Red Eléctrica, la filial de Redeia responsable de la operación y el transporte eléctrico en España, acaba de anunciar que iniciará en enero la ejecución del proyecto de instalación de baterías en la subestación de Mercadal 132 kV. El anuncio llega inmediatamente después de haber quedado completada la tramitación del proyecto con la recepción de la autorización administrativa de construcción por parte de la Conselleria de Empresa, Ocupación y Energía del Govern balear. Las baterías -explica Red Eléctrica, REE- resultan "esenciales para maximizar la aportación de los enlaces del sistema eléctrico balear interconectado y con ello mejoran también la seguridad de suministro del sistema balear". Como parte de la red -añaden desde REE-, las baterías permitirán aumentar el intercambio de energía del enlace Menorca-Mallorca y entre la península y la mayor de las islas baleares.
El desarrollo que va a iniciar REE en enero consta de dos baterías que suman 50 MW (2x25 MW) de potencia y 37,5 MWh (2x18,75 MWh) de capacidad energética, que lo convertirán en el mayor sistema SATA (Storage as Transmission Asset) del sur de la Unión Europea y las primeras de este tipo que se van a construir en España. Red Eléctrica tiene previsto invertir 50 millones de euros en el proyecto, que está incluido en la Planificación eléctrica vigente con horizonte 2026.
Las obras para desarrollar el proyecto de las baterías se suman a las que están ya en marcha en la subestación de Mercadal, desde el mes de noviembre, para la construcción de una posición para la evacuación de energías renovables, que facilitará la conexión del parque fotovoltaico aledaño que cuenta ya con derechos de acceso y conexión a la red.
La previsión de Red Eléctrica es que las obras de las baterías puedan concluir a finales de 2025 mientras que las relacionadas con la posición de evacuación de renovables pueden estar listas un poco antes de verano.
Las baterías -explica REE- posibilitarán una mayor flexibilidad de operación. Entre otras cosas, podrán almacenar la electricidad más limpia que llega desde la península (el sistema eléctrico balear sigue siendo muy dependiente de las centrales de gas) y podrán reducir así la quema de gas para generación de electricidad y, consecuentemente, las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a esa generación y los costes (generar electricidad quemando gas natural es mucho más caro que generar electricidad con placas solares).