El jardín vertical tiene unas dimensiones de 4,3 metros de ancho por 3,7 de altura y 0,35 de profundidad, con una zona verde de 3,6 por 3 metros, rodeada por un marco. Las plantas van alojadas en un sustrato de lana de roca. El jardín -explican desde el Gobierno de Navarra- incorpora un bombeo automático y programado "que recircula el agua de riego y el abonado, que evita las escorrentías y posibilita el ahorro de agua y nutrientes". En el diseño del jardín se han evocado las distintas áreas de trabajo del departamento, tratando de utilizar plantas de jardinería de carácter autóctono. Así, la zona que representa el medio rural y agrícola es más ordenada, con franjas rectas y plantas de flor como geranio (Geranium sanguineum), centranto o valeriana roja (Centranthus ruber), clavellina (Dianthus deltoides), margarita (Erigeon kavinskianus), ortiga (Lamiun maculatun) y gramíneas (Briza media). Por el contrario, para simbolizar el medio natural y forestal se ha optado por un diseño más verde y desordenado, cubierto de helechos (Blechnum spicant y Polystichum setiferum).
Actuación ejemplarizante y simbólica, en una zona con déficit de zonas verdes
El jardín pretende tener un carácter simbólico y ejemplarizante en el II Ensanche, una zona de Pamplona con déficit de zonas verdes, con una trama urbana muy concentrada donde resulta complicado disponer de suelo para instalar jardines. En este sentido, el Gobierno de Navarra reconoce que en la región "son escasos todavía los jardines verticales, aunque el del Departamento será el primero en esta zona de la capital navarra. Se trata del tercero de grandes dimensiones instalado en la Comarca de Pamplona, tras el de los depósitos de Mendillorri de la Mancomunidad de Pamplona, y el de una entidad bancaria ubicada en la Avenida del Ejército". El trabajo fue realizado en primavera por la empresa navarra MSD Paisajismo. Durante la colocación del jardín fue visitado por alumnado de la Escuela de Diseño CreaNavarra.