Según explican desde Oxfam Intermón, el estudio se sustenta en la revisión de datos de emisiones presentes en las cuentas anuales de estas empresas, complementada con el análisis de la información reportada según la taxonomía ambiental de la Unión Europea. Este enfoque proporciona una visión integral de los esfuerzos ambientales de estas entidades, y arroja luz sobre su compromiso con la sostenibilidad y la reducción de su huella de carbono.
Tipos de emisiones
Un elemento clave del análisis es el tipo de emisiones analizadas por su tipo de alcance. El 14 % son emisiones directas por operaciones controladas por la empresa (lo que se denomina alcance 1), mientras que las emisiones indirectas por generación de energía (alcance 2) apenas llegan al 2 %. El porcentaje más alto de emisión (84 %) proviene de las emisiones que se producen a lo largo de la cadena de valor de cada empresa en operaciones sobre las que no tienen un control directo (alcance 3).
Emisiones por empresas
Pocas empresas de sectores muy concretos, así como sus cadenas de valor, son responsables de la mayoría de las emisiones, según el trabajo de Intermón Oxfam, que precisa que el sector del petróleo y la energía genera el 82 % de las emisiones de las 50 compañías analizadas, y sólo las dos empresas petroleras de la muestra, Repsol y Cepsa, emiten más de la mitad de esa cifra.
En concreto, IAG (23%) es la que más emisiones directas produce, seguida de Repsol (17%) y Naturgy (16%). En total, las diez empresas que más emisiones de alcance 1 producen son responsables del 97 % del total, en contraste con las empresas del sector financiero y tecnológico, cuyas emisiones directas apenas pesan. Las empresas de petróleo y energía aportan el 65 % del total de emisiones de alcance 1, siendo el tercer sector con mayor peso el de Industria y Construcción, con un 10 %.
Miguel Alba, responsable de desigualdad y sector privado de Oxfam Intermón: "estamos ante una crisis climática sin precedentes, y los esfuerzos de las grandes empresas españolas para descarbonizar y alinearse con la lucha contra el cambio climático resultan muy insuficientes. El panorama general plantea interrogantes sobre el compromiso climático de muchas de ellas. La crisis climática tiene efectos más devastadores en los países más pobres".
Esfuerzo insuficiente
El documento detalla que, en su conjunto, el medio centenar de empresas analizadas solo han reducido un 4% sus emisiones totales en el último año, aunque con notables disparidades por sectores. Mientras las petroleras lideran con una disminución del 15% en emisiones directas, las empresas de electricidad y gas registran un aumento del 8,7%. El informe señala que, a este ritmo, estas empresas lograrán la descarbonización completa en 2090, dentro de 67 años. Y es que en el año 2022, las emisiones directas de CO2 de estas empresas alcanzaron el 40% del total de emisiones de España, una proporción equiparable al volumen emitido por Bélgica.
Además, el informe señala que, en términos de contribución a la lucha contra el cambio climático, solo el 12% del negocio de estas empresas tiene un impacto sustancial en la mitigación y adaptación al cambio climático. En concreto, solo una de cada cuatro grandes empresas hace un esfuerzo significativo por alinear su actividad con la lucha contra la crisis climática, destinando tan solo un tercio de su inversión. En contraste, el 53% no ha implementado todavía cambios significativos en sus modelos de negocio para abordar la emergencia climática.
Oxfam Intermón en el marco de su trabajo contra las desigualdades subraya la necesidad urgente de una acción más ambiciosa y coordinada tanto por parte de las empresas como de los gobiernos, reafirmando la importancia de abordar la emergencia climática con responsabilidad y transparencia. También recuerdan la importancia del Objetivo de Desarrollo Sostenible 13, centrado en la Acción por el Clima, que recoge explícitamente la responsabilidad del sector empresarial y le insta a reducir sus emisiones, promover las energías renovables, invertir en desarrollo sostenible y colaborar internacionalmente para cumplir los compromisos climáticos.
Hacia modelos de negocio sostenibles
La taxonomía de la UE no sólo exige a las grandes empresas que reporten sobre las actividades que desarrollan en base a su modelo de negocio actual, sino que también lo tienen que hacer sobre las inversiones que están llevando a cabo para el desarrollo de sus actividades futuras. Según los datos que reportan, tan sólo un tercio de la inversión de las grandes empresas va dirigida hacia el desarrollo de actividades sostenibles. Casi la mitad de las empresas o bien directamente no dedica nada de su inversión de capital en desarrollar actividades sostenibles o lo hacen de forma insignificante, menos del 1 % de lo que invierten.
Por el contrario, el 21 % de empresas dedica más del 75 % de su inversión hacia el desarrollo de actividades alineadas con la adaptación y mitigación del cambio climático. En ese sentido, destacan Acciona Energía con un 98,2 % destinado hacia actividades sostenibles, Siemens Gamesa con un 93,4 % e Iberdrola con el 86,5 % de su inversión.
Sin embargo, también hay movimientos en sentido contrario: empresas que destinan una proporción de su inversión hacia la sostenibilidad menor a la proporción de su negocio actual que ya es sostenible. Es el caso de 11 empresas de la muestra, que parece que transitan hacia modelos de negocio menos alineados con la adaptación y mitigación del cambio climático. Entre ellas está Sacyr Vallehermoso, que pasa de tener el 36,8 % de negocio sostenible a dedicar tan sólo el 8,5 % de su inversión hacia la sostenibilidad. También Ferrovial pasa de tener un 25 % de su negocio actual alineado a destinar apenas el 8,4 % de su inversión en avanzar, y Elecnor, que pasa del 55,3 % al 42,8 %. Mientras tanto, el 53% del total no hacen ningún cambio en la sostenibilidad de su modelo de negocio, al menos en lo que respecta a la adaptabilidad y mitigación
del cambio climático.
Según estadísticas del Gross domestic product (GDP) del portal de estadística y datos de la OCDE, España es la 15ª economía mundial y ocupa el 28º lugar en el ránking de en emisiones de CO2, según datos del informe "CO2 emissions of all world countries", elaborado por la Publications Office de la Unión Europea.