La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, presidió ayer el acto de adhesión de los ayuntamientos de Valladolid, Soria, Zaragoza y Vitoria-Gasteiz a la iniciativa europea Ciudades Climáticamente Neutrales en 2030-CitiES 2030, a la que se sumaron en septiembre Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla. Las ciudades firmantes se comprometen a acelerar la carrera hacia la neutralidad climática de aquí a 2030 mediante un acuerdo con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Según el Ministerio, el objetivo último de esta iniciativa es "situar a España en la vanguardia de la acción climática con las urbes como principales agentes de cambio hacia un modelo de desarrollo respetuoso con los límites ambientales".
Durante el acto, la ministra ha animado a los alcaldes y alcaldesas a "ser protagonistas de la transición energética y liderar el cambio de modelo desde el espacio urbano, tanto en ciudades grandes como pequeñas”. En el marco de esa apelacion, Ribera ha querido ir más allá de las grandes urbes y hacer un llamamiento específico a las ciudades de mediano y pequeño tamaño, que “deben también asumir protagonismo y liderar desde el ámbito local esa transformación”. Unas y otras ciudaddes -ha dicho la ministra- “sois clave para impulsar acciones de descarbonización y ser aceleradoras de políticas urbanas contra el cambio climático y respetuosas con nuestro capital ambiental”.
El acto presidido por la vicepresidenta ha tenido lugar en el Ayuntamiento de Valladolid. Allí han oficializado la adhesión de sus respectivas ciudades a esta iniciativa el alcalde de Valladolid, Óscar Puente; el de Vitoria-Gasteiz, Gorka Urtaran; su homólogo en Soria, Carlos Martínez; y la teniente de alcalde de Zaragoza, Patricia Cavero, que han estampado su firma en adendas a la declaración institucional en las cuales se recogen los compromisos propios e individuales de cada ciudad.
Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
«Las ciudades son un laboratorio donde poner en práctica las estrategias de biodiversidad y protección de la naturaleza y de la salud humana, con medidas de descarbonización del sistema energético, el transporte, los edificios e incluso la industria y la agricultura. Son motores de innovación en los que existe un potencial de integración intersectorial y de infraestructuras complejas como las redes inteligentes. Además, las ciudades tienen acceso a más capital y conocimientos y pueden crear las economías de escala necesarias para la puesta a prueba y la ampliación de nuevas ideas y proyectos»
Las cuatro ciudades firmantes ya están desarrollando iniciativas en aras de la neutralidad climática, como por ejemplo la que el Ayuntamiento de Valladolid lidera en los edificios públicos y en la Universidad de la ciudad. Vitoria-Gasteiz, por su parte, está apostando por generar el 100% de la electricidad en instalaciones de autoconsumo en los edificios e instalaciones municipales. Zaragoza trabaja en la propuesta de Barrios Solares, que incluye proyectos de "energía renovable, solidaria y de proximidad". Y Soria ha asumido el compromiso de "recuperación de espacios degradados con soluciones basadas en la naturaleza".
Según el Ministerio, el objetivo genérico de la iniciativa CitiES 2030 es "acelerar el cumplimiento del Acuerdo de París y la Agenda 2030, dentro, también, del desarrollo del Pacto Verde Europeo". Hasta la fecha, ocho capitales españolas se han comprometido a avanzar en la neutralidad en las emisiones de aquí a 2030, para lo que cada uno de estos Ayuntamientos ha firmado un precontrato climático con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a fin implementar soluciones con impacto social, económico y medioambiental, aglutinando el esfuerzo público y privado para la transformación urbana.
Apelación a las demás ciudades españolas
La vicepresidenta ha animado al resto de ciudades españolas a sumarse a esta iniciativa, que permite construir una red de colaboración para lograr espacios urbanos más habitables. Entre las actuaciones que deben centrar la acción, Ribera ha destacado
• el impulso a la rehabilitación energética de viviendas,
• la instalación de "techos solares",
• la implantación de "comunidades energéticas locales",
• el desarrollo de otros modelos de "movilidad no contaminante" y
• la apuesta por recuperar las calles centrales de las ciudades.
Para conseguir sus objetivos, la ocho ciudades adheridas a la declaración de neutralidad climática en 2030 se comprometen además a promover "formas innovadoras de colaboración entre ciudades, actores y sectores clave" mediante iniciativas con capacidad para transformar las ciudades y acelerar la transición energética y ecológica. Asimismo, deben aprobar "metas e hitos cronológicos" y diseñar una "hoja de ruta para lograr la descarbonización y la transición ecológica" de nuestras ciudades, "con una visión de justicia climática".
Neutralidad climática en 2030
También se obligan a coordinar a todas las partes interesadas dentro de la ciudad y con la Administración General del Estado hacia objetivos climáticos comunes, consistentes en:
• alcanzar la neutralidad climática para 2030 en, al menos, algún distrito o zona de especial interés, conforme a la definición de la Misión Europea de Ciudades,
• reducir las emisiones en 2030 de la ciudad en apoyo del compromiso de España con la Comisión Europea, y, en último término,
• desarrollar e implementar proyectos con capacidad transformadora en las ciudades con el compromiso de incorporar a todos los agentes (sector privado, academia y sociedad civil junto con los distintos gobiernos).
Transición Ecológica repasa los datos que revelan el impacto ambiental de las ciudades
Pese a cubrir sólo el 3% de la superficie terrestre -explican desde el Ministerio-, las ciudades representan el 72% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Muchas urbes son también más vulnerables a los impactos del cambio climático debido a su elevada densidad de población y su ubicación, "por lo que reforzar la resiliencia urbana -continúa el Ministerio- es crucial para evitar pérdidas humanas, sociales y económicas, atribuidas en algunos casos a las desigualdades en las condiciones sociales y de vida".
