La cooperación entre los bancos multilaterales de desarrollo (BMD), los gobiernos y el sector privado puede disminuir el riesgo de inversiones en energía limpia y reducir el costo del capital, según han puesto de manifiesto el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional en sendas reuniones celebradas esta primavera. Ambos organismos también han aludido a la necesidad de invertir al menos un billón de dólares anuales en energías limpias.
"Todo el mundo sabe que necesitamos invertir más en energía limpia", ha declarado Helen Mountford, directora del Programa de New Climate Economy. “El dinero está disponible y los inversores están a la caza de nuevas oportunidades. Tenemos que ampliar los enfoques de mitigación de riesgo para que coincidan con el perfil de riesgo-retorno que necesitan, y el capital se invierta".
Según el informe de NCE, los bancos de desarrollo pueden asumir esos riesgos. El documento recomienda, en concreto, que los BMD amplíen sus instrumentos de mitigación de riesgo y aumenten su inversión directa en proyectos de energía limpia. “Por cada dólar que estos bancos invierten, atraen hasta 20 dólares de financiación privada”, señala el informe, que también incide el papel cada vez más importante de los nuevos vehículos de financiación, como los bonos verdes y los YieldCo (estructura corporativa enfocada en generar dividendos), que están creciendo rápidamente y pueden reducir el riesgo de liquidez para los inversores.
Cambiar el paradigma
Ilmi Granoff, coautor del trabajo e investigador asociado senior en Overseas Development Institute (Instituto de Desarrollo de Ultramar), subraya que “los proyectos de energía limpia tienen que hacer frente a modelos de financiación y mercados eléctricos diseñados para los combustibles fósiles, cuando las energías renovables no tienen costos de combustible y los de operación son bajos, por lo que se pueden desarrollar de manera más flexible”.
“Tenemos que cambiar el paradigma a fin de que los activos de energía limpia sean valorados de manera que reflejen su bajo riesgo. Si los proyectos de energía limpia pueden desarrollarse a bajo costo y acceder a financiación a largo plazo, el costo de la electricidad limpia podría reducirse hasta en un 20% en las economías desarrolladas y hasta en un 30% en las economías emergentes”, afirma.
En 2015, las renovables atrajeron inversiones globales por valor de 329.000 millones de dólares, todo un récord, pero esa cifra aún no es suficiente para limitar el calentamiento global por debajo de 2 ° C o proporcionar acceso a la energía a los 1.100 millones de personas que carecen de ella en el mundo.
El documento de NCE también indica que una inversión anual en energía limpia y eficiencia energética superior al billón de dólares, podría reducir las emisiones anuales de GEI en 2030 por encima de la 7,5 Gt de CO2e, más que todo lo que emite Estados Unidos.
The New Climate Economy es el proyecto emblemático de The Global Commission on the Economy and Climate ( Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima), una iniciativa internacional independiente creada para examinar cómo los países pueden lograr un crecimiento económico y al mismo tiempo desarrollar acciones para reducir los riesgos del cambio climático.
El organismo cuenta con la colaboración de diferentes organismos internacionales para el desarrollo de sus trabajos, desde el Banco Mundial y los bancos regionales de desarrollo, el Fondo Monetario Internacional, la Agencia Internacional de la Energía, Organización para la Cooperación y el Desarrollo, organismos de las Naciones Unidas y una variedad de otros institutos de investigación de todo el mundo.
