La Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos de España (Cores) acaba de publicar su último boletín sobre Importaciones y Exportaciones de Gas Natural por Países, boletín-balance que corresponde al mes de junio y que cierra el primer semestre del año en curso. Pues bien, según los datos facilitados por la corporación de derecho público Cores (dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico), solo una nación ha suministrado más gas a España que Rusia en este primer semestre del año: Argelia (51.401 gigavatios hora). En total (sumados todos los suministros), las empresas energéticas españolas han importado en estos seis primeros meses del año más de doscientos mil gigavatios hora (204.709 GWh). Casi la mitad de ese volumen (más de 92.000 GWh) ha llegado desde esas dos naciones: Argelia y Rusia. De entre las grandes compañías eléctricas del mercado español, Endesa, que es la tercera con más potencia instalada (5.445 MW), no compra gas a Rusia: "nos proveemos -informa la compañía- de África, Oriente Medio y Estados Unidos, algo público que hemos dicho muchas veces".
[Bajo estas líneas, tablas con las importaciones correspondientes al primer semestre de los años 2022 y 2023. Fuente: Cores]
La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos publicó el pasado 14 de agosto la última actualización de víctimas de la guerra de Ucrania. Naciones Unidas ha registrado, desde que estallara el conflicto el 24 de febrero del año pasado, 26.384 víctimas civiles (casualties): 9.444 personas fallecidas (más de 500 menores, niños y niñas) y 16.940 personas heridas. Se trata de "casos individuales verificados". Naciones Unidas reconoce que los números reales son "considerablemente más elevados".
Qué es el gas natural
El gas es un combustible fósil cuya extracción, transporte y quema produce gases de efecto invernadero, desencadenantes de cambio climático (el metano es el componente fundamental del gas natural: el 97% del gas natural es metano).
El metano es un gas con un potencial de calentamiento global 86 veces superior al del CO2 en los primeros 20 años de vida (emitir un kilogramo de metano es equivalente a emitir 86 de CO2). Cada vez más investigaciones científicas demuestran que las fugas de metano no han estado bien contabilizadas y representan un problema climático mayor del que se creía.
El Grupo de expertos Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC son sus siglas en inglés) define las emisiones fugitivas como “la liberación intencional o no intencional de los gases de efecto invernadero durante la extracción, el procesamiento y la entrega de los combustibles fósiles al punto de utilización final”.
El informe Smoke and mirrors, de Bankwatch Network, publicado en enero de 2018, concluye que “los valores de emisiones fugitivas en más de la mitad de los escenarios están alrededor del umbral del 3% definido por la Agencia Internacional de la Energía, más allá del cual el gas fósil deja de ofrecer un beneficio climático en comparación con el carbón”.