En la jornada, que se enmarca en el ciclo de conferencias de Enerclub sobre fronteras tecnológicas de la energía, los participantes coincidieron en destacar que es necesario aumentar la capacidad de las energías renovables en un 60% si queremos cumplir con los objetivos climáticos. Para ello, los países de la UE deben desarrollar planes estandarizados y contar con un marco regulatorio estable que atraiga las inversiones, indica Enerclub en un comunicado.
Otra de las conclusiones de la jornada fue que las subastas de renovables en 2016 muestran una caída imparable de los precios de la energía generada con renovables, y que los grandes objetivos actuales se centran en la reducción de costes y en aumentar el factor de capacidad. Ahora bien, no todas las tecnologías se encuentran en la misma situación: mientras algunas ya están maduras y son competitivas, como la eólica o la solar fotovoltaica, otras, como la geotérmica o las energías del mar, tienen bastante camino por recorrer.
Paneles
En la jornada se desarrollaron cinco paneles sobre hidroeléctrica, eólica, solar fotovoltaica, solar termoeléctrica y otras energías renovables de generación, en los que participaron representantes de compañías, instituciones y asociaciones del sector.
Sobre la eólica, terrestre y marina, los expertos estimaron que en los próximos 10 años, proporcionará unos ahorros de entorno al 10%. Según señalaron, esta tecnología no está reduciendo costes en los aerogeneradores, pero sí está logrando que estos sean más eficientes y extender su vida útil, por lo que se reducen los costes de operaciones y mantenimiento.
En torno a la solar fotovoltaica, recordaron que 2016 ha sido un año récord en instalación a nivel mundial de esta tecnología, que suma ya 70 gigavatios (GW), lo que supone un crecimiento anual de un 45%. Señalaron también la aparición de nuevos materiales con alto potencial de desarrollo en eficiencias (+30%) y costes. “La tecnología solar fotovoltaica es una tecnología madura y competitiva que todavía seguirá evolucionando”, concluyeron.
En cuanto a la solar termoeléctrica, coincidieron en señalar la evolución de esta tecnología en tan sólo 10 años, “aunque todavía queda mucho recorrido”. Incidieron también en la “gestionabilidad” del almacenamiento térmico, que aporta gran flexibilidad y ahorro de costes, además de mejorar la calidad y seguridad del suministro.
En referencia a la hidroeléctrica, centrales reversibles y minihidráulica, los ponentes destacaron que la optimización de las energías renovables requiere flexibilidad y que, para ello, el bombeo es muy buena opción; se trata, además, de una tecnología que sigue evolucionando a pesar de ser una tecnología madura. También incidieron en la importancia de la regulación, que incluye que los servicios que aporta sean remunerados.
En los paneles participaron, entre otros ponentes, José Luis Jimeno, vicepresidente de Vestas, Enrique de las Morenas, director general de Enel Green Power España, Javier García Pérez, director de negocio del Proyecto Wikinger de Iberdrola, Javier Marqués, director del área de renovables del Ente Vasco de la Energía, José Benito García, director de O&P del Grupo T-Solar, y Manuel Romero, director adjunto de Imdea Energía.