El informe Global Energy Review 2020, presentado el 30 de abril, basa sus conclusiones en datos de más de 100 días de lo que va de año y estimaciones de cómo es probable que evolucionen las tendencias de consumo de energía y la emisiones de dióxido de carbono (CO2) durante el resto de 2020, con la presunción de que las medidas de bloqueo impuestas en respuesta a la pandemia se aliviarán progresivamente en los próximos meses en la mayoría de los países, acompañadas de una recuperación económica gradual.
La IEA estima que la demanda de energía caerá un 6% en 2020, siete veces más que la caída que siguió a la crisis financiera mundial de 2008. Para ponerlo en perspectiva, esta disminución equivale a perder toda la demanda de energía de la India, el tercer consumidor de energía del mundo.
Las economías avanzadas experimentarían los mayores descensos, con una caída de la demanda del 11% en la Unión Europea y del 9% en Estados Unidos.
No obstante, la IEA puntualiza que la caída de la demanda de energía dependerá en gran medida de la duración y la rigurosidad de las medidas para frenar la propagación del virus. Su estimación es que cada mes de confinamiento reduce la demanda anual de energía global en aproximadamente un 1,5%.
El triunfo de las energías limpias
Las medidas de confinamiento están impulsando, a su vez, un cambio importante hacia fuentes de generación eléctrica sin emisiones de CO2, como las energías eólica, solar fotovoltaica e hidroeléctrica. La nuclear también se ve beneficiada de esta tendencia, si bien su aportación será un 3% menor este año. Según el Global Energy Review 2020, renovables y nuclear generarán, conjuntamente, el 40% de la electricidad mundial, 6 puntos porcentuales por delante del carbón.
De esta manera, las renovables se convertirán en la única fuente de energía que crecerá en 2020 gracias, en gran medida, a su acceso prioritario a las redes y sus bajos costos operativos. De acuerdo con la IEA, a pesar de las interrupciones de la cadena de suministro que han pausado o retrasado el despliegue de las energía limpias en varias regiones clave este año, la solar fotovoltaica y la eólica están en camino de ayudar a aumentar la generación de electricidad renovable en un 5% en 2020. La mayor producción de energía hidroeléctrica es también determinante.
No obstante, a pesar de la capacidad de recuperación de las energías renovables en la generación de electricidad en 2020, la Agencia Internacional de la Energía estima que su crecimiento será menor que en años anteriores.
Menos CO2 en la atmósfera
El informe también revela que la demanda de electricidad generada en centrales de carbón y gas natural se ve cada vez más afectada por la baja demanda general de energía y el aumento de la producción con renovables. Como resultado, la participación de gas y carbón en el mix de energía global se reducirá en 3 puntos porcentuales en 2020; un nivel no visto desde el año 2001. El carbón es el más afectado: se prevé que su demanda mundial disminuya en un 8% en 2020, la mayor disminución desde la Segunda Guerra Mundial.
La suma de todas estas tendencias hará que las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía se reduzcan en casi un 8% en 2020, alcanzando su nivel más bajo desde 2010. De acuerdo con el informe de la IEA, esta sería la mayor disminución de las emisiones de CO2 jamás registrada, casi seis veces mayor que la caída récord anterior de 400 millones de toneladas en 2009, que fue resultado de la crisis financiera mundial.
"Este es un choque histórico para todo el mundo de la energía. En medio de las crisis sanitarias y económicas sin precedentes de hoy en día, la caída de la demanda de casi todos los combustibles es asombrosa, especialmente en el caso del carbón, el petróleo y el gas. Sólo las energías renovables están resistiendo la inédita caída del uso de la electricidad", ha declarado Fatih Birol, director ejecutivo de la IEA".
No obstante, Birol dice que no hay que dar nada por sentado. "Si nos atenemos a las consecuencias de la crisis financiera de 2008, es probable que pronto veamos un fuerte repunte de las emisiones a medida que mejoren las condiciones económicas. Pero los gobiernos pueden aprender de esa experiencia poniendo las tecnologías de energía limpia -renovables, eficiencia, baterías, hidrógeno y captura de carbono- en el centro de sus planes de recuperación económica. La inversión en esas esferas puede crear puestos de trabajo, hacer que las economías sean más competitivas y conducir al mundo hacia un futuro energético más resistente y limpio", concluye el director ejecutivo de la IEA.