La transición energética ha creado, a lo largo de los siete últimos años, más de dos millones de empleos netos en la Unión Europea (tasa de crecimiento del 11,5%), casi tres veces superior al del conjunto del empleo (3,7%). En el caso de España se han creado 152.518 en España, lo que supone una tasa de crecimiento del 10,6%. Un total del 64% de este empleo se ha concentrado en puestos de alta y media-alta cualificación, es decir, 106.000 puestos de trabajo; mientras que los empleados con estudios superiores ha sido de un total de 125.000. Esta creación de empleo ha beneficiado en mayor parte a las mujeres por una sencilla razón como es la escasa presencia previa en la transición energética. A nivel europeo, el 34% de los empleos (702.342) han sido ocupados por mujeres (frente al 66% y 1.360.620 empleos). En el caso español, el porcentaje ha sido el 38,1%, es decir, 58.136 empleos (frente al 61,9% y 94.382). Son datos de ´El empleo de las mujeres en la transición energética justa en España´, un estudio inédito elaborado por la Fundación Naturgy y el Instituto para la Transición Justa (ITJ) que proporciona el primer diagnóstico completo sobre la situación de la mujer en el mercado laboral de la transición energética a partir de datos reales.
Desarrollado por Abay Analistas, y coordinado por la politóloga Cristina Monge, el estudio pone de relevancia una brecha de participación en el sector de las energías renovables de 26,4% pues para el año 2020 las mujeres ocuparon el 46,1% del empleo del conjunto de la economía frente al 19,7% en los subsectores de la transición energética en la UE-27. En el periodo 2015 y 2020, la participación de las mujeres en los subsectores de la transición ha aumentado del 18,1% al 19,7%. En el caso español, la brecha es más acentuada (30 puntos) que la media europea pues en marzo de 2022 las mujeres ocupaban el 18,2% de los empleos vinculados a la transición energética, frente a un 47% en el total de la economía. La evolución entre el 2012 y el 2022 ha sido muy reducida, pasando del 17% en 2012 al 18,2% en 2022, es decir, 1,2 puntos en diez años.
Por actividades o tipo de empleo, la transición energética ha creado entre 2015 y 2022 en España un total de 165.944 empleos, de los cuales cerca de 70.000 han sido para mujeres y algo más de 96.000 para hombres. Por subsectores, las mujeres han ocupado el 82% de los empleos generados en energía eléctrica, redes y autoconsumo, el 50% en rehabilitación energética y el 17% para asesoramiento o actividades relacionadas.
Para analizar cómo se reparten en España estos nuevos empleos, la Encuesta de Población Activa nacional aporta resultados de 2022. La creación de empleo se ha concentrado en puestos de alta cualificación, pero buena parte presentan una muy baja incorporación de mujeres. Tan sólo el 16,1% de los nuevos empleos de técnicos/as y profesionales científicos/as e intelectuales y el 18,1% de los de técnicos profesionales de apoyo han sido ocupados por mujeres. Ambos grupos suponen el 85,5% del empleo masculino creado en el período 2015 y 2022, mientras que para el empleo femenino sólo representan el 24,7%. Un sesgo que parece ser una característica propia de las actividades de la transición energética, ya que en el conjunto de la economía el 43,5% del empleo femenino creado entre 2015 y 2022 correspondía justamente al grupo de Técnicos/as y profesionales y científicos/as e intelectuales.
Más brechas
En cambio, la segregación ocupacional es la causa de que el 44% de las mujeres ocupan puestos de trabajo de carácter administrativo (frente a tan sólo el 13,8% de los hombres), mientras el 62,3% de los puestos técnicos de cualificación media son ocupados por hombre y un 24,2% por mujeres. Según el índice de participación, el 64,1% de las personas que trabajan como auxiliares administrativos en las actividades de la transición son mujeres, mientras que, por ejemplo, sólo el 5,2% de los oficiales de primera y segunda lo son.
En el caso de la sobre cualificación, el porcentaje de mujeres con estudios superiores duplica y en algún caso triplica al de los varones en todas las categorías de media y baja cualificación. Por ejemplo, el 53,9% de las mujeres que trabajan como jefas administrativas y de taller tienen estudios superiores, frente a tan sólo un 23,7% de los hombres. La incorporación de mujeres al empleo es muy dispar, atendiendo a su cualificación, en los distintos subsectores. Los subsectores de Actividades relacionadas y de Energía eléctrica, redes y autoconsumo han incorporado mayoritariamente mujeres con estudios superiores (80,3% y 70% respectivamente).
Por su parte, la jornada parcial es habitual para el 22,7% de las mujeres en el total de la economía, por sólo el 9,6% de los hombres. Para las actividades de la transición la brecha es aún más grande: 23,1% de mujeres y 6,5% de hombres con jornada parcial. Sin embargo, en cuanto a la brecha salarial de género, las mujeres que trabajan a jornada completa en la transición cobran de media un 6% menos que los hombres con igual jornada. Se trata de una brecha significativamente menor que la que se da en el conjunto de la economía, que es del 14%.
Titulaciones STEM y FP
En 2020 y en España, el peso de las titulaciones STEM sobre el total de graduados/as es del 36% para hombres y del 11% para las mujeres. En titulaciones STEM especialmente orientadas hacia las actividades de la transición energética, como Ingeniería mecánica o Ingeniería eléctrica, el porcentaje de mujeres matriculadas se sitúa por debajo del 20% o incluso del 15%. La brecha de género es aún mayor en la Formación Profesional y en los grados superiores vinculados con la transición energética, donde las mujeres representaban tan sólo el 7,9% de las matriculaciones del curso 2019-20, con el agravante de que cinco cursos antes eran el 9,5%.
¿Cuáles son las soluciones?
Algunas de las principales líneas de acción que plantea este estudio son:
• Reforzar la visibilidad de los diferentes papeles que desempeñan las mujeres en la transición energética, aportando su talento a la misma desde distintas posiciones, y especialmente desde el empleo en puestos técnicos.
• Combatir los estereotipos de género que en mayor medida afectan a las mujeres que trabajan en el sector y que determinan la posición de muchos actores claves en la transición.
• Desarrollar programas de acompañamiento a la entrada de mujeres en titulaciones donde éstas estén severamente infra representadas (menos del 15%-20%).
• Promocionar las titulaciones STEM entre el alumnado femenino.
• Captar y retener el talento femenino mediante acciones concretas que favorezcan la igualdad de oportunidades y de desarrollo profesional.
• Favorecer el acceso de las mujeres a los puestos de toma de decisión y a los puestos técnicos.
Testimonios reales
Además del diagnóstico cuantitativo, el estudio incorpora testimonios de más de 50 mujeres que están trabajando en la transición energética y que confirman la existencia de las brechas de género, de estereotipos o de una cultura de empresa muy masculinizada en el sector. Por su parte, entre los factores favorecedores del cambio hay la implicación y los compromisos adquiridos por muchas empresas (como el establecimiento de cuotas), la aparición de empresas que siguen modelos de tipo cooperativo y de nuevas tecnologías de producción de energía, o la incorporación progresiva de hombres más jóvenes y con mayor sensibilidad ante las cuestiones de género.