El presidente de APPA Renovables, Santiago Gómez, y el director general de la asociación, José María González Moya, han presentado hoy, ante un aforo virtual de más de 200 profesionales inscritos, el Estudio de Impacto Macroeconómico del sector en España 2022, que recoge las principales cifras del sector renovable nacional, unas cifras que constatan -han destacado- la consolidación del sector "como un motor de crecimiento y generación de empleo en España". Varias son las cifras extraordinarias en esta edición: la relativa al PIB y la relativa a los ahorros son sencillamente sin parangón. APPA Renovables ha alertado en todo caso, para empezar: el ahorro en importaciones (más de 15.000 millones de euros, +77%) no significa -ha adelantado Moya- que en 2022 la generación de energías renovables se haya disparado. Lo que ha estado disparado (y disparatado) ha sido el precio del gas y el del petróleo.
España se ha gastado en importaciones de productos energéticos casi 91.000 millones de euros en 2022 y se habría gastado 15.000 millones más de no ser por el viento, el Sol, el agua y la biomasa autóctonas. El año que viene –advierte APPA- quizá ese ahorro no sea tan elevado, pues los precios del gas (sobre todo) se han relajado relativamente. Pero (cabría decir): que nos quiten lo bailao, porque 15.000 millones de euros ahorrados son muchos millones de euros.
En el otro plato de la balanza están las energías sucias, que aparte de hacernos dependientes de potencias extrajeras y de emitir gases de efecto indeseado (cambio climático), conducen a la ruina de las economías.
España ha importado este año pasado menos gas que en el 21 (-3,6%) y sin embargo le ha pagado en 2022 a sus proveedores (Estados Unidos, Rusia, Argelia y Nigeria a la cabeza) casi el triple (26.315 millones de euros) de lo que tuvo que pagar el año anterior (9.602 M€). Con el petróleo los números también son de miedo. Las importaciones crecieron casi un ocho por ciento (+7,9) el año pasado; pero es que la factura nos subió más de setenta puntos (+72,6%). En fin, una locura.
Frente a ella, las fuentes renovables (que evitaron en 2022 la importación de 21,4 millones de toneladas equivalentes de petróleo en combustibles fósiles) le ahorraron al país más de 15.000 millones de euros por mor de la generación en clave REN de energía eléctrica y térmica y así mismo mediante el uso de los biocombustibles producidos aquí.
La aportación directa del sector al Producto Interior Bruto nacional es otro de los números-hito de este Estudio Macroeconómico. Porque ha alcanzado en el año 22 los 19.484 millones de euros (+21,6% con respecto al año anterior).
También hay aquí matices. APPA advierte que ese formidable crecimiento se ha debido al crecimiento de la actividad instaladora, sí, pero, sobre todo, al incremento del precio de venta de la energía generada. Efectivamente, la electricidad de 2022 ha sido la más cara (precio medio aritmético del mercado diario) de toda la historia en España (más de 167 euros por megavatio hora, casi un 50% más que en 2021, cuando el MWh cotizó a 111,93 euros). Sea como fuere, estamos ante otro máximo histórico. Nunca antes las renovables contribuyeron en tal medida al PIB nacional.
Pero hay más números Top en el Estudio Macroeconómico del 22. España ha puesto en marcha en los doce meses de ese ejercicio 8.918 megavatios de potencia renovable, lo que supone el mayor registro de todos los tiempos: 2.649 megas han quedado distribuidos en más de 240.000 instalaciones solares fotovoltaicas para autoconsumo; 4.611, en grandes parques solares; y 1.658 MW, en forma de eólica. ¿Total? Lo susodicho, más de 8.900 MW.
Empleo
Donde el sector no ha tocado techo ha sido en el empleo. Según los datos recabados en su Estudio por APPA, el sector empleó el año pasado a 130.815 profesionales (80.322 fueron empleos directos). Solo cuatro años antes, en 2018, las renovables apenas sostenían 52.231 empleos directos (+32.312 indirectos). A pesar de la formidable progresión (se han creado 28.000 empleos directos en solo cuatro años), el sector no ha alcanzado el nivel de empleo que registraba APPA en 2008 (año top de la serie histórica). Entonces, las renovables empleaban a 133.000 personas, entre empleo directo e indirecto.
