La organización no gubernamental convocante de este certamen, Climate Action Network (CAN) Europe publicó en marzo la lista de los ocho finalistas para que los ciudadanos europeos pudieran votar de forma telemática los tres peores casos de apoyo a los combustibles fósiles en Europa. Y España ha obtenido el tercer "premio". Según el ingeniero ambiental del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente, Massimiliano Patierno, "este premio es una llamada de atención al Gobierno de España para que deje de bloquear una transición inevitable hacia las energías limpias. El cambio climático es un problema que nos afecta a todos y es necesario adoptar soluciones urgentes".
En sintonía con Patierno se ha manifestado la portavoz del Grup Balear d'Ornitologia i Defensa de la Naturalesa (GOB), Margarita Ramis: "para nosotras, el resultado de las votaciones refleja hasta qué punto estas islas necesitan un cambio de paradigma en la producción de energía. No queremos más una central térmica de carbón ni asumir las negativas consecuencias sobre la salud, el clima y el medio ambiente. La sociedad -explica Ramis- lo pide, las instituciones locales también. El Ministerio debería tomar nota y dejar de apoyar el carbón ya”.
El palmarés
Portugal consiguió el primer premio por otorgar un permiso para llevar a cabo prospecciones en la provincia sureña de Alentejo, una zona protegida por su biodiversidad y popular destino turístico. El segundo premio ha sido para Polonia, por su apoyo financiero, a través de mecanismos de capacidad, a la supervivencia de las centrales de carbón. España se alzó con el tercer premio -informa el GOB-, por bloquear el cierre de la central térmica de Es Murterar y dificultar el impulso de las energías renovables en Mallorca y, así mismo, por su bloqueo al desarrollo de energías renovables como la solar, en una zona especialmente favorable para este tipo de energía.
Por último, la propia Unión Europea (UE) recibió un Premio Especial por parte de CAN Europe por su apoyo a las infraestructuras de gas. Durante el trienio 2014-2016, la UE -informa CAN Europe- invirtió una media de 4.000 millones de euros en combustibles fósiles, la mayoría en gas, como los gasoductos del Trans-Adriático y Trans-Anatolia (TAP) y (Tanap).
“Dos años después del Acuerdo de París -ha dicho sobre el particular el director de CAN, Wendel Trio-, es inaceptable estar invirtiendo miles de millones de dinero público en combustibles fósiles. Causan daños a la salud de la población, al clima, y no tienen sentido económicamente. Estos premios -explica Trio- envían una señal clara a los Gobiernos europeos: ahora es el momento de abandonar las ayudas a los combustibles fósiles. Los recursos liberados serán útiles para promover una transición energética limpia y justa en Europa. De igual forma -concluye el director de CAN Europe-, la UE debe demostrar en las negociaciones de su presupuesto que no hay sitio para los combustibles fósiles, y debe mostrar una mayor ambición en las políticas climáticas".