Estas medidas podrían ser: alargar la vida útil de las tecnologías, medidas ambiciosas de reciclaje y su aceleración, limitar el tamaño de las baterías de coches eléctricos y fomentar su reutilización, y reducir la flota de vehículos privados en favor de los autobuses cero emisiones.
Así se desprende del informe titulado "Minerales para la transición energética y digital en España: demanda, reciclaje y medidas de ahorro", un estudio presentado este martes de forma virtual que desgrana las consecuencias minerales de los planes de transición energética hasta 2050, que ha evaluado el impacto que podrían tener las diferentes medidas de reciclaje, economía circular y suficiencia para reducción de la demanda mineral y los requerimientos de extracción primaria en nuestro territorio.
El estudio se centra en 10 grupos de metales: aluminio (Al), cobre (Cu), cobalto (Co), litio (Li), manganeso (Mn), níquel (Ni), oro (Au), plata (Ag), platino (Pt), paladio (Pd) y tierras raras como el disprosio (Dy) y el neodimio (Nd), en seis ámbitos tecnológicos relacionados con la generación de energía renovable, el almacenamiento energético, la movilidad eléctrica y la tecnología digital.
Adriana Espinosa González, responsable de recursos naturales y residuos de amigos de la tierra, ha explicado en la presentación del informe que "la transición energética y digital va a suponer un fuerte aumento de la demanda de metales como el cobre, el litio, el níquel, el cobalto o las tierras raras". De hecho, ha señalado que "en los últimos años la demanda global de litio se ha triplicado, la de cobalto ha aumentado un 30% y la de níquel un 40%". Por ello, para garantizar el suministro de minerales, la Unión Europea, al igual que otras potencias a nivel global, tales como China o Estados Unidos, están adoptando una serie de políticas sobre materias primas encaminadas a garantizar este suministro.
Alerta frente al extractivismo
Por ejemplo, la semana pasada, justo antes de que concluyera la cumbre del clima, el Parlamento Europeo aprobó el reglamento europeo de materias primas fundamentales, que tiene el objetivo, precisamente, de garantizar la autonomía estratégica de Europa en el acceso a estos recursos y reducir su dependencia en otros actores. En esta misma línea, en 2022 España aprobó la hoja de ruta para la asistencia sostenible de las materias primas y minerales, que también incluye estos objetivos de garantizar esa autonomía estratégica para España.
Pues bien, desde Amigos de la Tierra al igual que muchas otras organizaciones ecologistas, han detectado "que estas políticas, tanto a nivel estatal como europeo, planteaban políticas basadas en la idea de asumir que la demanda de minerales se va a seguir disparando y que el reciclaje no va a ser suficiente para satisfacer esta demanda", señala Espinosa.
"Por lo tanto, ya se está admitiendo o asumiendo que va a ser necesario intensificar la extracción de minerales, o sea, la minería tanto dentro como fuera de la Unión Europea". Por ejemplo, el reglamento europeo establece que "el suelo europeo deberá asumir el 10% del consumo anual de minerales de la Unión Europea para 2030". El problema para Amigos de la Tierra es que estas políticas "no se basan en un cálculo preciso de la demanda a nivel país", ya que "la hoja de ruta de materias primas española, no viene acompañada de ningún estudio específico sobre el aumento de la demanda de minerales que vendrá asociado a los actuales planes de transición energética y digitales".
La movilidad eléctrica, el mayor demandante
Alicia Valero, del Instituto Universitario de Investigación Mixto CIRCE - Universidad de Zaragoza, ha explicado que "el mayor demandante de materias primas en España es la industria de la automoción". Este sector "acapara entre el 50 y el 58% de la demanda de aluminio y de cobre; casi el 92% de los metales asociados a las baterías, como el manganeso, el cobalto, el níquel o el litio; y el 79% de los metales pertenecientes al grupo de tierras raras, como disprosio o el neodimio". Por su parte, la eólica reclama el 16% de tierras raras para los aerogeneradores, mientras que subestaciones y líneas eléctricas requieren en torno al 10% de la demanda de cobre y aluminio.
