La biomasa supone más del 12% del consumo de energía final mundial suponiendo la fuente de energía renovable más importante, con más de un 60% sobre el total de las fuentes renovables. Más de la mitad de esta biomasa procede aun hoy de usos tradicionales, y poco eficientes. La biomasa pierde peso cuando hablamos de generación eléctrica de origen renovable, donde baja al tercer puesto con un 9%.
La biomasa solida supone más del 85% de la biomasa mundial consumida, que baja al 70% a nivel europeo. En Europa el pellet supone el 10% de la biomasa sólida y el 7% de la biomasa total consumida. Europa representa el mayor mercado del pellet mundial, si no tenemos en cuenta lo datos de China que todavía no son fiables.
El mercado mundial de importaciones de pellets se focaliza principalmente en Europa, con especial importancia del Reino Unido que dirige la mayor parte a la generación eléctrica, mientras que en países donde el mayor uso es para la generación de calor, las importaciones son menos importantes.
España, en la actualidad aumenta la superficie forestal por encima de la media europea, situándose como la tercera en cuanto a superficie arbolada, mientras que ocupa la séptima posición en su aprovechamiento. Países como Francia y Alemania con menores recursos, tienen mayores aprovechamientos forestales aportando valor a sus economías.
Horizonte
La biomasa forestal es una herramienta fundamental para contribuir a la bioeconomía y para la gestión sostenible de los bosques como herramienta de desarrollo rural y de prevención de incendios es reconocido su papel, en todos los territorios donde este sector tiene un papel relevante y en aquellos donde el fuego es un habitual de las secciones de sucesos.
El pellet de madera certificado, por sus características, se convierte en la forma más sostenible de aprovechamiento energético de la biomasa forestal. Su mayor poder calorífico, eficiencia y facilidad para su almacenamiento y transporte lo convierten en el biocombustible sólido más capacitado para sustituir a los combustibles fósiles para cubrir la demanda térmica.
Desde el inicio de la crisis económica hasta ahora el crecimiento de estufas y calderas de biomasa de potencia menor a 50kW ha pasado de 200MW a 4.000MW; superando los 300.000 equipos instalados en los 10 últimos años. A estas instalaciones hay que sumarles las más de 12.000 instalaciones de mayor tamaño instaladas en comunidades, edificios públicos, comerciales y redes de calor que suma más de 6.700MW.
El consumo de pellet en nuestro país sigue en crecimiento y la tendencia es que continúe, tanto por la entrada de nuevas plantas de generación, muy intensivas en consumo, como por el aumento de la demanda de calor tanto en redes y en procesos industriales como por parte de los consumidores particulares o domésticos, que encuentran en la estufa de pellets de madera una opción con un costo energético (€/Kwh) más barato que en otras fuentes de energía, a lo que se suma no tener costes fijos de contrato como el caso del gasóleo o el gas natural.
Otro aspecto, no tan coyuntural, es quién está pilotando este proceso de cambio, quién lidera la transición energética a nivel mundial? pues países con roles “llamados” femeninos como Suecia, Noruega, Finlandia, Suiza, Dinamarca ….. y esta realidad me obliga a hablarles indefectiblemente de la necesidad de adoptar una perspectiva de género para el desarrollo de las energías renovables; es importante garantizar la inclusión de las mujeres, con sus habilidades y sus puntos de vista porque la energía renovable ofrece una importante gama de oportunidades con su dimensión multidisciplinar para las mujeres. En el sector de la energía renovable alrededor del 32% de los empleos corresponde a mujeres, mientras en las energías convencionales (fósiles) es 10 puntos más bajo, 22% y en el sector forestal menos del 15% de la población ocupada son mujeres.
Leía no hace mucho unas declaraciones de la Federación de Asociaciones de Empresarias del Mediterráneo "A los hombres se los presupone el espíritu emprendedor, pero las mujeres nos sentimos solas cuando lo hacemos, y esto se explica por el rol histórico que se nos atribuye, que nos limita a la hora de emprender y de internacionalizar nuestros negocios". No es lo mismo prudencia que falta de capacidad para emprender.
No estoy sugiriendo puestos o sectores de actividad pensando sólo en mujeres, sino que también en nuestro sector tan alejado en la empleabilidad de la igualdad genérica, especialmente en puestos directivos, incorporemos cada vez más talento (también femenino) y dejemos a un lado estereotipos y barreras; no tienen ya sentido en un mundo como el que nos toca vivir.