Los pilares de la Alianza Mundial contra el Cambio Climático, iniciativa lanzada por la Unión Europea en 2007, han sido dos: fomentar el diálogo y el intercambio de conocimientos, por una parte, y suministrar apoyo técnico y financiero para aplicar medidas de adaptación, mitigación y reducción del riesgo de desastres, por otra. Buenas intenciones que sin embargo no se han materializado en la medida deseada, según el informe especial que ha publicado hoy el Tribunal de Cuentas Europeo. Según ese informe, la iniciativa "no midió las mejoras en la situación de los beneficiarios ni se centró suficientemente en las necesidades de los más afectados; la ayuda no siempre logró su objetivo de llegar a los más vulnerables: pocas acciones iban dirigidas específicamente a mujeres, y otras no estaban al alcance de los más pobres; y tampoco se ampliaron los proyectos piloto ensayados con éxito para que pudieran beneficiarse de ellos más personas".
La iniciativa -señala el Tribunal de la UE- no atrajo la financiación adicional prevista de los Estados miembros y el sector privado. La Comisión nunca revisó sus ambiciosos objetivos iniciales pese al considerable déficit de financiación. Además, en la segunda fase (2014‑2020), los criterios de asignación de fondos de la Comisión redujeron proporcionalmente el apoyo a los países más vulnerables.
Más aún: el Tribunal estima que la Comisión "no analizó suficientemente la moderación de los costes presupuestados de la mayoría de las acciones; por ejemplo, los costes de gestión eran muy variables y especialmente elevados en el Pacífico. De hecho, habría ahorrado recursos si hubiera analizado mejor los costes".
Hannu Takkula, Miembro del Tribunal que dirigió la auditoría: "la iniciativa no tuvo el impacto esperado, y el desarrollo de capacidades no se tradujo sistemáticamente en acciones más concretas dirigidas directamente la población. La Comisión Europea debería concentrarse en los más afectados por el cambio climático y aplicar lo aprendido a futuras iniciativas"
Además, el Tribunal ha determinado en su informe que también hubo problemas de concienciación y visibilidad. "La iniciativa se aplicó en más de ochenta países, pero los países en desarrollo no la conocían tanto como los Estados miembros de la UE, en parte porque las acciones financiadas no se diferenciaban de otras acciones contra el cambio climático aplicadas por la UE en los países en desarrollo". Por otro lado, la compleja organización y la duplicación de instalaciones de apoyo y flujos de financiación "restaron eficiencia a la iniciativa".
Información de referencia
La iniciativa de la Alianza Mundial contra el Cambio Climático no tenía una línea presupuestaria propia en el sistema contable de la Comisión; se financió, en cambio, a través del Instrumento de Cooperación para el Desarrollo y del Fondo Europeo de Desarrollo. Recibió una financiación total de 728,8 millones de euros, incluidas las contribuciones de los Estados miembros: 308,8 millones de euros para la primera fase (2007‑2013) y 420 millones de euros para la segunda, la Alianza Mundial contra el Cambio Climático plus (2014‑2020).
En 2020, la Comisión decidió no continuar con la iniciativa en una nueva fase; en el periodo 2021‑2027, financiará acciones para abordar el cambio climático en los países en desarrollo mediante el apoyo temático y geográfico del Instrumento de Vecindad, Desarrollo y Cooperación Internacional.
El Informe Especial 04/2023 (Alianza Mundial contra el Cambio Climático (+) – Los logros no estuvieron a la altura las ambiciones) puede consultarse en el sitio web del Tribunal.