Entre los resultados obtenidos, Valero ha destacado que "para 2025 el suministro estará dominado por la extracción primaria, puesto que hoy en día el reciclaje es básicamente insignificante. Sin embargo, para el 2035 la fotografía es más positiva que la anterior, ya que "aumenta el porcentaje de demanda cubierto desde el reciclaje". Este reciclaje se llevaría a cabo gracias "a turismos eléctricos que han llegado al final de su vida útil y el procesado de otros residuos eléctricos que reducirían las pérdidas en recogida y reciclaje". Esto significa que "para el 2045 el reciclaje podría cubrir en torno al 50% de la demanda".
Además, el porcentaje de la demanda cubierto desde el reciclaje en el marco de transición, es decir, "el escenario de las políticas actuales con mejoras de la recogida y reciclaje, "podría llegar para 2050 hasta el 57% de la demanda". Pero si además, este reciclaje se combinase con "medidas de economía circular y de suficiencia, que es la alternativa más deseable, esas materias primas provenientes del reciclaje podrían cubrir el 67% de la demanda hasta el 2050", ha asegurado Valero.
Origen de la demanda, medidas de reciclaje y transición justa
Por otra parte, Espinosa ha señalado que "no se ha calculado cuántos minerales harán falta para alcanzar los objetivos de instalación de potencia renovable" y, por otra parte, estas políticas "están asumiendo este aumento exponencial de la demanda de minerales sin analizar cómo dicha demanda se podría liquidar o reducir aplicando determinadas políticas para la el ahorro de recursos". Espinosa ha destacado que el reglamento europeo "ya está previendo un fuerte impulso de proyectos extractivos, pero no contiene medidas para reducir esta demanda, como por ejemplo, alargar la vida útil de la tecnología o cambiar el modelo de movilidad" entre otras posibles soluciones.
Por tanto, este análisis, "lo que nos lleva es ya una cuestión más filosófica o política de fondo", ya que "no es posible lograr esa transición energética y digital simplemente cambiando una fuente de energía fósil por otra, pero sin cambiar nuestro modelo de producción y de consumo".
Conclusiones
Una de las conclusiones del trabajo es que una combinación de medidas de economía circular y suficiencia lograrían reducir un 34% la demanda para el conjunto de metales analizados y un 50% para el caso de metales clave como el litio. Alargar la vida útil de las tecnologías, mejorar y acelerar el reciclaje de metales, limitar el tamaño de las baterías de coches eléctricos y fomentar su reutilización, y reducir la flota de vehículos privados mediante el aumento del número de autobuses, son las medidas contempladas, y con las que se cubriría el 67% de la demanda de minerales con metales reciclados.
En segundo lugar, la movilidad eléctrica tiene más peso en la demanda de minerales que ninguna otra tecnología en la transición energética y digital. Así, las medidas relacionadas con la movilidad son las que tienen un mayor impacto en la reducción de esta demanda. En este sentido, disminuir la flota de vehículos privados en circulación (alcanzando en 2050 una flota de turismos tres veces menor que la actual) y aumentar la de autobuses eléctricos reduciría la demanda entre un 10 y un 25% según el metal analizado; asimismo limitar el tamaño de las baterías de vehículos reduciría la demanda entre un 3 y un 14%.
Y en tercer lugar, este estudio analiza también la cuestión desde un punto de vista de la justicia global, es decir, desde el punto de vista del acceso o el reparto equitativo a los recursos que hay disponibles en todo el planeta. Lo que concluye es que el enfoque para la transición energética y digital europeo no sería extrapolable al resto de los países porque no habría minerales suficientes para que todo el mundo se mueva en coche eléctrico, por ejemplo.
Por todo ello, Amigos de la Tierra insta al Gobierno a tomar nota de las conclusiones del estudio y a aplicar las propuestas dadas a la hora de implementar la Hoja de Ruta para la Gestión Sostenible de las Materias Primas Minerales y en la reforma de la Ley de Minas franquista. ”Estas políticas deben estar a la altura de la crisis ecosocial que vivimos. La reducción de la flota de vehículos privados, la apuesta por alargar la vida útil de las tecnologías, la aplicación de sistemas de reciclaje adecuados son medidas posibles para lograr una transición energética justa con las personas y que respete los límites planetarios”, ha concluido Espinosa.
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