En primer turno, expuso el superintendente de Proyectos de Generación de la Empresa de Investigación Energética (EPE, por sus siglas en inglés), Thiago Ivanoski, quien refirió: "Tenemos la cuarta mayor producción agrícola, que nos da grandes posibilidades para las bioenergías. Tenemos un gran potencial de renovables, principalmente el viento y solar (muestra de ello es la proposición de Iberdrola para la construcción de tres parques eólicos en el país, como respuesta a la solicitud de la agencia Ibama). También hay potencial nuclear, con grandes reservas de uranio. Y desde el punto de vista de la hidroeléctrica, que es la mayor fuente de energía eléctrica de Brasil, somos el segundo productor mundial".
Ivanoski, después de destacar de la importante presencia de las soluciones de financiación, tanto de entidades públicas como el Banco Nacional de Desarrollo (BNDES) como de la banca privada, destacó que la EPE prevé una reducción en la importancia de la generación hidroeléctrica "porque no estamos haciendo nuevos proyectos", a la vez que un aumento de renovables, principalmente eólica y solar, y la disminución de las térmicas.
Después fue la ocasión de escuchar a André Pepitone da Nóbrega, director general de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel), quien hizo hincapié en que el brasileño es un mercado de 85 millones de consumidores de energía y un crecimiento mensual de 125.000 nuevos consumidores. "Tenemos un trabajo de planificación en el sector muy intenso -dijo-. Haciendo un análisis de nuestra matriz eléctrica, vemos que el 83 % de nuestra capacidad instalada es renovable. Eso es un gran hecho para un país de nuestras dimensiones, comparado con otros como EEUU, Rusia o China. En años en los que hay mucha lluvia y aumenta el almacenamiento en los depósitos de las hidroeléctricas, llega a niveles por encima del 90 % en renovables. La media mundial es de un 25 % en renovables".
Luego de la etapa de expansión de la energía eólica, que ha llegado a suponer un 10% de la potencia instalada en los últimos 10 años, "hay un esfuerzo muy grande para instalar energía solar, con dos vertientes: la planta, igual que cualquier otra planta de energía, y la generación distribuida, en la que el consumidor produce su energía", agregó.
Respecto de las últimas subastas de generación y transmisión, que juzgó como exitosas, sostuvo: "Creemos que ha sido por la revisión de las reglas de la subasta; hemos hecho un marco adecuado a las expectativas de mercado y hemos introducido cláusulas muy claras que incluyen la matriz de riesgo, casos de fuerza mayor… y establece plazos realistas para la implantación de las infraestructuras y el acuerdo con los organismos medioambientales".
"Tenemos inversores de ocho países del mundo en las subastas del sector eléctrico brasileño", añadió, y precisó que "los españoles, que juegan en la transmisión, son muy importantes con Neoenergia (Iberdrola) y el Grupo Cobra".
Finalmente, expuso que junto con las subastas de generación y transmisión, la distribución ofrece oportunidades de inversión en Brasil: "las empresas que tienen capital estatal van a subasta (…) La idea es que se privatice todo”, indicó Pepitone, y agregó que la clave es "transmitir confianza a los inversores. Hoy en día tenemos un contrato que es un ejemplo para el sector, muy bien definido, muy seguro, con los derechos y obligaciones bien descritos. Como regulador, damos confianza para que las inversiones ocurran en nuestro país, y garantizamos una inversión segura".
