Por fuentes, las centrales hidroeléctricas generaron 3.636 GMh (69,36% de la electricidad); la geotermia 701,5 GWh (13,38%); la eólica 639,9 GWh (12,2%); la biomasa 73,4 GWh (1,4%); y la fotovoltaica 0,8 GWh (0,02%). Por lo tanto las fuentes con base fósil tuvieron una participación en el primer semestre del año de 191 GWh, lo que supone solo el 3,64%.
Desde el gobierno se afirma que “junio fue el mes en que se recurrió menos a hidrocarburos para satisfacer la demanda nacional”, por lo que en ese mes el “99,58% de la electricidad provino de fuentes limpias”.
Según el presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), del cual depende el CENCE, Carlos Manuel Obregón, “los patrones hidrológicos han sido favorables en el último mes, por lo que hemos generado casi toda la electricidad sin recurrir a combustibles”. “Según nuestras proyecciones –agregó-, cerraremos 2016 con solo un 2% de producción térmica, lo que nos dará un soporte esencial para cumplir con el compromiso de estabilidad tarifaria”.
Otro análisis que plantea la comunicación del gobierno costarricense es la variabilidad aportada por la eólica, que “sigue como la tercera fuerza en participación”, y que “tuvo su punto alto en enero, y desde entonces ha decrecido, hasta que en junio cerró con el menor acumulado mensual de 2016”.
En tanto, “los patrones climáticos hicieron que en abril se empleara la mayor cantidad de combustibles para generación”, con cerca del 10% de la electricidad producida por plantas térmicas del ICE, “debido a la caída en las lluvias que afectó directamente a las hidroeléctricas”.