La Unión Europea se ha comprometido, en el contexto de su lucha contra el cambio climático, a mejorar su eficiencia energética en un 20% antes del año 2020, y en un 32,5% antes de 2030. Como contribución al logro de estos objetivos, la Comisión ha adoptado medidas para acentuar el carácter ecológico del diseño de productos y de la información que se facilita al consumidor. Para ello, se han asignado 800.000 euros durante el período 2007-2020. Los auditores publicaron ayer un avance de auditoría sobre la política de la UE relativa al ecodiseño y al etiquetado energético. En este tipo de documentos, el Tribunal proporciona información sobre una auditoría en curso "con el propósito -informa el Tribunal- de servir de fuente de información a los interesados en la política o los programas auditados".
Según el Tribunal de Cuentas Europeo, "el ecodiseño ecológico y el etiquetado energético deben complementarse: por una parte, los requisitos del ecodiseño fomentan la innovación y apartan del mercado a los productos con mayor impacto en el medio ambiente; por otra, las etiquetas ecológicas impulsan a los consumidores a decidir con conocimiento de causa, orientando así al mercado hacia una mayor eficiencia energética". En ese sentido, el Tribunal insiste en que "la vigilancia del mercado es, pues, esencial para garantizar que los productos cumplan los requisitos".
Los actuales requisitos de ecodiseño abarcan treinta grupos de productos, desde lámparas de uso doméstico hasta calderas industriales a base de combustibles sólidos. Las normas de etiquetado también se aplican, al menos en parte, a trece de estos grupos. En la auditoría se examinará cómo han contribuido las medidas de la UE a la consecución tanto de la eficiencia energética como de los objetivos medioambientales. En particular, los auditores se centrarán en (1) la gestión por la Comisión de las medidas de ecodiseño y etiquetado energético; y (2) el impacto de las medidas de la UE en las actividades de vigilancia del mercado.