press- considera positivo y una buena señal de que hay voluntad por avanzar. Las fuentes consultadas por EP han confiado en que la cita sirva para aclarar las dudas que tiene Francia sobre este proyecto, que, según Sánchez, es bueno para Europa pero también para el país galo y que, siempre según la postura socialista, abre perspectivas de futuro en relación con el hidrógeno verde, más allá del uso inicial que se pueda hacer para transportar gas desde la península Ibérica.
El presidente francés dijo en Praga que junto a Sánchez y Costa encontraría "acuerdos muy pragmáticos a tres, porque es así como se hacen las cosas que se hacen bien, a la europea".
No obstante, Macron volvió a cuestionar la idoneidad del Midcat para resolver la actual crisis energética, ya que se trata de un proyecto que "cruza los Pirineos por una zona protegida" y por tanto no sería la mejor opción ni "coherente" con la agenda climática y de protección de la biodiversidad.
Por su parte, Sánchez considera que "de una manera u otra, antes que después, vamos a llegar a un acuerdo que logre casar todas las sensibilidades y todas las preocupaciones que en este caso tiene Francia". El presidente español se ha mostrado en ese sentido esperanzado con el hecho de que Macron se aviniera a un encuentro a tres con Costa, que también defiende seguir adelante con el Midcat.
Según fuentes de Moncloa, Sánchez acudirá a esta reunión con espíritu constructivo, como ha venido manteniendo en todo este tiempo en que se ha estado debatiendo sobre retomar el proyecto de interconexión entre España y Francia por Cataluña.
El Gobierno ha tratado en los últimos meses de refutar las dudas expresadas por Francia, y ha asegurado que, si se da luz verde, España podría completar la parte que queda por construir hasta la frontera en un plazo de ocho meses.
Uno de los últimos argumentos planteados por el presidente francés, que verbalizó también en Praga, fue asegurar que "es más bien Francia quien está exportando gas a España". Asimismo, sostuvo que las conexiones existentes se están usando sólo al "50 o 60%" de su capacidad por lo que no están sobreexplotadas, datos que el Ejecutivo refutó inmediatamente.
España cuenta con el apoyo de Portugal y con el respaldo de Alemania. De hecho, los tres líderes -todos socialdemócratas- volvieron a escenificar su unidad el viernes pasado con un encuentro en Berlín en el que reafirmaron "la gran importancia de acelerar la construcción de interconectores energéticos dentro de la UE, incluyendo corredores de gas aptos para transportar hidrógeno renovable".
El plan B no se descarta
Por otra parte, el Gobierno sigue teniendo sobre la mesa lo que Sánchez definió a finales de agosto como su plan B, la construcción de un gasoducto con Italia por Livorno, en caso de que finalmente el Midcat no logre luz verde de Francia.
En este sentido, las fuentes gubernamentales han puntualizado que se trata de una infraestructura de Estado y que por tanto trasciende los gobiernos y a quién esté al frente de ellos, en referencia al hecho de que en Italia habrá próximamente nuevo ejecutivo con la líder ultraderechista, Giorgia Meloni, al frente.