“Hoy podemos afirmar que Europa está dando respuestas a la altura del desafío del cambio climático”, ha dicho el eurodiputado socialista José Blanco, durante el Pleno. Blanco ha sido ponente del Parlamento Europeo para esta Directiva, que hoy ha pasado su último trámite, y tendrá que transponerse a las leyes y regulaciones nacionales antes del 30 de junio de 2021. “Es un gran acuerdo”, ha destacado el eurodiputado, “porque vamos a duplicar la actual tasa de renovables; aumentamos la seguridad jurídica y simplificamos los procedimientos administrativos, lo que es crucial para favorecer las inversiones; y elevamos la cuota de renovables en transporte o calefacción”, lo que va a tener impacto en la lucha contra la contaminación.
El eurodiputado ha destacado además que con esta Directiva, Europa ha situado a los ciudadanos “en el corazón de su política energética, al consagrar por primera vez el derecho al autoconsumo, a producir, consumir, almacenar y vender el excedente de energía producida; al apostar por extender los beneficios de las renovables a los ciudadanos más vulnerables, contribuyendo en la lucha contra la pobreza energética; y al impulsar medidas de transición energética justa, para que nadie quede abandonado a su suerte”.
Para José Blanco, la apuesta por las renovables significa “reforzar nuestra independencia energética”, y apostar “por la innovación, por la actividad económica, por el empleo de calidad en un sector donde Europa pone las bases para recuperar el liderazgo mundial”. El otro gran hito de la Directiva es, según el eurodiputado, el establecimiento de un objetivo vinculante del 32% en el uso de energías renovables para 2030 (revisable, solo al alza, en 2023).
Estas son las principales novedades de la Directiva, según el eurodiputado (ponente de esta Directiva) José Blanco
• establece un objetivo vinculante del 32% en el uso de energías renovables para 2030, e incluye una cláusula de revisión en 2023, para elevar el objetivo si se reducen sustancialmente los costes de producción de la energía renovable, y también, si es necesario por acuerdos internacionales derivados de la lucha contra el cambio climático.
• consagra el autoconsumo como un derecho. Prohíbe los cargos y tasas sobre la energía autoconsumida, con algunas excepciones limitadas previstas, consagrando además el derecho de remuneración por la electricidad renovable autogenerada vertida a la red.
• aporta seguridad y certidumbre a los inversores, simplifica los procedimientos administrativos a través de una ventanilla única y reduce los plazos de tramitación.
• aumenta la ambición para incrementar la cuota de renovables en el sector del transporte, así como en los sectores de calefacción y refrigeración.
• los biocombustibles de alto cambio indirecto en el uso de la tierra (ILUC) se eliminarán gradualmente de acuerdo a un proceso de certificación para los biocombustibles de bajo ILUC. Por primera vez se pone en marcha una estrategia consistente en esta materia.
• impulso a los biocombustibles avanzados, dejando de lado los alimentos y utilizando en su lugar materias como los residuos forestales o agrícolas. Todo esto contribuirá a un modelo de cero residuos.
• fondos adicionales de la Unión para facilitar la transición justa de las regiones dependientes del carbón hacia un mayor porcentaje de energías renovables.
• compromiso para alcanzar el objetivo de interconexión eléctrica del 15% para 2030, crucial para países como España, de manera que su potencial en producción renovable no se vea constreñido por la imposibilidad de exportar.