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Informe PWC

Las comunidades energéticas aumentan la confiabilidad y resistencia de todo el sistema

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Lo dice «El papel del consumidor y de la gestión de la demanda en la transición energética», informe que publicó ayer la Fundación Naturgy y que ha elaborado la consultora PWC. El documento, de más de 70 páginas, observa en las comunidades energéticas "múltiples beneficios, ya que pueden proporcionar flexibilidad y, cuando se conectan al sistema de energía principal, aumentan la confiabilidad y resistencia de todo el sistema". El informe, que recoge casos de éxito de comunidades energéticas, concluye que el autoconsumo, las baterías y los agregadores de demanda son herramientas con las que la ciudadanía puede acelerar la transición hacia un modelo energético más sano (descarbonizado) y más barato.
Las comunidades energéticas aumentan la confiabilidad y resistencia de todo el sistema

Flexibilidad. Es la clave: un sistema flexible que sea capaz de adaptarse a la variabilidad característica de las energías eólica y solar fotovoltaica. Porque no siempre sopla el viento cuando hace falta, y no siempre brilla el Sol cuando lo necesitamos. Según la Agencia Internacional de las Energías Renovables (International Renewable Energy Agency, Irena), la flexibilidad es "la capacidad de un sistema de energía para hacer frente a la variabilidad y la incertidumbre que introducen la energía solar y eólica en diferentes escalas de tiempo, desde el muy corto hasta el largo plazo, minimizando los vertidos de estas fuentes de energía renovable variable y suministrando de manera confiable toda la demanda de energía de los clientes”. Bueno, pues flexibilidad es lo que puede aportar el usuario final de la energía mediante su capacidad de gestionar su propia demanda. Lo dice «El papel del consumidor y de la gestión de la demanda en la transición energética», el informe que acaba de publicar la Fundación Naturgy y que ha elaborado la consultora PWC.

La transición en la que estamos inmersos presenta un reto principal, según Naturgy: cómo integrar "de manera absoluta" las energías renovables y otras tecnologías limpias en el sector energético al mismo tiempo que garantizamos la estabilidad de la red y el suministro energético. Y para ello la clave está en la flexibilidad. El informe identifica tres mecanismos principales con los que cuenta el usuario para ser un habilitador de esa flexibilidad: el autoconsumo, el almacenamiento y el agregador de la demanda. En el apartado de Conclusiones, el informe sintentiza el rol de cada una de esas herramientas en estos términos.

1 • Autoconsumo: el consumidor tiene la capacidad de generar su propia energía para reducir la demanda dependiente del parque de generación nacional. El autoconsumo no solo implica reducir la demanda de los consumidores sobre el sistema global, sino que permite que el excedente de energía se comparta con otros (a través de comunidades energéticas) o se vierta a la red contribuyendo también en la generación nacional;

2 • Almacenamiento: estos sistemas van a ser relevantes en el empoderamiento del consumidor y la gestión de su demanda -sostienen los autores del informe- ya que, por un lado, potencian el autoconsumo permitiendo almacenar los excedentes de la energía de origen renovable y, por otro lado, permiten el consumo de los servicios electrificados; y

3 • Gestor o agregador de la demanda: esta figura regulada está llamada a ser decisiva -dice el informe- para que el consumidor de un paso adelante a la hora de regular su consumo llevándose algún tipo de beneficio a cambio, desde simplemente conseguir ahorro en su factura eléctrica hasta el límite de participar de manera activa, a través de un tercero, en los mercados eléctricos.

A continuación, el informe de Naturgy-PWC incluye un interesante Glosario en el que define autoconsumo, autoconsumo colectivo, almacenamiento, agregador de la demanda, impuesto al Sol o capacidad de respaldo ("se entiende como la capacidad de una central eléctrica de arrancar y parar de forma ágil -flexibilidad-, y de estar siempre disponible en el caso de problemas en el sistema eléctrico -firmeza y disponibilidad- para contribuir a cumplir en todo momento la punta de demanda").

