Síseñor: "definitivamente", ni más ni menos. ¿26.062 millones de euros de deuda eléctrica? No pasa nada, tenemos al señor Nadal, economista todo él y secretario de un gobierno que ha aprobado una reforma "que equilibra definitivamente el sistema eléctrico". Pocas veces este periodista ha tenido entre manos una nota de prensa tan... tan... definitiva. Me lo comentaba, hace unas semanas, un importante empresario del sector de las renovables: "Nadal va bromeando por ahí con su silla eléctrica... Ya sabes que a la secretaría de Estado de Energía la llaman la silla eléctrica, ¿no?". Y sí, a uno le da la sensación de que este joven valor del Partido Popular se siente cómodo en su silla. Tanto, que el secretario Nadal ha empezado diciendo esta tarde en la Sala A del Ministerio de Industria -ante 30 ó 40 periodistas- que "el sistema eléctrico nacional funciona bien, funciona muy bien -ha dicho-... muy bien, en lo que se refiere al mix de generación, al desarrollo de las infraestructuras, a la calidad de suministro...".
¿Cuál es el problema?, se ha preguntado a continuación: "los costes, que son muy elevados". Y, a partir de ahí, y durante una hora y 45 minutos, Nadal ha estado justificando sus reformas en soliloquio primero y en respuestas a los periodistas después. Lo primero que ha dicho -tras el apunte sobre "el problema", o sea, sobre lo elevado de los costes- es que la consecuencia de esa carestía es un precio final muy elevado de la electricidad, el tercero más elevado para consumidores domésticos de toda la Unión Europea (solo pagan más que nosotros los irlandeses y los chipriotas, isleños todos). A continuación, Nadal ha pasado la página de su ponencia en la pizarra digital y nos ha mostrado que el precio final de la electricidad para un consumidor industrial en España se encuentra también claramente por encima de la media UE. Y, después de reconocer lo cara que es la electricidad en España, el secretario, bien avanzada la comparecencia, ha dicho que... va a subir el precio de la electricidad en España un 3,2%. Sí, ese precio que está muy por encima de la media en consumidores industriales, ese que vuela en el caso de los domésticos (España, Irlanda y Chipre son los tres últimos de la fila)... va a volver a subir: el mes que viene, un 3,2%.
No es posible
Eso sí: si no hubiese sido por las reformas ejecutadas por el Partido Popular en los últimos 18 meses, "el déficit del sistema eléctrico habría alcanzado los 10.500 millones de euros en 2013 y, para corregirlo, habría sido necesaria una subida de la luz del 42%". O sea, o Nadal (3,2%) o la nada (42), lo cual es en realidad una reformulación del "nos vemos obligados a tomar estas medidas (y no otras) porque encontramos muchas facturas en los cajones del anterior gobierno y no podemos hacer otra cosa". Los números que hace el secretario de estado de Energía son los siguientes: las medidas tomadas hasta la fecha -medidas que han causado hondo rechazo por cierto en el sector de las renovables y en varios otros- "corrigen 6.000 millones de euros de los 10.500 millones de euros previstos de déficit para el año 2012"; y, por otra parte, la reforma que mañana entra en vigor -asegura Nadal- corregirá los 4.500 millones de euros restantes mediante la suma de 900 millones de euros que aporta Montoro desde su Hacienda (partirán rumbo a Endesa, en concepto de costes extrapeninsulares), otros 900 millones de euros fruto de "una subida de los peajes" (que pagará el consumidor final) y 2.700 millones de euros, por fin, "de reducción de los costes regulados del sistema" (luego ahondamos).
El déficit desaparecerá en 15 años
En fin, que, en apenas unos meses -Nadal fue nombrado el Día de los Santos Inocentes, o sea, que no lleva ni un curso en el cargo-, este secretario de estado de Energía ha sido capaz de resolver no solo el déficit de tarifa de hogaño (10.500 millones de euros en 2012 y lo que va del 13), sino que, además, presume de haber sido capaz de impulsar una reforma energética "que equilibra definitivamente el sistema eléctrico". Definitivamente porque el secretario asegura que, con esa reforma, no va a volver a generarse déficit. Bueno, a lo mejor sí, un poco, "pero jamás el desajuste será mayor de 500 millones de euros en un año", ha matizado en un alarde de modestia en el minuto ¿80? de su comparecencia. A lo cual ha añadido que, "solo si la acumulación de déficit sube por encima de los 2.000 millones de euros, subiría la tarifa automáticamente" (en una hora y 45 minutos de un viernes de julio hasta el más pintado baja la guardia en algún momento). Eso sí, la deuda acumulada a día de hoy -26.062 millones de euros, capicúa- tardaremos en pagarla -ha concretado- quince años. Por lo demás, las renovables habrán de ir todas a mercado a partir de ahora, el gobierno les asegura preferencia de despacho, les asegura además una "rentabilidad razonable" del 7,5% antes de impuestos, y podrán -las renovables que puedan- ir a mercado de ajuste.
Del significado de las palabras
Pero, ¿qué significa "rentabilidad razonable"? Pues, evidentemente, en el caso de las energías renovables, retroactividad, porque se les prometió una prima concreta durante un período concreto... y ahora va a ser que no. Eso es lo único que está claro (para saber algo más habrá que repasar con lupa, en el Boletín Oficial del Estado, la letra minúscula de la ley). Pero, insisto: ¿qué significa rentabilidad razonable? Pues depende. Para Nadal, "rentabilidad razonable", en el caso de las renovables, es 7,5% antes de impuestos; para la nuclear, probablemente la rentabilidad razonable será la que obtuvo el año pasado, un 250%; y, para la gran hidráulica, rentabilidad razonable significará seguramente un 1.600%, que es la que obtuvo en 2012. Sea cual fuere el significado, sorprende en todo caso el hondo interés del secretario por buscarle la rentabilidad razonable a las renovables del régimen especial (que generaron 69.457 GWh en 2012 en la península, o sea, solo un 25,8% del total).
Y causa honda sorpresa esa fijación, sobre todo, por contraste con la nula intención que parece mostrar por hacer lo propio -buscarle la rentabilidad razonable- a la nuclear y a la hidráulica, que pesaron mucho más en el balance eléctrico nacional del año pasado -80.925 GWh-, tecnologías ambas que obtuvieron rentabilidades mucho, mucho, mucho más jugosas y de las que, consecuentemente, podrían rebañarse muchos, muchos, muchos más millones con los que enjugar el déficit de hogaño y el que esté por venir. Pero, por encima de todas las cosas, lo que quizá sorprende más es el discurso pavoroso de la salvación: o aplicamos los mandamientos de mi catecismo o estáis todos condenados al abismo... O Nadal o la nada... O Nadal o "la quiebra del sistema eléctrico". Sí, es quizá lo que más sorprende, el discurso iluminado y mesiánico -la solución definitiva- que emplea el secretario Nadal, que, por cierto, significa "día de Navidad", el día que vio la luz el mesías. Y amén.