"APE Madrid nace de la necesidad y se crea con el ejemplo". Así comienza la nota de prensa que ha llegado a esta redacción remitida por los impulsores de esta iniciativa. APE nace de una necesidad que no solo llevamos tiempo comprobando desde nuestra experiencia personal -concretan-, sino que, además, es corroborada por los datos. El Estudio Técnico sobre pobreza energética en la ciudad de Madrid, realizado en 2016, nos muestra -explican desde APE- una radiografía de la ciudad donde encontramos que un 23,48% de los hogares madrileños sufre algún tipo de pobreza (energética, monetaria o ambas)". Y desde 2016 al día de hoy la situación ha empeorado en muchos hogares, que han recibido el duro impacto socio-económico del Covid. En diciembre de 2020, Cruz Roja hacía un primer balance: “a comienzos de año -contaba entonces Sara Casas, del departamento de Medio Ambiente de la organización humanitaria- teníamos el objetivo de atender a 15.000 personas a través de nuestro proyecto de Pobreza Energética pero, con el impacto del Covid, hemos visto cómo las necesidades se han disparado”.
Un año después, en diciembre de 2021, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico publicaba su última «Actualización de indicadores de la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética», documento según el cual el porcentaje de población afectada por una "temperatura inadecuada en la vivienda en invierno" ha crecido casi tres puntos entre 2017 y 2020; y el porcentaje de población que se retrasa en el pago de facturas de suministros de la vivienda ha crecido tres puntos entre 2019 y 2020.
APE Madrid cita además el Proyecto FemEnMad (Feminización de la pobreza Energética en Madrid), proyecto que ha detectado que la posibilidad de sufrir pobreza energética aumenta significativamente en el caso de los hogares liderados por mujeres, pasando de un 23 a un 32%. "Este riesgo -añaden desde APE- puede llegar, además, hasta el 45% en hogares unifamiliares de mujeres mayores de 65 años, e incluso al 51% en hogares monomarentales, es decir, que, en aquellos hogares donde la mujer proporciona el sustento principal, el riesgo de sufrir pobreza energética se incrementa".
Pues bien en ese marco "APE Madrid nace de la necesidad y se crea con el ejemplo". Con el ejemplo "y los buenos resultados obtenidos de la APE en Cataluña, lo que nos anima a hacer lo mismo en nuestra ciudad", dicen.
APE nació en Cataluña en 2014 con el objetivo principal de defender el acceso universal a los suministros básicos que permiten mantener un hogar en condiciones para una vida digna. Es un movimiento social cuyas principales herramientas son (1) la formación de los afectados para conseguir el empoderamiento ciudadano, y (2) la presión, sobre la Administración, para que se comprometa a garantizar estos derechos y (3) sobre las grandes suministradoras, para que asuman su responsabilidad.
¿Cuál es el objetivo de APE, sea en Cataluña, sea en Madrid?
APE es una organización ciudadana -explican desde Madrid- cuyo germen se encuentra en la experiencia de las asambleas de Afectados por la Hipoteca. Su organización es asamblearia y en crecimiento constante gracias a su gestión en red. "Creamos así un nuevo espacio de asesoramiento colectivo de lucha contra la pobreza energética, porque no se trata de crear una oficina de información al ciudadano, ya que de eso deberían encargarse nuestras administraciones públicas, sino de organizar un espacio para el asesoramiento colectivo como
herramienta transformadora de empoderamiento".
Estos son los objetivos principales de APE
1. Luchar por garantizar el acceso universal a los servicios básicos.
2. Evitar los cortes de suministros, porque se trata de garantizar los derechos humanos.
3. Rechazar la transferencia de recursos públicos para el beneficio privado de las empresas que gestionan los servicios básicos.
4. Garantizar la transparencia y el acceso a la información de interés general.
APE Madrid
«Nuestra contribución es aportar el espacio de encuentro y apoyo mutuo, facilitando la información y el conocimiento que ayuda a afrontar con mayores garantías una problemática que normalmente desborda; perder el miedo, la vergüenza y el sentimiento de fracaso son sentimientos asociados al proceso que paralizan a las personas. Sentirse informado, acompañado, comprendido y apoyado permite el empoderamiento, que es la antesala para resolver los problemas por uno mismo, sin asistencialismo, porque sí se puede. La energía es un derecho»