Comunidades energéticas
El informe señala que, en la actualidad, existen más de 4.000 proyectos comunitarios que proporcionan energía a través de comunidades energéticas, principalmente en Australia, Europa y Estados Unidos. En Europa -añade-, las comunidades energéticas se están desarrollando progresivamente, "pero destaca Alemania como el país con un mayor despliegue que el resto, según datos proporcionados por el informe de Joint Research Centre (JRC) titulado Energy communities: an overview of energy and social innovation". Según ese informe, en Alemania había en 2019 unas 1.750 iniciativas de comunidades energéticas; unas 700 en Dinamarca; alrededor de medio millar en los Países Bajos; más de 400 en el Reino Unido; unas 200 en Suecia; y 33 en España (Fuente: Joint Research Center y análisis de PWC).

"En España las comunidades energéticas -señalan los autores del informe- están menos desplegadas que en otros países europeos debido, especialmente, a la necesidad de un modelo regulatorio que las contemple y la aparición de los modelos de negocio que las hagan viables". Efectivamente en España aún no han sido traspuestas las directivas que recogen las figuras de comunidad de energía renovable y comunidad ciudadana de energía. Naturgy recoge en su informe cuatro territorios en los que el grado de desarrollo regulatorio-reglamentario de este tipo de comunidades está más avanzado. Son estos.

• Reino Unido cuenta con la estrategia Community Energy Strategy, que destaca la figura de la Community Energy incorporando aspectos como la acción colectiva con el objetivo de producir, comprar y gestionar energía. Esta estrategia, actualizada en 2015, establece también que los proyectos comunitarios que se realicen bajo este marco deberán hacer hincapié en la participación y control local, el liderazgo y el beneficio colectivo de los miembros o socios que constituyan dicha agrupación.

• Francia definió por primera vez la figura de Comunidad de Energía Renovable en la “Loi Énergie Climat”, una ley aprobada el 8 de noviembre de 2019 donde se definen los objetivos para la política climática y energética francesa. El artículo 40, concretamente, es el que establece su constitución y funcionamiento como entidad jurídica autónoma indicando también el tipo de participación, el control por parte de los miembros, las actividades que pueden desarrollar, etc.

• Alemania, por su parte, aunque no cuenta con una normativa oficial por parte del Gobierno, en 2013 se definió el término Bürgenergie que hace referencia a una nueva idea basada en un cambio energético hacia estructuras más descentralizadas a través de la aplicación de una serie de valores democráticos, sociales y ecológicos. Al mismo tiempo, se
caracteriza por asentarse sobre bases similares que las comunidades de energías renovables (recogidas en la Directiva 2018/2001).

• El estado de California, de forma previa a Europa, definió en 2008 las comunidades energéticas como “comunidades vanguardistas en las que la tecnología de energía renovable desempeña un papel principal a la hora de satisfacer la demanda de sus residentes, con la posibilidad de verter el exceso de energía a la red u a otra comunidad. Como mínimo esta comunidad tendrá que integrar modelos de transporte con vehículos avanzados, generación local de energía renovable, así como incorporar prácticas de vida sostenibles” a través del Laboratorio Nacional de Energía Renovable (National Renewable Energy Laboratory).

España va un paso por detrás, como se dijo, pero el Gobierno está trabajando en la trasposición de las Directivas y, además, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE, organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) acaba de abrir la ventanilla para que quienes quieran impulsar una comunidad energética puedan solicitar una ayuda: convocatoria Comunidades Energéticas -CE- Implementa: 40 millones de euros, para 40 proyectos piloto. El plazo de presentación de solicitudes quedó abierto el 1 de febrero y expira el 1 de marzo; la convocatoria quedará resuelta probablemente antes de verano.

El informe de PWC destaca dos casos de éxito en comunidad energética
Sunchain (Francia)
Se trata de un proyecto en el ámbito de las comunidades energéticas en el cual se ha creado un mercado de energía verde donde los productores venden directamente a los consumidores la energía de origen solar (peer to peer trading). Basándose en tecnologías blockchain e IoT, Sunchain gestiona los intercambios de energía dentro de las CCEE locales, reuniendo a productores, consumidores y prosumidores. Los datos de producción y consumo se registran mediante blockchain y, por medio de medidores inteligentes, se asigna energía a cada uno de los participantes. El objetivo es el de maximizar las ganancias para todos los participantes y obtener datos diarios del consumo para una mejor gestión de la electricidad, mientras se fomenta el uso de la energía solar entre los consumidores domésticos.

