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Las carreteras ofrecen miles de kilómetros de sol y viento para el despliegue renovable

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Aprovechar la superficie de las carreteras para generar energía renovable y convertir la red viaria en una suerte de aparato circulatorio para la energía eólica y solar es la propuesta que intenta explorar el libro de lectura gratuita "Energías renovables en redes viarias", escrito por el licenciado en ciencias físicas, Jose Antonio Molina, que defiende el despliegue masivo de paneles fotovoltaicos y aerogeneradores en los aledaños de la vías o sobre ellas. Según ha explicado el propio autor en un comunicado, la obra parte de la premisa de que "las carreteras son grandes infraestructuras artificiales que ocupan miles de kilómetros cuadrados sobre los que inciden el sol y el viento, recursos que pueden ser masivamente aprovechados" para "generar electricidad de origen renovable a gran escala evitando el gran problema de las megacentrales convencionales: la necesidad de enormes superficies". 
 Las carreteras ofrecen miles de kilómetros de sol y viento para el despliegue renovable

Así, asegura Molina, las regiones podrían apostar por su autonomía energética "sin renunciar a sus territorios ni al valor natural, agrícola, histórico o turístico de los mismos" y, además, "de este modo las propias carreteras podrían suministrar energía a la creciente flota de vehículos eléctricos, reduciendo la posibilidad de que el precio de la electricidad aumente debido a la demanda de este nuevo tráfico". De esta forma, "las redes viarias se convertirían en fuentes de electricidad limpia y distribuida que puede contribuir a la autosuficiencia energética de los territorios y a prepararlos para afrontar las crisis energéticas que se avecinan". Por ello, defiende el autor, "la decadencia o encarecimiento del petróleo y las inestabilidades geopolíticas nos obligan a adoptar medidas audaces para garantizar nuestro suministro energético antes de que los acontecimientos se precipiten y nos veamos, nosotros o nuestros hijos, en mitad de la escasez".

Estas y otras ventajas se discuten de modo cualitativo en este libro de más de 400 páginas a lo largo de 17 capítulos y más de 130 imágenes, dividido en cuatro partes. En la primera, el autor desgrana los argumentos que apoyan el proyecto de aprovechar masivamente el sol y el viento que incide sobre las carreteras abordando un asunto de plena actualidad: la transición hacia las energías renovables debe ser compatible con los actuales usos del suelo y ser sostenible por lo que, a ser posible, debe emplear espacios ya antropizados (como las carreteras).

En la segunda parte, Molina analiza las fuentes de energía primaria presentes en la carretera (el sol y el viento), mientras que en la tercera parte explora las tecnologías disponibles para su explotación y las posibilidades de integrarlas en las redes viarias sin perjudicar el uso de estas. En la cuarta y última parte, el autor ilustra con un caso práctico la potencia de los actuales sistemas de información geográfica para estimar los recursos de sol y viento presentes en redes viarias concretas y de ese modo evaluar la productividad y rentabilidad que tendría su aprovechamiento, sin necesidad de poner un pie en el terreno. Ello permite que las regiones puedan estimar de manera muy rápida y económica qué fracción de sus necesidades de energía podrían cubrirse si aprovecharan el sol y el viento de sus redes viarias.

El libro ha iniciado su publicación por entregas en la web del autor, por lo que podrá leerse libremente sin coste para los lectores, y también puede ser descargado en Amazon.

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Miguel
Los paneles fotovoltaicos en los laterales de una carretera o autovía se comportarían como cuchillas con consecuencias drásticas en caso de accidente, por no decir que un accidente causaría un daño tremendo a la instalación con elevado coste para repararlo. Hace muchos años que se fueron retirando los árboles que había al lado de las carreteras, entre otras cosas, para reducir las muertes por accidente. Después está el tema de la evacuación de la energía generada. Los parques fotovoltaicos se están construyendo cerca de las líneas de alta tensión para evacuar esa energía y así tener que construir las líneas de evacuación lo más cortas posibles, pues éstas tienen un coste muy alto. En una carretera, sería un parque longitudinal y el gasto en cableado sería muy alto. Respecto a los aerogeneradores, éstos se ponen donde hay recurso eólico, independientemente de que esté cerca o lejos de una carretera. No tiene ningún sentido poner aerogeneradores al lado de una carretera solo por estar al lado de una carretera. En las imágenes de marketing renovable queda muy bonito poner aerogeneradores donde uno quiere porque quedan bonitos para la imagen. La realidad es muy diferente.
LSL
Me parece una idea muy desafortunada. Los parques eólicos o fotovoltaicos son imprescindibles, pero es mejor alejarlos del paisaje que contemplan masivamente los seres humanos. Situarlos en lugares tan concurridos como las autopistas es obligar a millones de personas a contemplar diariamente esas construcciones durante horas y horas. Hay muchas cosas mejores para contemplar y los parques pueden hacer perfectamente su función algo alejados de la vista de las multitudes.
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