Más renovables (9.703 gigavatios hora) y menos demanda (18.653). Son los dos grandes titulares del mes de junio. Siete puntos de crecimiento en generación limpia con respecto al mes de junio del año pasado y otros siete de caída (prácticamente) en lo que se refiere a la demanda. Así las cosas, el peso de la electricidad renovable en la cesta eléctrica peninsular se ha disparado por encima del cincuenta por ciento y/o ha alcanzado hasta el 52,01% de la demanda bruta. Nada que ver con los números registrados por Red Eléctrica de España hace diez años. En 2013, el operador del sistema eléctrico nacional computaba una generación renovable peninsular que apenas alcanzaba los 8.500 gigavatios hora, lo que supuso un 42,9% del total generado, casi diez puntos menos que hoy (52,01%). El motivo de tal incremento lo tiene en buena medida la solar fotovoltaica, que en este mes de junio ha generado cuatro veces más electricidad de la que produjo hace diez años. O sea, que ha cuadruplicado su aportación al mix.
El guarismo finalmente registrado (52) queda en todo caso muy lejos del objetivo que se acaba de fijar el Gobierno para la España de 2030. Según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (borrador de actualización), que acaba de aprobar el Consejo de Ministros para su remisión a la Comisión Europea, España tiene que generar entonces, en ese año horizonte (2030) hasta el 81% de su electricidad con recursos renovables, léase el Sol, el viento, el agua, la biomasa. Es decir, que, en solo siete años, los que han de transcurrir hasta esa fecha redonda, el país tiene que incrementar en casi 30 puntos su aporte renovable. Treinta puntos... en siete años, una empresa formidable en términos absolutos, y también colosal en términos relativos (en los últimos diez años hemos incrementado el peso renovable en el mix eléctrico "solo" 10 puntos, como se dijo).
La demanda es otra historia. La registrada en este mes de junio (2023) en la península se ha quedado como se dijo en los 18.653 gigavatios hora, bastante por debajo de la registrada hace diez años, en plena crisis económico-financiera. En el mes de junio del año 13, la demanda bruta en la península superó los 19.000 gigavatios hora (19.106), es decir, que ha caído en este mes de junio del 23 casi dos puntos y medio con respecto a la registrada una década atrás. Diez años después: -2,4%. El autoconsumo (esas placas solares que colocamos en el tejado y producen electricidad que autoconsumimos, y que por eso no demandamos de la red) tiene en esa caída una cierta cuota de culpa. El sector estima que actualmente hay en España unos 6.000 megavatios de potencia en autoconsumos. Según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la energía autoconsumida en 2022 ascendió a los 2.882 gigavatios. La CNMC estima que este año se alcanzarán los 6.124 y que el autoconsumo representará el 6,5% del total de la demanda nacional en consumo en 2025.
España cuenta a día de hoy con 72 gigavatios renovables de potencia de generación (eólica, hidráulica, solar, biomasa, etcétera). Pues bien, el Gobierno acaba de actualizar su Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2030, un documento que fija como objetivo para esa fecha uno muy concreto: que España tenga entonces 160 gigas de potencia renovable operativos, es decir, que, en solo 7 años debemos más que duplicar el tamaño del parque nacional de generación renovable.