La Unión Europea (UE) acaba de cerrar una consulta pública sobre el nuevo texto, conocido como Taxonomía Medioambiental o Taxo-4, que clasifica las actividades como sostenibles en función de su impacto en cuatro ámbitos nuevos: la biodiversidad, los ecosistemas marinos y de agua dulce, la contaminación y la economía circular. Una coalición de organizaciones ambientales, entre las que se encuentra Ecologistas en Acción, ha respondido a esta consulta pública con un análisis detallado de los criterios de la Comisión y una valoración del borrador de nueva taxonomía.
Tras su valoración del borrador, las organizaciones han instado a la Comisión Europea a no permitir que se siga maquillando de verde la taxonomía de la UE sobre finanzas sostenibles. Y han advertido de que, de no mejorar la propuesta de la Comisión Europea, se producirá un nuevo greenwashing, como el que se dio el año pasado al incluir la energía nuclear y el gas como inversiones verdes en la taxonomía. Algo que ya ha sido llevado ante los tribunales por algunas entidades como Greenpeace, Transport and Environment y ClientEarth.
Según las entidades, entre las que se encuentran Ecologistas en Acción, Environmental Coalition on Standards (ECOS), Transport & Environment y WWF, la nueva propuesta legislativa se basa en criterios no científicos. Estos, a su vez, darían una etiqueta verde a actividades insostenibles como los envases de plástico de un solo uso, los barcos propulsados por combustibles fósiles, la aviación y las compensaciones de carbono por biodiversidad.
Además, han alertado de que existen actividades que se han quedado fuera del texto de la Comisión, como la fabricación de productos químicos, la alimentación y las bebidas, así como la silvicultura.
Actividades sujetas a lavado verde por parte de la UE:
1. Fabricación de envases de plástico. La taxonomía de la UE justifica la inclusión de los envases de plástico de un solo uso en el texto, por su “contribución sustancial a la economía circular”. Al incluirse como un objetivo medioambiental, los envases de plástico de un solo uso —la mayor fuente de residuos plásticos de la UE y cuya gran parte no se recicla— podrían ser considerados como inversión verde dentro la taxonomía.
2. Transporte fluvial de pasajeros y mercancías. Dentro de la propuesta de taxonomía de la UE se incluye, a través de una laguna técnica, el uso del GNL (gas natural licuado) como combustible para los portacontenedores y cruceros, con el argumento de que emiten menos CO2 que los combustibles tradicionales.
Sin embargo, en palabras de Marina Gros, portavoz de Ecologistas en Acción, "el lavado verde del GNL como combustible para barcos puede conllevar un atrapamiento del sector marítimo en la utilización de un combustible fósil que no está aportando soluciones reales para la descarbonizaciación. Además, conllevaría el desarrollo de infraestructura de carga en puertos, que en un futuro cercano se convertirían en activos varados. Ni medioambientalmente, ni económicamente, el GNL es una solución para el transporte marítimo".
Además, según las organizaciones ambientales, esta taxación no supondrá ningún incentivo para que los gigantes del transporte marítimo, como MSC y Carnival Cruises, inviertan en combustibles ecológicos, ya que seguirán beneficiándose de la financiación verde para buques totalmente propulsados por combustibles fósiles, por tiempo indefinido.
3. Actividades de aviación. Dentro del texto de taxonomía aparece la posibilidad de que la inversión en aviones más eficientes puedan ser consideradas verdes, a pesar de estar propulsados por combustibles fósiles. Además, tal y como indica el análisis de Transport and Environment, más del 90 % de la flota de Airbus podría ser considerada como ecológica. Esto se debe al utilizar aviones con productos reciclados o al permitir que empresas de leasing puedan vender aviones viejos, contaminantes y usados a otras empresas que, a su vez, los volarán, lo que provocará que la flota mundial de aeronaves se amplíe y provoque emisiones adicionales.
Como ya sucedió con la energía nuclear y el gas, esto podría provocar que millones de euros se canalicen hacia algunas de las compañías más contaminantes de Europa como Airbus o Ryanair.
4. Compensación de la biodiversidad. Las compensaciones de biodiversidad se introducen en el texto como una contribución sustancial a la actividad "Conservación, incluida la restauración de hábitats, ecosistemas y especies".
Sin embargo, el informe de marzo de 2022 de la Plataforma de expertos que asesora a la Comisión Europea proporciona orientaciones sobre cómo definir los criterios técnicos de selección, que comprenden un compromiso claro y una justificación transparente para excluir las compensaciones en general y muy específicamente para la actividad de conservación: "La actividad de conservación no se lleva a cabo con el fin de compensar el impacto de otra actividad económica”.
Con todo, las organizaciones ambientales señalan el peligro de la inclusión de las compensaciones, ya que las empresas contaminantes podrían deducirse emisiones de contaminación si llevan a cabo alguna actividad de conservación en algún área protegida que no sirva para proteger ni la salud humana ni la del medioambiente.
Sara Bourehiyi, portavoz de Ecologistas en Acción: “ya hemos vivido un lavado verde con el gas y la nuclear. La Comisión Europea no se puede permitir volver a caer en el mismo error y etiquetar como sostenible la aviación o la producción de envases de plástico de un solo uso. La taxonomía surgió como una herramienta oficial que estuviera basada en criterios científicos y de nuevo estamos viendo que no es así. Solo con la ciencia conseguiremos no superar el 1,5ºC”.