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Petróleo y gas natural en los conflictos internacionales

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Doctor Ingeniero de Minas, profesor colaborador en la Universidad Politécnica de Madrid, donde imparte su docencia en el marco del prestigioso y veterano Máster ERMA (de formación permanente en Energías Renovables y Medio Ambiente), Emilio Menéndez aborda en el texto que sigue el controvertido rol que los combustibles fósiles desempeñan en los conflictos internacionales, un rol que viene de lejos, pero que sigue hoy tan vigente –si no más- como siempre. Toda una clase de historia y análisis que recorre Israel, Palestina, Irak, Siria… En fin, un lujo, en exclusiva, para ER.
Petróleo y gas natural en los conflictos internacionales

Estamos rodeados de guerras y conflictos. Algunos percibimos que, en el trasfondo de varios de ellos, se encuentra el control de los hidrocarburos, sobrepasando sus aspectos comerciales para convertirlos en armas para esas confrontaciones. Esto sucede cuando debiéramos avanzar en la reducción de su empleo para tratar de frenar esta evolución climática que ya perciben muchos y que puede traernos consecuencias dramáticas.

Una mirada al siglo XX
El petróleo ha estado presente durante todo el siglo XX en guerras o intervenciones políticas. La mitad de las reservas de este combustible se encuentra en Oriente Medio. Vamos a focalizar la mirada hacia esa región, que tan cercana nos es. Allí se vivió parte de la Primera Guerra Mundial. El Imperio Británico tuvo un claro interés en gobernar a los países resultantes de la desmembración del Imperio Otomano. Ya antes de esa Guerra, se estableció con la empresa Anglo Persian Oil Company. Dibujó nuevas monarquías: Irak, Jordania y Siria. Extendió la extracción de crudo en las cuencas de Mesopotamia. Los kurdos, que se extendían por el norte de Irak y otros territorios, reclamaron sus derechos sobre ese petróleo, pero perdieron una guerra contra Gran Bretaña, y hubieron de empezar entonces con su peregrinaje, reclamando un Estado propio.

El año 1917 el Ministerio de Asuntos Exteriores británico hace la Declaración Balfour, mediante la cual se establece la creación de un Estado de Israel que se ubicará en el territorio de Palestina, que el Imperio Británico piensa controlar al final de esa Guerra. El documento se le entrega a la familia Rothschild, uno de los poderes bancarios de ese tiempo. Será una cuestión crítica para el futuro de Oriente Medio. Camino de la Segunda Guerra Mundial aparece un nuevo Estado, la familia Saud controla a otros grupos sociales y nace Arabia Saudita. Es un país con yacimientos de crudo de elevado volumen y buena calidad. Estados Unidos lo incluye entre sus países amigos. Icónica será la fotografía del presidente Roosevelt e Ibn Saud en el año 1945. Se crea la gran empresa petrolera Armco.

Y así llegamos a la Guerra Fría, esa confrontación entre dos Imperios: el Ruso-Soviético y el Estados Unidos-OTAN, que miden sus fuerzas en diferentes territorios del mundo. Ambos miran hacia Oriente Medio, allí aparecen movimientos políticos que abren las puertas a la Unión Soviética. Los vemos por ejemplo en Egipto y en Irán. Estados Unidos no está dispuesto a esa presencia política. En el año 1953, Washington fomenta un Golpe de Estado en Irán. El presidente Mohammad Mosaddegh proponía la nacionalización del petróleo para con ello conseguir un desarrollo económico propio, pero es derribado con intervención de la CIA. Comienza el gobierno del Sha, que se mantendrá durante décadas, hasta que, en 1979, es depuesto por los Ayatolas, que retornan al país desde su exilio, y que establecerán en Teherán un Gobierno Teocrático.

Tenemos ya en la Región dos países que se posicionan enfrentados. Hay varios asuntos tras ello. Para empezar, la población de Arabia Saudí es sunita, mientras que la de Irán es chiita (aunque también peregrine a La Meca); y, para acabar, Arabia Saudí es próxima a Estados Unidos; Irán, enemigo declarado del Imperio Americano. En Oriente Medio hay otro país, Irak, que en el último cuarto del siglo XX está presidido por Sadam Hussein. En los años ochenta se enfrenta a Irán en una confrontación que le viene bien a Estados Unidos, pues desgasta a Irán. Después, Irak invade Kuwait, un emirato próximo a Arabia Saudí, y Estados Unidos termina ocupando Irak, lo cual contribuye a una mayor inestabilidad si cabe en la Región.

Petróleo y gas natural en el siglo… XXI
Estamos inmersos en la Transición Energética. Se reduce el uso del carbón en la generación de electricidad, aunque a nivel global se hace lentamente. Avanzan las energías renovables en el sistema eléctrico, aunque no en todo el mundo; ese avance tiene en todo caso como compañero al gas natural. Se proponen soluciones para sustituir los derivados del petróleo por otros vectores energéticos conexos con la electricidad verde.