Ecopower (Bélgica)
Ecopower es una iniciativa que nació en los años 90 como un proyecto de cohousing en un antiguo molino de agua para invertir en las energías renovables y luchar contra la energía nuclear. Con el paso de los años, ha evolucionado sustancialmente hasta constituirse bajo la forma jurídica de cooperativa y, en la actualidad, cuenta con 60.000 socios que poseen capacidad de voto en la asamblea general que les regula. Esta cooperativa está basada en servicios como la producción renovable mediante soluciones fotovoltaicas, plantas minihidráulicas y plantas de cogeneración donde la energía se dedica al consumo de los usuarios (entorno residencial, pymes y administraciones públicas) y los excedentes se emplean para la carga de vehículos eléctricos y de baterías de la comunidad en lugar de venderlas al mercado. Para poder gestionar este ecosistema, cuentan con una aplicación web “Energie ID” donde se almacenan los datos de los usuarios de la comunidad para disponer de información de la producción, la demanda y del intercambio de energía entre los consumidores. A día de hoy, la cooperativa proporciona cerca del 1,64% de la electricidad doméstica de Flandes con 23 turbinas eólicas, 3 pequeñas instalaciones de energía hidráulica, 1 instalación de cogeneración y 322 instalaciones descentralizadas de fotovoltaica solar en cubiertas de escuelas, edificios públicos y hogares.

Y, por fin, el agregador
La figura del agregador independiente es el participante en el mercado que presta servicios de agregación y que no está relacionado con el suministrador del cliente, es decir, con la actividad de comercialización, siendo por lo tanto una figura independiente.

El objetivo final de la UE con la definición de esta figura y su marco operativo es el de permitir a los agregadores independientes realizar su función de intermediarios y así garantizar que el usuario final (industrial, comercial y doméstico) se beneficie adecuadamente de sus actividades.

La Unión Europea especifica que todos los grupos de usuarios deben tener acceso a los mercados de la electricidad para comercializar su flexibilidad y la electricidad autogenerada, o bien hacerlo de forma agregada a través de un agregador de la demanda.

Para ello, debe garantizar que los Estados miembro permitan y fomenten la participación de la respuesta a la demanda mediante agregación en los mercados de electricidad, imponiendo una serie de requisitos para asegurar los derechos y las obligaciones de los participantes (normas transparentes sobre las funciones y responsabilidades de dichos participantes, procedimientos no discriminatorios y transparentes para el intercambio de información entre ellos o la responsabilidad económica de los desvíos que causen en el sistema eléctrico) y una serie de derechos sobre el consumidor final (derecho a cambiar de suministrador, libertad para comprar y vender servicios de electricidad, derecho a recibir sus datos sobre la respuesta a la demanda…).

El agregador de demanda se va a ver altamente potenciado y beneficiado por las nuevas tecnologías y la digitalización, ya que le van a permitir agrupar diferentes agentes del sector en un mismo subsistema energético (consumidores, pequeños productores, prosumidores, baterías, puntos de recarga de vehículos eléctricos, etc.). Con estos agentes agrupados, el objetivo es el de agregar y combinar los múltiples consumos y producciones de electricidad para su compra-venta eficiente en el mercado de producción de energía eléctrica. Los agregadores establecen un acuerdo contractual con los consumidores y generalmente operan un gran número de recursos energéticos distribuidos de diferente tipo, o también pueden especializarse en un tipo particular de recurso, como pueden ser los sistemas de almacenamiento detrás del contador. Así, mediante las denominadas plantas eléctricas virtuales (VPP, por sus siglas en inglés), los agregadores pueden vender electricidad en los mercados eléctricos o proveer de servicios de flexibilidad al sistema.

El informe «El papel del consumidor y de la gestión de la demanda en la transición energética» destaca varios países en los que la figura del agregador de demanda "está regulada y algo más desarrollada que en España". Así, Francia, Reino Unido, Alemania, California.

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David
Es VERGONZANTE E INCREIBLE.... que ahora PWC y NATURGY nos digan las bondades y necesidades de las comunidades energéticas y del autoconsumo. ¿Que nos querrán vender esta vez?..... A la vista un nuevo gato por liebre!!!!!. Por favor futuros clientes o participantes de las mismas fijaros muy bien en quién esta detrás de los gestores que os van a venir en avalancha a ofreceros este nuevo maná. Y recordad mejor igual antes que poner el dinero en otros asuntos AHORRAR Y AISLAR MEJOR VUESTRAS CASAS.
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