En una imporvisada rueda de prensa ofrecida en Palma de Mallorca el pasado 18 de mayo, Matas aseguró que el sistema de impuestos medioambientales que estudia implantar el Gobierno y que se basa en el modelo francés tiene como filosofía, precisamente, desincentivar las prácticas perjudiciales para el medio, pero en ningún caso "incrementar la imposición. (el modelo francés no añade nuevas cargas sino que grava más los productos o servicios de mayor impacto ambiental)
En ese sentido, el ministro criticó la ecotasa balear. En su opinión, "esta impuesto está pensado con un ánimo recaudatorio" y no tiene entre sus objetivos "penalizar realmente hábitos" que perjudiquen el entorno, por lo que no se enmarca dentro de la filosofía que propugnan los ministerios de Hacienda y de Medio Ambiente." Con todo, Matas dejó claro que "respeta" la decisión del Ejecutivo balear de crear un impuesto de estas características ya que la Constitución prevé esta competencia, si bien advirtió que es tarea del Gobierno velar para que este tipo de gravámenes cumpla, efectivamente, con la Carta Magna y el ordenamiento legal vigente".
Todos los grupos ecologistas se han felicitado de la creación del impuesto ambiental. El nuevo director ejecutivo de Greenpeace España, Juan López de Uralde, considera que "su creación es una buena medida ya que permitirá ir cambiando la idea de que el daño ambiental es grátis y se podrán incentivar las tecnologías limpias". Ecologistas en Acción es de la misma opinión, pero pide que el impuesto tenga un carácter finalista y que el dinero recaudado por este concepto se destine a minimizar los impactos ambientales y no acabe en las arcas del Estado.
www.mma.es