En este contexto de cambio hemos de asumir que los hidrocarburos seguirán presentes en el sistema energético, con participaciones diferentes en los distintos países del mundo. En Europa es posible que veamos un avance significativo de las energías renovables y la electrificación directa o indirecta de los usos energéticos; pero durante décadas el gas natural será compañero en esa transición.

 

China parece que frena la demanda de derivados de petróleo, y que avanza en la movilidad eléctrica y en el desarrollo del vector hidrógeno. Allí proponen grandes centrales hidroeléctricas, pero el carbón es mayoritario en la generación de electricidad. En todo caso, el gigante asiático despliega energías renovables a buen ritmo y mira al gas, propio o importado, como complemento en su sistema energético. La disponibilidad de este es una cuestión crítica.

India parece que tendrá una fuerte expansión económica en las próximas décadas. Su población, en número de habitantes, es similar a la de China, 1.400 millones de personas, pero mientras que en su vecino del norte el crecimiento demográfico se estanca o decrece, en India, con una población joven, la población muestra una clara tendencia al crecimiento, que podría llevarles a alcanzar los 1.700 millones de personas en el año 2050. En el desarrollo económico de India aparece una creciente demanda de derivados del petróleo, hasta el punto de que este país se puede convertir en el mayor importador a nivel mundial. La electrificación de los usos energéticos no parece que vaya a avanzar de forma rápida; y tampoco en la generación de electricidad habrá una presencia mayoritaria de las energías renovables hasta pasadas unas décadas. India consumirá carbón y gas natural.

En el resto del mundo es previsible que se mantenga la demanda de petróleo. La electrificación de sus usos energéticos será lenta. En algunas Regiones veremos la extensión del uso del gas natural en la obtención de electricidad. En África es ya con diferencia la primera fuente de generación. Y recordemos que el consumo en este continente es muy bajo: quinientos kilovatios hora por persona y año de media (500 kWh). Las empresas petroleras y gasistas siguen buscando nuevos yacimientos de petróleo y gas natural. Hacen más inversiones en prospección geológica y en nuevas tecnologías de extracción. Entre estas segundas no podemos olvidar la fractura hidráulica, fracking, una tecnología que nos llevará a situaciones de incertidumbres y riesgos ambientales, entre otros hechos.

De sensatez y diálogo
Esas aplicaciones de fondos económicos buscando más hidrocarburos serían innecesarias si en el mundo hubiera un mínimo de sensatez global y diálogo. Solo en Oriente Medio y otras cuencas de hidrocarburos ya conocidas hay hidrocarburos más que suficientes para las décadas que nos debieran llevar a cumplir con la Transición Energética. Sin embargo, se sigue pensando en más petróleo y más gas. Hay quienes miran al Ártico para la extracción de petróleo y sobre todo de gas natural. Se estima que bajo las aguas de ese océano puede haber unos volúmenes de recursos que sumen hasta la quinta parte de las actuales reservas de gas. Pero su extracción será costosa en términos ambientales y económicos. Estados Unidos y Rusia podrían enfrentarse por ese control.

Hemos de asumir que, en el desarrollo amplio de las energías renovables y en su encaje en el sistema eléctrico, sea este de autoconsumo o sea de conexión a red, se precisa que haya una fuente flexible de generación que sea el soporte o complemento. Y esta fuente, a lo largo de las próximas décadas, es preferible que sea el gas natural y no otras opciones: carbón o energía nuclear.

Las disputas y guerras del siglo XXI
Se cumplen ahora exactamente tres años de la invasión de Ucrania por Rusia. Esta ha vuelto a sus ansias de ser un Imperio y trata de afianzarse en territorios que considera parte de lo que fue el Imperio Zarista-Soviético. Hay una confrontación entre Estados Unidos y Rusia en la cual Europa participa en segundo plano, con miedo a lo que pudiera suceder en el futuro si Rusia mira hacia el Báltico. En esa guerra, los recursos naturales de Ucrania (cereales o minerales) son un punto de interés para Rusia, pero también para algunos países europeos. Por Ucrania pasan algunos gasoductos que llevan combustible desde Rusia hacia Europa, que ahora se cierran. Otro factor: el gasoducto Nord Stream, 1 y 2, más la política alemana de comercio con Rusia, han sido un punto de discrepancia entre Alemania y Estados Unidos.

Rusia tiene ingresos de peso en su balanza comercial exportando petróleo y gas natural. En la confrontación geoestratégica que vive con Estados Unidos, este país trata de que reduzca su volumen de exportaciones, lo cual repercutiría negativamente en la economía rusa, en su equilibrio social y, quizás a la postre, en su capacidad militar. Ya veremos, porque de momento por una vía u otra Rusia sigue exportando hidrocarburos.