Otro número que tampoco brilla en el Estudio del año 22 es el relativo a la aportación de energías renovables al mix energético nacional: debido a una baja hidraulicidad y una menor disponibilidad de recurso eólico, "la producción de energía renovable en España –concreta el Estudio- fue de 28,9 millones de toneladas equivalentes de petróleo, lo cual supuso el 21,1% de toda la energía primaria utilizada, lo que supone una reducción del 3,7% comparado con 2021" (APPA cita en su Estudio como fuente de esos datos el Statistical Review of World Energy 2023, del prestigioso Energy Institute). Nuestra dependencia energética rondaría pues el 80% (21,1 renovables autóctonas versus 78,9% del total de energía primaria).
Dato así mismo “negativo” es el relativo a la balanza comercial. Según los datos recogidos en el Estudio, la balanza comercial del sector ha registrado en 2022 un saldo neto negativo (-2.598 millones de euros). “Esta cifra es consecuencia del fuerte desarrollo de la tecnología fotovoltaica –explican desde la Asociación-, en la que pesan mucho las importaciones” (España por ejemplo apenas fabrica placas solares, por lo que se ve obligada a adquirirlas en otros países).
La tecnología eólica –matizan desde APPA- presenta por el contrario un saldo neto exportador (+891 millones de euros), como el resto de tecnologías renovables (+54 M€), o el sector renovables de Servicios: +408 millones.
“Al igual que ha sucedido en todos los años analizados –resume y presume la Asociación-, las renovables fueron contribuidor fiscal neto a la economía”. ¿Por qué? Porque, al contabilizar los impuestos satisfechos (el de sociedades, el que grava la generación de energía eléctrica, los impuestos locales, las tasas, el IBI…) y restar acto seguido las ayudas percibidas, “se contabiliza –concreta APPA- un saldo positivo para las arcas del Estado de 1.235 millones de euros en 2022”.
Faceta también manifiestamente positiva es la relativa a la contribución al capítulo de I+D+i. El sector de las energías renovables español está “muy por encima –señala el Estudio- de la media nacional y europea, confirmando su carácter innovador”. En 2022, la inversión de las empresas en investigación, desarrollo e innovación –concreta la Asociación- alcanzó el 2,73% de su contribución directa al PIB nacional. “Este esfuerzo casi duplica la media española (1,43%) y está muy por encima de la media europea (2,27%)”.
¿Y los ahorros en la factura?
APPA también ha hecho esta año las cuentas relativas a lo que las renovables le ahorran al usuario final en su factura. "En consonancia con el año precedente, las renovables y su efecto depresor, fácilmente identificable ya en la formación de precios diaria, redujeron el precio del mercado eléctrico en 43,10 euros por megavatio hora (...). De no contar con la generación renovable, el precio a pagar por los consumidores en el mercado mayorista en 2022 hubiera sido de 210,62 €/MWh en lugar de los 167,52 €/MWh que se pagaron".
Los ahorros en el mercado mayorista -añade además el Estudio- fueron "muy superiores a la retribución que percibieron las tecnologías renovables de forma específica".
Y, por fin, en lo referente a las emisiones de CO2, las renovables han evitado en 2022 la emisión de 55,8 millones de toneladas de CO2, lo que ha implicado un ahorro en derechos de emisión por valor de 4.510 millones de euros. Si le sumamos ese ahorro a los 15.000 millones de euros arriba apuntados (ahorro en importaciones), el ahorro total ronda los 20.000 millones de euros.
Veinte-veinte en el 22, pues.
O sea, prácticamente 20.000 millones de euros en aportación al PIB y prácticamente 20.000 millones de euros en ahorros a la economía nacional. En clave REN.
