El presidente Barack Obama hizo la presentación en la Universidad de Georgetown del Blueprint for a Secure Energy Future (Proyecto para un futuro energético seguro), que define la política general nacional de energía que ha seguido su Administración, y en el que se basará en el futuro.
Entre las líneas rectoras, plantea desarrollar y garantizar el abastecimiento energético del país, por lo que convoca a desplegar todas las potencialidades en la innovación y la tecnología para que “segura y responsablemente se desarrolle más energía aquí, en casa, y ser un líder energético en la economía mundial”. Para llegar allí, el proyecto propone ampliar el desarrollo y la producción doméstica de petróleo y gas. También, liderar al mundo hacia suministros de energía más seguros.
Respecto de los consumidores, llama a proporcionar opciones para reducir costos y ahorrar energía. Sostiene que “los volátiles precios de gasolina refuerzan la necesidad de innovación que hará que sea más fácil y más asequible para los consumidores comprar vehículos más avanzados y eficientes en el uso de combustible”.
Aboga además por alternativas a los medios de transporte y la climatización de los hogares y lugares de trabajo. “Estas medidas -asegura- ayudan a los bolsillos de las familias, reducen nuestra dependencia de fuentes de energía finita, y ayudan a crear buenos empleos aquí en Estados Unidos”.
Entre las políticas en curso que apuntalan lo anterior, se menciona la reducción de costos a pie de surtidor con coches y camiones más eficientes, y el ahorro de la factura energética hogareña con casas y edificios eficientes.
El tercer punto desarrollado en el proyecto refiere a la capacidad de innovación en el futuro de las energías limpias. La vanguardia mundial en ese terreno, sostiene, “es fundamental para el fortalecimiento de la economía estadounidense y para ganar el futuro. Podemos llegar por la creación de mercados para tecnologías limpias innovadoras que están listos para implementarse, y mediante la financiación de la investigación de vanguardia para producir la próxima generación de tecnologías”.
Los estímulos en ese sentido es el marcarse la meta de obtener el 80 por ciento de la electricidad desde fuentes de energía limpia para el año 2035, un programa de investigación y desarrollo de energía limpia, y lo que llama “predicar con el ejemplo”, para que el Gobierno Federal imponga modelos de mejores prácticas y tecnologías de energía limpia.
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