La dependencia energética de España, país carente de materias primas como el petróleo o el gas, está veinte puntos por encima de la dependencia media de la Unión Europea. Y la única manera de que España se independice de los países productores de petróleo y gas es generando aquí (con fuentes renovables, y autóctonas) la energía que ahora mismo nos vemos obligados a importar. ¿Problema? El Ejecutivo Rajoy lleva cinco años legislando contra las renovables y ha sido capaz incluso de amenazar con el cobro de un impuesto al sol a todos aquellos que quieran autoconsumir energía solar. Así, a lo largo de los últimos años, la dependencia energética de España ha seguido siendo muy elevada, y ello se traduce en que, cada vez que los precios de las materias primas suben en los mercados internacionales, la economía española sufre enormemente (en España, alrededor del 20% de la electricidad es generada en centrales térmicas que queman gas natural y/o derivados del petróleo).
Ahora mismo, en el país, aproximadamente uno de cada tres kilovatios hora es generado por fuentes renovables
Y las fuentes limpias de energía (el sol, el viento, el agua) no están sometidas a los vaivenes de los mercados internacionales. Si en vez de generar en nuestras instalaciones solares fotovoltaicas (FV) solo el 3,02% de la electricidad (como hicimos el año pasado), generásemos más del doble, como sucede en Italia, las necesidades de gas natural serían menores y el efecto del incremento del precio del gas también sería menos grave. Si en vez de tener 4.425 megavatios de potencia FV instalada, tuviésemos 40.000, como sucede en Alemania, el efecto sería el mismo: menor necesidad de importar, o menor factura energética como país. Los muchos cambios normativos ejecutados por el Gobierno a lo largo de la última legislatura y el estrangulamiento del autoconsumo han impedido sin embargo que creciese el parque de generación renovable (o sea, la independencia energética) y han propiciado que un cambio de signo en los mercados internacionales se haya traducido en un fuerte encarecimiento de la electricidad.
Esas son dos de las causas del incremento del precio de la luz: los países que nos venden las materias primas (gas y petróleo) han percutido en sus productos una subida de precio; y, puertas adentro, el Ejecutivo Rajoy ha desincentivado la inversión en instalaciones renovables (y eso que, tal y como sucede en el caso del autoconsumo, esas instalaciones no necesitan -y no están pidiendo- subvención o ayuda alguna).
Pero hay más causas. Y la ausencia de lluvia y viento es una de ellas. Eso sí: ni es la más importante, ni siquiera es del todo cierta
Porque es mentira que en España (país de medio millón de kilómetros cuadrados) no haya soplado el viento a lo largo de estos días (ha bajado la producción eólica, sí, pero no ha parado, y en todo caso no ha bajado tanto como para justificar el enorme incremento del precio de la luz). Lo que sí es cierto es que en España hay menos potencia renovable (menos FV, menos eólica produciendo kilovatios hora limpios) de la que podría haber si el marco legislativo fuese más propicio. Y dícese marco legislativo (y no ayuda o subvención) porque ahora mismo hay inversores en la parrilla de salida que estarían ejecutando instalaciones si ese marco fuese de certidumbre. En todo caso, la pregunta es: ¿qué prefiere la ciudadanía: pagarle a potencias extranjeras -Argelia, Catar, Nigeria- una millonada cada vez que arrecia el frío (pagar además indefinidamente, pues España nunca va a tener gas) o costear, de manera transitoria, un marco regulatorio de fomento de las energías renovables (algunas de las cuales ni siquiera necesitan ya ayudas).
