Pero esos propietarios “han podido cumplir su sueño. El proyecto lo hemos ejecutado entre la empresa Ekindarra y Uhin Energia eta Ingurumena, y para cuando ha empezado el invierno ya están generando agua caliente y calefacción mediante energías renovables”, explica Irastorza. Además, los dueños de la casa son socios de la cooperativa Goiener, con lo que el 100% de la electricidad que consumen también es renovable.
Se trata de una vivienda de 130 m2. Antes de la rehabilitación, existía un sistema de calefacción con radiadores eléctricos y agua caliente sanitaria mediante un termo eléctrico. Ahora, el suministro de agua caliente procede de colectores solares Solvis con una superficie de captación de 5,1 m2.
Como energía auxiliar se utiliza biomasa. Para ello se ha instalado una caldera de gasificación Windhager de 20 kW, que lleva más de 20 años en el mercado. El combustible de la caldera lo compran en una serrería que está a 300 metros de la vivienda.
Además de generar la energía solo con fuentes renovables, otro de los objetivos era “la mejorara y control de la eficiencia energética de la instalación térmica”. Para ello se ha instalado un gestor energético Solvis con posibilidad de acceder al control de la instalación en remoto, ya que cuenta con conexión a internet.
“El protagonista de la instalación es el deposito súper-estratificado, que gracias al control preciso que hace de todos los parámetros, es capaz de ahorrar un mínimo del 30% respecto a una instalación convencional”, explica Irastorza. Este sistema inteligente para el agua caliente sanitaria y la calefacción, mejora el rendimiento de las calderas y de la instalación solar. “Además, posibilita el uso de otras fuentes de energía en el futuro, sin que sea necesario hacer ninguna inversión”.
Control
El usuario, tiene tres pantallas principales para modificar y controlar los diferentes parámetros de la instalación, tanto de forma local como en remoto. Son la pantalla de parámetros de energía solar, la de calefacción y la de agua caliente. Si es necesario, el técnico de mantenimiento puede controlar y modificar parámetros sin tener que desplazarse a la instalación, simplificando esta labor y abaratando costes de mantenimiento.
El sistema hace que la instalación solar funcione al máximo rendimiento, consiguiendo que la energía generada mediante está fuente renovable sea la máxima posible. La estratificación de la calefacción permite que para el caso de tener caldera de condensación también se pueda condensar en modo de calefacción, mejorando considerablemente el rendimiento de la instalación.
“Con todos los parámetros del control se hacen históricos que se pueden mostrar de forma grafica en 2D y 3D así como en forma de tabla. De modo que se puede hacer un seguimiento preciso de la eficiencia energética de la instalación”.
La instalación completa ha supuesto una inversión de 18.000 euros. Uhin calcula que el plazo de amortización puede estar en torno a los 9 años, "en un escenario conservador de subida del gas natural; en el caso del propano o gasóleo se reduciría algo ese plazo".
La vivienda ha dejado de depender por completo de los combustibles fósiles y de sus precios inestables. Sus propietarios "han hecho un gesto por el cambio de modelo energético –explica Irastorza–. Entre abril y noviembre generan y consumen energía limpia y gratuita que nos da el sol. Y cuando la energía solar no es suficiente consumen biomasa de los restos de una serrería, un combustible local que genera empleo en la zona donde se consume".