Pero hemos de volver unos años hacia atrás y mirar de nuevo a Oriente Medio y sus hidrocarburos. En esa situación de conflicto árabe-israelí hay intervenciones diversas. Ahora se recuerda al presidente Carter y su intento de Paz con los acuerdos de Camp David firmados en 1978, y su continuación del año 2000, promovidos por Clinton. Hay mucho que analizar al respecto, pero aquí nos vamos al tiempo actual.

China se sabe dependiente de los hidrocarburos, en particular del gas natural. Por un lado proyecta gasoductos desde las cuencas que controla Rusia; pero no puede olvidar los combustibles de Oriente Medio. En el año 2023 el gigante de Asia hace un trabajo diplomático para que se inicie un diálogo entre Irán y Arabia Saudí: la paz en esa Región le viene bien para recibir de allí esos hidrocarburos.

Estados Unidos quiere dibujar entretanto el futuro de Oriente Medio de otra manera. Por un lado, apoya el expansionismo de Israel en Cisjordania y en el conjunto de Palestina. Por otro, Irán sigue siendo su enemigo. En septiembre de ese año 2023, Estados Unidos empuja a Arabia Saudí a establecer relaciones con Israel y, en ese esquema, incluye también a otros países: Egipto y Marruecos. El pueblo palestino se siente marginado con ello.

Octubre de 2023
Vuelve la confrontación a Oriente Medio. Hamas realiza un brutal atentado en octubre de 2023. Como respuesta a ello, Israel desarrolla una masacre y genocidio sobre el pueblo palestino, que todavía no ha terminado y, que puede llevar a Oriente Medio a una situación de confrontación mucho más amplia. Ya hemos visto la nueva situación en Siria y los movimientos de Turquía, cercenando los intereses kurdos. Diferentes medios que analizan la geoestrategia energética llaman la atención sobre el estrecho de Ormuz. Por él sale una parte importante de los hidrocarburos, los cuales en gran medida se dirigen hacia Asia del Sur y al Oeste. El control o descontrol de esta vía afectará decisivamente a la economía de China. No sabemos qué sucederá en este nuevo tiempo que acaba de inaugurar la llegada de Donald Trump y Elon Musk al poder formal de Estados Unidos.

En los próximos años, India demandará más petróleo y derivados, también gas natural. Se dibuja un cierto acercamiento entre Estados Unidos e India. Es posible que ello ayude a no tensar en exceso la situación en ese estrecho de Ormuz. Quizá Irán quede así aislado, como un país de mal Gobierno, así como referencia negativa en las críticas internacionales.

África en una mirada de proximidad
Los hidrocarburos van a seguir marcando la evolución económica del mundo. El aprovisionamiento de gas tiene rigideces. En el esquema de transición energética europeo miraremos hacia África pensando en este combustible y en otros recursos estratégicos. Hemos de mantener nuestra seguridad energética a la vez que hemos de seguir caminando con decisión hacia un modelo basado en una alta presencia de las energías renovables. De África se recibe gas natural. Argelia es exportador desde hace décadas. Nigeria y otros países del Golfo de Guinea surgen como nuevos suministradores. Hay otros en perspectiva, como es Mozambique. Pero hemos de mirar a este continente con sentido común y pensando en un futuro de sostenibilidad para ellos y para nosotros. Su situación social demanda colaboración urgente y generosa en muchos campos. Un simple apunte nos dice que el consumo medio de electricidad en África es de quinientos kilovatios hora (500 kWh) por persona y año. Allí hay muchas personas sin acceso al servicio eléctrico, se estima que 400 millones de seres humanos.

Por el contrario, en España el consumo medio es diez veces mayor, unos 5.000 kWh por persona y año. Es el momento de pensar en ello. El momento de volver a querer que aquella frase “Um outro mundo é possivell” sea un objetivo firme.

China se posiciona en África, invierte con el fin de establecer relaciones y adquirir recursos naturales, entre ellos hidrocarburos.

Rusia envía allí sus fuerzas paramilitares; quizá está abarcando muchos frentes en ese proceso de desgaste en el que se encuentra.

Europa mira hacia diferentes recursos, por ejemplo, la pesca. Pero también al gas natural (incluso piensa en un gasoducto desde el Golfo de Guinea).

Empezamos ahora el segundo cuarto del siglo XXI. Lo hacemos con el deseo de que sea un tiempo más pacífico y con hechos de colaboración amplia y general. Más paz y más colaboración que la que hemos visto en este primer cuarto de siglo.
La evolución del Calentamiento Global y otras situaciones críticas, de todos conocidas, en nuestra única Tierra, así nos lo piden.

* Emilio Menéndez Pérez. Doctor Ingeniero de Minas. Profesor colaborador UPM (Máster ERMA)

Este reportaje está incluido en la edición en papel ER238, que puedes descargar gratis en PDF en este enlace

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