El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, acordó hace unas semanas iniciar la tramitación del anteproyecto de Ley por la que se crea el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico. Este Fondo tiene, según el Gobierno, un triple objetivo: (1) evitar subidas en el precio de la electricidad; (2) dar señales claras de electrificación de la economía; y (3) aportar la certidumbre, sostenibilidad y equilibrio al sistema que permita movilizar las inversiones necesarias en los próximos años. El anteproyecto ha sido presentado como una "reforma estructural" -así lo han definido fuentes del Ministerio-, y consiste grosso modo en sacar las primas de las renovables de la factura de la luz. Hasta ahora, esas ayudas a las tecnologías generadoras de electricidad limpia, tecnologías que no producen gases de efecto invernadero, las pagaban los consumidores en la factura (era uno de los costes que el Gobierno incluyó en su momento en el recibo de la luz). A partir de ahora, esas ayudas las costearán las comercializadoras de electricidad y gas y los operadores de combustibles fósiles al por mayor. Según el Ministerio, al sacar ese coste de la factura (unos 5.500 millones de euros para renovables más 1.500 para gas), el recibo de la luz se reducirá en un 13%.
Y si la electricidad baja, algunas demandas (como la calefacción en casa) que ahora optan por otras fuentes de energía porque son más baratas (como el gas), podrán optar a partir de mañana por la electricidad (calefacción eléctrica) si esa electricidad ha bajado su precio y es más competitiva. Además, si sustituimos una estufa de butano o una caldera de gas natural por radiadores eléctricos que alimentamos con electricidad de origen renovable (kilovatios verdes), estaremos evitando las emisiones que antes producíamos con ese butano o con esa caldera de gas. La electrificación, además, atraerá inversores. Porque, si estos saben que va a haber demanda, invertirán en más parques solares o eólicos para atender a esos futuribles consumidores y/o usuarios.
Esos serían grosso modo los objetivos que persigue el Gobierno con su propuesta de Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico. [Bajo estas líneas, la retribución específica que han recibido las instalaciones de producción de energías renovables a lo largo de los últimos años, según el Estudio Macroeconómico de APPA 2019].
Pues bien, la Fundación Renovables, probablemente el colectivo de expertos en energía más prestigioso del país, ha recibido con buenos ojos ese anteproyecto de Ley, pues considera que "no solo es una señal clara y necesaria para la electrificación de los consumos energéticos, en línea con los objetivos adquiridos; sino que responde a una de las principales demandas que hemos reclamado, a través de todos nuestros documentos" (la necesaria transición hacia una mayor electrificación de la demanda). La idea maestra que radica en la propuesta del Gobierno (o una de ellas) es que las energías sucias (como el gas o el petróleo, energías que además hay que importar) financien las ayudas a las energías limpias. Pues bien, la FR ha publicado un documento de análisis sobre este Fondo en el que plantea varias consideraciones.
Para empezar, propone cargar más de la mitad del coste del fondo (el 57%) al petróleo (combustible fósil cuya quema produce emisiones de gases de efecto invernadero, desencadenantes de cambio climático); el 25% debería costearlo la electicidad; y el 18%, el gas natural. La distribución que propone el Gobierno en su anteproyecto es 43,7%; 31,5%, 24,8%. Lo que plantea la FR es que esos porcentajes vayan en consonancia con los pesos en la cobertura final de energía (57, 25, 18) y no sobre el valor de las ventas. Además, la FR considera que los cinco años que el anteproyecto plantea como período de transición para este modelo es un plazo "excesivamente largo". La Fundación propone dos años. [Bajo estas líneas, tabla que recoge las cantidades y plazos propuestos por la FR].
La FR también apuesta por la inclusión de unidades físicas de recaudación (€/MWh, €/litro, €/m3), porque el modelo resulta así mucho más transparente.
