A través de esta Coalición, se invita a los países a llegar a este encuentro con un compromiso voluntario que contribuya a elevar la ambición necesaria para cumplir con el Acuerdo de París y la Agenda para el Desarrollo Sostenible 2030, informa el Ministerio para la Transición Ecológica
En concreto, España, Perú y sus colaboradores instan a los Estados a asumir un mayor compromiso en temas de salud y calidad del aire, implementando políticas encaminadas a alcanzar los valores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre esta materia; a apostar de forma decidida por una transición ecológica que no deje a nadie atrás mediante el desarrollo de planes nacionales para una transición justa y la generación de empleos de calidad; y a desarrollar políticas de género que garanticen la plena participación de las mujeres en este proceso.
Los miembros de la coalición, que iniciaron sus trabajos al comienzo de 2019, defienden que facilitar un mayor compromiso en estas tres cuestiones, de alto impacto social y económico y directamente relacionadas con el calentamiento global, permitirá a los Estados acudir a la cumbre de Nueva York con posiciones que eleven la ambición climática a escala global.
Así lo han expresado en la reunión preparatoria de la Cumbre de Acción Climática, que concluyó ayer, 1 de julio, en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos).
En las próximas semanas, España, Perú y el resto de miembros intensificarán los contactos con el resto de países para recabar su adhesión voluntaria a los compromisos que plantea la coalición, con el objetivo de llegar a la Cumbre de Acción Climática con el mayor número de apoyos posible.
Mejora de la calidad del aire
El principal impulsor del cambio climático, la combustión de combustibles fósiles, causa más de 7 millones de muertes anuales en todo el mundo. La contaminación del aire también provoca daños a largo plazo en la salud, desde el asma hasta la alteración del desarrollo cerebral en los niños. El coste global para el bienestar humano es de aproximadamente 5,11 billones de dólares americanos cada año.
Los integrantes de la coalición consideran que existe una gran oportunidad para avanzar simultáneamente en los objetivos del clima, la salud y el desarrollo sostenible. Se espera que el cumplimiento del Acuerdo de París salve más de un millón de vidas al año para 2050 solo con la reducción de la contaminación atmosférica, y el valor de los beneficios para la salud sería aproximadamente el doble de la inversión necesaria para abordar la mitigación del calentamiento global.
“Cuando se tiene en cuenta la salud, frenar el cambio climático es una oportunidad, no un coste, y aporta un beneficio inmediato y visible a las poblaciones locales”, señalan. Por ello, desde la coalición se invita a los Estados y a sus entidades subnacionales a firmar un compromiso sobre la salud como motor político de una mayor ambición en materia de cambio climático.
Entre otros aspectos, este compromiso contempla que los países y entidades firmantes implementen políticas de calidad del aire y de acción climática que permitan alcanzar los valores de las directrices de calidad del aire ambiental de la OMS, más ambiciosas que regulaciones como la que actualmente rige para los Estados miembro de la UE.
Asimismo, se invita a los países a activar políticas que fomenten la movilidad eléctrica y sostenible, y a llevar a cabo acciones con el objetivo de provocar cambios determinantes en la reducción de emisiones del transporte por carretera.
Por último, el compromiso apuesta por evaluar el número de vidas que se salvan, los beneficios para la salud de los niños y otros grupos vulnerables, y los costes financieros que se evitan, en los sistemas de salud, como resultado de la aplicación de políticas de mejora de la calidad del aire y de acción climática.
Transición justa
Desde la perspectiva de que la acción necesaria para mitigar y adaptarnos al cambio climático tendrá un impacto transformador en todos los países, con notables implicaciones en la creación de empleo y en la generación de nuevas oportunidades de ingresos, los integrantes de la coalición defienden que esta transición “no puede dejar a nadie atrás”, y que ha de ser gestionada asegurando una transición ecológica justa y socialmente beneficiosa para todos, atendiendo a los principios de inclusión y solidaridad.
Por esta razón, invitan a los Estados a elaborar planes nacionales para una transición justa con empleos verdes dignos. Para ello, plantean la necesidad de crear mecanismos de diálogo social inclusivo; la evaluación en términos de empleo y el impacto social y económico de la transición ecológica; la puesta en marcha de medidas que faciliten el desarrollo de habilidades y un desarrollo empresarial adaptado a un modelo bajo en carbono, que facilite la creación de empleos verdes; y el diseño políticas innovadoras de protección social para amparar a los trabajadores y grupos vulnerables así como un compromiso para aumentar la transferencia de tecnología y conocimiento a los países en desarrollo.
Además, esta iniciativa busca comprometer al sector privado en este proceso de transición ecológica justa. Para ello, invita a las empresas a estimular la transformación económica y a asegurar que los nuevos empleos que se creen en este proceso de cambio sean decentes e inclusivos.
Por último se pide a los países que la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y niñas sea parte fundamental de sus acciones contra el cambio climático.