La ola de calor que afectó a grandes áreas del oeste del continente europeo y, en particular, a zonas del centro, norte y noreste de la Península e Islas Baleares entre los días 26 y 30 de junio fue "extraordinaria por su intensidad". Así se desprende de un estudio elaborado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica. Sus resultados -informa el Ministerio- dan cuenta de la "excepcional intensidad del episodio" y revelan también cómo las olas de calor son "cada vez más frecuentes e intensas en estas zonas recientemente afectadas por el calor extremo". Aemet alerta: "los siete récords con máximos históricos de la serie de temperaturas máximas que se batieron entre el 27 y el 29 de junio nos dan una pista de la excepcional intensidad de esta ola de calor".
Aemet califica esta como "la masa más cálida de las últimas cuatro décadas"
Ahora bien, para comprobar si es cierto que cada vez hay más de estos episodios y que son más intensos -explican los meteorólogos- tenemos que desplazarnos en altura. A 1.500 metros sobre la superficie, con una presión de 850 hPa, la temperatura es el parámetro clave para caracterizar térmicamente una masa de aire y para conocer sus características. El análisis de esa masa de aire que sobrevoló, desde el día 26 hasta el 30 de junio, grandes áreas del oeste del continente europeo y, en particular, zonas del centro, norte y nordeste de la Península e Islas Baleares, permite concluir que es la más cálida de las registradas en un mes de junio en al menos las últimas cuatro décadas.
Según la Agencia estatal, tras comparar los datos de temperatura en 850 hPa de los días 27, 28 y 29 de junio de 2019 con los de los meses de junio relativos al periodo de 1979 a 2018, se observa cómo en 14 capitales alguno de los valores registrados durante los días de ola de calor del pasado mes es el más alto, con diferencia, de la serie; hablamos de Barcelona, Zaragoza, Bilbao, Pamplona/Iruña, Donostia/San Sebastián, Logroño, Huesca, Burgos, Vitoria-Gasteiz, Lleida, Girona, Soria, Teruel y Guadalajara. Incluso la situación resulta más excepcional puesto que en Barcelona, Zaragoza, Bilbao, Pamplona/Iruña, Donostia/San Sebastián, Logroño, Huesca y Burgos, la temperatura registrada en 850 hPa durante los tres días de la ola de calor, es la más alta de la serie.
El cálculo del periodo de retorno de los datos de temperatura en 850 hPa registrados durante esta ola de calor nos sirve para estimar la rareza de este fenómeno meteorológico extremo y si su frecuencia ha cambiado en las últimas décadas. Así, la investigación concluye que el periodo de retorno estimado para que se produjese un episodio cálido (22ºC o más en 850 hPa) en el mes de junio en la década de los 80 y 90 era de 30,8 años, mientras que el periodo de retorno para que se produjese una ola de calor (24ºC o más en 850 hPa) en el mes de junio en la década de los ochenta y noventa era superior a un siglo.
Los tiempos se recortan significativamente al analizar las dos primeras décadas del siglo XXI. Así, el periodo de retorno estimado de un periodo cálido (22ºC o más en 850 hPa) en el mes de junio en las dos primeras décadas del siglo XXI es de 3,7 años, mientras que el periodo de retorno de una ola de calor (24ºC o más en 850 hPa) en el mes de junio en las dos primeras décadas del siglo XXI es de 10 años.
Por tanto, en ambos casos, la frecuencia de episodios cálidos o extremadamente cálidos ha aumentado en las últimas cuatro décadas, siendo diez veces superior en las dos primeras décadas del siglo XXI que en la década de los ochenta y noventa del siglo XX.
Finalmente la investigación concluye poniendo su atención en saber si la media de temperatura ha variado durante el verano en nuestro territorio. Un aumento implicaría necesariamente una mayor frecuencia de olas de calor y de días muy cálidos, algo que resultaría coherente con las hipótesis y bases físicas del cambio climático.
Las masas de aire son 1,3ºC más cálidas que en los 80
De nuevo tomando como base los datos diarios de temperatura en 850 hPa para todas las capitales de provincia resultó que la media de temperatura en la década de los ochenta del siglo XX era de 15.48ºC, mientras que en la década de los diez del siglo XXI es de 16.78ºC, lo que supone un incremento de temperatura de 1.30ºC en las últimas cuatro décadas. En Canarias, la temperatura media en la década de los ochenta del siglo XXI en el nivel de 850 hPa era de 19.46ºC, y la media de la década de los diez del siglo XXI es de 20.53ºC, por tanto, la diferencia de temperatura entre ambos periodos es de 1,07ºC.
La Agencia Estatal de Meteorología advierte: "todas las conclusiones obtenidas son coherentes con las previsiones contenidas en los escenarios de cambio climático que se vienen realizando desde hace décadas". La mayor frecuencia de tránsito de masas de aire muy cálido o extremadamente cálido y la expansión de la presencia de estas masas de aire extremadamente cálido a los meses de junio y septiembre, o incluso a mayo, como ocurrió en 2015, "es coherente con las bases físicas que rigen los procesos de cambio climático".
Este cambio en la media de temperatura puede visualizarse mediante un gráfico en el que se han incluido los valores de temperatura media en cada una de las dos décadas y la desviación estándar. Su resultado es un calco del elaborado por el Panel Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático (IPCC) en 2001, hace casi dos décadas, en el que ya se describía cómo aumentaría la frecuencia de olas de calor al aumentar la temperatura media (véase gráfico a la izquierda.
Según Aemet, esta otra forma de visualizar los resultados enfatiza cómo lo sucedido hasta el momento resulta "coherente con las hipótesis de calentamiento relacionadas con el cambio climático que se vienen realizando desde hace décadas; todo lo expuesto en este análisis de la ola de calor de junio de 2019 -continúa Aemet- ya no son hipótesis o predicciones. Ahora, a punto de finalizar la segunda década del siglo XXI, ya lo estamos viendo y sufriendo. Avanzamos por un planeta más cálido que el que conocieron nuestros antepasados".