Otro aspecto en el que se ha detenido la Fundación en su análisis es el relativo a las exenciones y las compensaciones. Lo que grosso modo plantea aquí la FR es que (1) las exenciones son demasiadas; (2) que hay que precisar en todo caso con mucha claridad los volúmenes y ser también muy preciso en la definición de las exenciones, y (3) que estas (las exenciones) deberían ser, de cualquier manera, "parciales y decrecientes en el tiempo y teniendo en cuenta el tipo de comportamiento energético de cada actividad".
Estas son las "exenciones" que plantea el anteproyecto
No se computarán dentro de las ventas anuales de energía de los sujetos obligados los siguientes conceptos:
1. Las ventas de energía eléctrica a instalaciones de almacenamiento, tal y como se definen en el artículo 6.1.h) de la Ley 24/2013, de 26 de diciembre, del Sector Eléctrico, por la cantidad que posteriormente sea inyectada a las redes de transporte y distribución.
2. Las ventas de gas natural o productos petrolíferos destinados a la producción de electricidad en centrales eléctricas.
3. Las ventas de gas natural o productos petrolíferos destinados a la cogeneración de electricidad y de calor en centrales combinadas, exclusivamente por la parte destinada a la producción de electricidad. Reglamentariamente se determinará el reparto del consumo de gas natural o de productos petrolíferos de una central combinada que se considera destinado a la producción de calor y a la producción de electricidad.
4. Las ventas de queroseno.
5. Las ventas de gasóleo a las que les sean de aplicación el tipo impositivo asociado al epígrafe 1.4 del artículo 50 de la Ley 38/1992, de 28 de diciembre, de Impuestos Especiales.
6. Las ventas de gasóleo y fuelóleo destinadas a la navegación, incluida la pesca, con excepción de la navegación privada de recreo.
7. El porcentaje de biodiesel, bioetanol y combustibles sintéticos incorporado en las ventas de gasóleo y gasolina, respectivamente.
8. El porcentaje de gases renovables incorporado en las ventas de gas natural
Pues bien, frente a estas exenciones (que plantea el Gobierno en su anteproyecto), la Fundación considera que "la generación de energía eléctrica con gas natural no debe tener el mismo régimen que la generación con fuentes renovables". Eximir de contribuir al Fondo a las ventas de gas natural o productos petrolíferos destinados a la producción de electricidad en centrales eléctricas no es, según la FR, sino "un balón de oxígeno a la participación del gas natural en la generación de electricidad", una tabla salvavidas que además no atiende el impacto ambiental que produce la quema de este combustible fósil.
Más: la FR considera que, "aunque la cogeneración sea más eficiente, no debe estar exenta de contribuir al Fondo como consumidor de combustibles fósiles". La Fundación propone que el gravamen por unidad de nergía sea diferente según el origen de la energía primaria que se utilizó para generar la electricidad.
Otra de las exenciones planteadas en el anteproyecto y muy criticadas por la Fundación es la relativa al queroseno. Aplicarle exención a las ventas de queroseno es, según la Fundación, "algo incomprensible, ya que el transporte aéreo es uno de los más contaminantes y no siempre el más eficiente y medioambientalmente sostenible".
Finalmente, la Fundación plantea la necesidad de que el Fondo se mantenga en el tiempo y su continuidad se relacione con las decisiones de la política energética, con el objetivo de conseguir la "paulatina sustitución de los combustibles fósiles" y que se constituya en verdadero "instrumento de apoyo a las tecnologías renovables".
Todas estas medidas de mejora y consolidación del Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico "no deben obviar -destaca la FR- la necesidad de mejorar el desarrollo legislativo de dos iniciativas fundamentales, como son una nueva Ley del Sector Eléctrico, y una apuesta por el desarrollo de una política fiscal activa".
En ese sentido, la Fundación considera que el proceso de tramitación del Anteproyecto de Ley del Fondo debe servir "para desarrollarlo y perfeccionarlo y no para limitar su aplicación o eliminar contenido del articulado". Estas propuestas -concluye la FR- están "totalmente abiertas a debate para consolidar y apuntalar la iniciativa, considerando que el Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico es un buen primer paso en la dirección correcta".
Documento de análisis de la Fundación Renovables: Observaciones y medidas de correspondencia para la transición energética Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico