Hay varios estudios en curso que están investigando los apoyos que reciben las tecnologías energéticas en la UE. Es el caso del encargado por la Dirección General de Asuntos Económicos y Financieros (DG ECFIN) a PWC y Ecofys, para que investiguen el costo-eficacia de apoyar las nuevas formas de generación eléctrica en cinco estados de la UE; o del estudio realizado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) sobre subsidios a la energía en un número determinado de países. Sin embargo, aunque relevantes, estos estudios no cubren la totalidad de los países de la UE y son limitados en las medidas, subsidios e intervenciones que incluyen.
A estos estudios en marcha se suman otros dos publicados en los últimos años que cuantifican el valor de los subsidios que los combustibles fósiles reciben en Europa. Uno de ellos fue realizado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en 2011, siendo actualizado y ampliado en 2013; el Fondo Monetario Internacional realizó otro similar en 2013. Ambos cubren buena parte de los 28 estados de la UE y la Unión en general, pero, según la CE, tienen limitaciones. La primera es que sólo incluyen los combustibles fósiles (nada de nuclear ni renovables); además, son limitados en cuanto a las medidas gubernamentales y subsidios que incluyen. Por tanto, solo dejan ver una parte de la foto.
Retrato completo
Para ofrecer una imagen más integral, la Dirección General de Energía de la CE encargó un proyecto que aportara información sobre todos los costos de la energía, incluidos los externos, y que cuantificara la magnitud de las intervenciones públicas en el mercado energético de la UE 28. Eso es lo que ofrece “Energy subsidies and costs in the EU”, informe liderado por Ecofys. KPMG, Centre for Social and Economic Research (CASE) y CE Delft.
Teniendo en cuenta todas las subvenciones que reciben y el costo de las externalidades –como los daños a la salud humana, los efectos ambientales y el agotamiento de los recursos–, el informe pone en evidencia que las tecnologías fósiles y nucleares nos están costando bastante más que las energías renovables.
Incluso en un año especial para la energía fotovoltaica como 2012 (en el que alcanzó su pico de apoyo en la UE), tecnologías convencionales como la nuclear y el carbón recibieron casi el mismo dinero, si se tienen en cuenta las subvenciones históricas y que han sido determinantes para su maduración y producción actual.
El informe pone números a estos y otros datos que echan por tierra ideas preconcebidas y mensajes interesados. Estas son algunas de esas aportaciones:
• Desde 1970, la generación convencional de energía se ha beneficiado de subvenciones directas e indirectas muy importantes. De hecho, si se tienen en cuenta las subvenciones históricas, la nuclear es, de lejos, la que más dinero ha recibido en la UE: entre 1974 y 2007 recibió 68.295 M€. Una cifra significativamente mayor que la recibida por la eólica en ese mismo periodo (2.088 M€) o la solar (5.133 M€).
• El apoyo a la producción de electricidad con fuentes fósiles (carbón, gas, petróleo) fue del orden de 4.300 M€ en 2012 y el apoyo a la demanda de estos mismos combustibles sumó más de 30.000 M€.
• Los costes externos globales de todas las fuentes de energía representaron en torno a 200.000 M€ ese mismo año, con un margen de incertidumbre de entre 150.000 y los 310.000 M€, en función de cómo se valoren los impactos del cambio climático.
• El valor monetario de las intervenciones públicas en el sector de la energía (excluido el transporte) fue de 113.000 M€ en 2012 (el estudio ha identificado más de 700 intervenciones públicas). De esa cifra, 40.000 millones salieron de los bolsillos de los contribuyentes en forma de gravámenes.
• Las actuaciones monetarias relacionadas con la eficiencia energética sumaron 10.000 M€ en 2012. Al mismo tiempo, las vinculadas a la demanda de energía (que, al final, estimulan un mayor consumo) ascendieron a 30.000 M€ ese mismo año.
El informe, en inglés, se puede descargar pinchando aquí