El parón nuclear tampoco es el gran motivo de la subida del precio de la luz
Esa es otra de las mentiras recurrentes que el Ejecutivo Rajoy y aledaños esgrime cada vez que pintan bastos. Y ahí están los operadores español y francés, Red Eléctrica de España y Réseau de transport d´électricité, para demostrar esa mentira año tras año. La interconexión con Francia es muy pequeña y por eso la electricidad que nos envía el vecino es muy poca. El año pasado, por ejemplo, los franceses nos enviaron 9.189 gigavatios hora, cuando la demanda registrada aquí fue de 250.266 gigas. ¿Conclusión? Solo el 3,67% de los kilovatios que usamos el año pasado en España llevaba la vitola de Made in Francia. Hay que tener en cuenta además que en Francia, sorprendentemente, también hay parques eólicos, instalaciones FV, pantanos, centrales térmicas que queman gas natural, centrales de carbón, etcétera, etc. O sea, que no toda la electricidad que nos llega del vecino es nuclear. Según el operador francés, aproximadamente una cuarta parte de la energía eléctrica que genera Francia salió el año pasado de centrales térmicas de gas, parques eólicos, instalaciones solares FV (de hecho, hay más potencia FV instalada en Francia que en España).
¿Conclusión?
En realidad, de los 9.189 gigas que nos envió Francia el año pasado, y habida cuenta del mix eléctrico francés (que es diverso, como el español), aproximadamente 2.300 procedían de instalaciones no nucleares. O sea, que solo unos 6.900 sí fueron de origen nuclear. Eso supone el 2,75% del total de la electricidad que usó España (250.266 gigavatios hora) en 2016. Como se ve, el peso de la nuclear francesa en el sistema eléctrico español es mínimo, por lo que no explica, ni puede explicar tampoco, el incremento brutal que ha experimentado el precio de la electricidad estos días. De hecho, durante los días en los que más cara ha estado la electricidad en este mes de enero, la producción nuclear francesa era idéntica a la producción nuclear francesa de enero del año pasado (incluso en algunos días de enero de 2017 ha sido algo superior a la registrada por el operador francés en los mismos días de enero de 2016, según Réseau de transport d´électricité). Por último, el Ministerio de Energía recuerda en su comunicado que "lo que estamos viviendo estos días no es una situación novedosa y que el comportamiento alcista de los precios de la electricidad es recurrente y se repite cada cierto tiempo". La pregunta es entonces... ¿para qué ha servido la reforma energética que ha ejecutado el Gobierno Rajoy o... para qué sirven las medidas ahora anunciadas?
Y, tras "revelar" las causas de la subida, el Ejecutivo anuncia medidas para paliarla
El Ministerio informa en su nota, por otra parte, que "ya ha llevado a cabo acciones para compensar la subida de los precios, como haber congelado la parte regulada del recibo de la luz en 2017". El Gobierno dice ahora que congela la parte regulada, pero lo cierto es que la congela (subida cero por ciento) tras haberla subido hasta más de un 100% en algunos tramos, algo que el Ejecutivo Rajoy hizo en el bienio 2013/2014, en los momentos más duros de la crisis y con precios del petróleo y gas bastante menos elevados. Además -continúa el Ministerio-, "el Gobierno ha decidido impulsar una serie de actuaciones para dinamizar este mercado [el del gas], mejorar su liquidez e incrementar la oferta". ¿Y no estaremos ahondando así en la dependencia energética? Porque España importa el 99% del gas natural que usa, según explicaba recientemente en Televisión Española Marta Margarit, la secretaria general de Sedigas, la patronal del sector. ¿Vamos a importar más gas, cuyo precio no controlamos, para bajar el precio de la electricidad?
Por último, el Ministerio de Energía concluye su nota diciendo que "supervisar los mercados corresponde a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia y, por eso, con fecha 30 de diciembre de 2016, el ministro Nadal remitió a su presidente una carta solicitando una investigación exhaustiva de ambos mercados". El comunicado fue difundido ayer por el Ministerio después de que el ministro Álvaro Nadal compareciera en el Congreso ante la Comisión de Energía, Turismo y Agenda Digital, comparecencia durante la que insistió en que la electricidad se ha encarecido por algunos de los motivos recogidos en la nota de prensa, por la subido del precio del petróleo y el gas y, sobre todo, por culpa de las energias renovables, que eran "inmaduras y carísimas" cuando fueron instaladas y que nos han dejado una hipoteca que tendremos que pagar durante décadas. En fin, el mismo discurso -exactamente el mismo- que empleó el Ejecutivo Rajoy durante la anterior legislatura, cuando contaba con una holgada mayoría absoluta.