Los últimos datos de la CE, junto con las estadísticas más recientes sobre energía utilizadas en actividades como la quema de gas y la producción de cemento, no dejan lugar a dudas: nada parece poner freno a las emisiones mundiales de CO2. Estados Unidos, pese a haberlas reducido en un 2% el año pasado, al igual que hizo Japón, sigue encabezando el ranking de emisiones por habitante, con nada menos que 17,3 toneladas per capita. En la Unión Europea, las emisiones cayeron un 3% –7,5 toneladas por habitante– lo que deja a la UE como tercer gran emisor mundial.
Estos datos han sido presentados hoy por el Joint Researh Centre de la Comisión Europea (EDGAR) y la agencia holandesa PBL (Netherlands Environmental Assessment el Agency) y están recogido en un informe –Trends in global co2 emissions– en el que se explica que las causas del descenso en las emisiones en la UE, Japón y Estados Unidos se encuentra en las débiles condiciones económicas, un invierno suave y el ahorro de energía, estimulado por los altos precios del petróleo. Pero a escala mundial siguen creciendo.
A día de hoy las emisiones de los países de la OCDE representan sólo un tercio de las emisiones globales de CO2; la misma proporción que las de China e India, cuyas emisiones aumentaron un 9% y un 6% respectivamente en 2011. El crecimiento económico de China condujo a un aumento significativo en el consumo de combustibles fósiles en el país, impulsado por la construcción y la expansión de las infraestructuras, con un incremento del consumo del carbón nacional de un 9,7%.
Por encima de la media
El informe también pone de relieve que ese 3% de aumento de las emisiones en 2011 está por encima del incremento medio anual de la última década, que fue del 2,7%, con una disminución en el año 2008 y un aumento del 5% en 2010. Los países que más contribuyen a esas 34.000 millones de toneladas de CO2 emitidas a nivel mundial el año pasado son: China (29%), Estados Unidos (16%), la Unión Europea (11%), India (6%), la Federación Rusa (5 %) y Japón (4%).
En España, las emisiones fueron de 300.000 toneladas en 2011, con una cuota de 6,4 toneladas por persona. Ello supone un incremento de un 29% respecto al CO2 que se emitía en 1990 y un 15% más en cuanto a lo que cada español emitía en aquel año. El compromiso español con Kioto es no aumentar las emisiones por encima del 15% respecto a 1990.
Se estima que ya hay acumuladas 420.000 millones de toneladas de CO2 emitidas entre los años 2000 y 2011 como consecuencia de las actividades humanas, incluida la deforestación. Los científicos advierten que para que las temperaturas no aumenten más de 2ºC respecto a los niveles preindustriales –el límite adoptado en las negociaciones climáticas de la ONU– es imprescindible que las emisiones de CO2 acumuladas en el periodo 2000-2050 no superen los 1.000-1.500 billones de toneladas. Si la actual tendencia mundial continua, este límite se superará en las próximas dos décadas.
Afortunadamente, dice la CE, esta tendencia está siendo mitigada por la expansión de las fuentes de energías renovables, en particular por la energía solar, la eólica y los biocombustibles. La cuota global de estas tecnologías está creciendo a una velocidad acelerada y se cuadruplicó desde 1992 hasta 2011. Potencialmente, esto representa alrededor de 8.000 millones de toneladas CO2 evitadas en 2011, una cifra cercana a las emisiones totales de CO2 de Alemania ese mismo año.