El trabajo, presentado en el marco del Congreso Nacional de Medio Ambiente (Conama 2018), que se celebra esta semana en Madrid, describe las oportunidades y desafíos para el empleo que se derivan de la transición energética, especialmente en sectores económicos determinantes, como la generación de electricidad, la automación y la construcción.
El estudio parte de las directrices de la OIT y se fundamenta en una veintena de entrevistas en profundidad a diversos actores clave: responsables de políticas energéticas, industriales y de empleo; dirigentes de organizaciones sindicales y empresariales y de empresas de los mismos sectores; responsables de servicios de empleo y de formación ocupacional, así como expertos en medio ambiente, desarrollo, economía social, transición energética y transición justa. Las entrevistas y la redacción del estudio han sido realizadas por la consultora ABAY Analistas.
Oportunidades para todos
Entre las oportunidades, el estudio destaca el impacto positivo que puede tener sobre la generación de actividad económica y empleo; el impulso y la dinamización que puede ejercer sobre la I+D+i, la competitividad empresarial y la igualdad de oportunidades; las potencialidades de la generación de energía distribuida y la oportunidad que la transición supone para los territorios con mayor desempleo.
La transición energética supone, además, una oportunidad para dinamizar el mundo rural. Por ejemplo, la biomasa y la valoración de recursos y productos (podas, etc) pueden ser una importante fuente de actividad y empleo si se apoya adecuadamente; el autoconsumo reducirá el coste energético de las explotaciones ganaderas y agrarias; y la generación de energía con fuentes renovables, además de crear empleo, complementa las rentas de los municipios.
Como parte de los desafíos se incide en los retos políticos, normativos y de carácter técnico; la reestructuración que va a afectar a determinadas actividades productivas; el acompañamiento que el sistema nacional de formación y cualificación debe hacer a las transformaciones industriales esperadas y la imprescindible diversificación de las zonas dependientes de las energías fósiles.
Acuerdo social
El informe se completa con una serie de recomendaciones de carácter general, elaboradas por un Consejo de Redacción, grupo de expertos ad hoc de distinta procedencia, que reclaman un liderazgo público que permita un amplio acuerdo social y anticipe escenarios predecibles y transparentes que se alineen con los compromisos internacionales derivados de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la agenda climática.
Estos expertos llaman a establecer un marco regulatorio estable, un enfoque fiscal armonizado con el de los demás países europeos y unas señales de mercado que faciliten las inversiones y la reorientación de la actividad económica y del consumo público y privado hacia un modelo bajo en carbono. Del mismo modo, señalan la importancia del diálogo social tripartito y cómo los sistemas de protección social deberán adecuarse a mitigar y proteger las situaciones de desempleo transicional que el cambio pudiera ocasionar, con especial atención hacia los sectores de empresas auxiliares en las que la recolocación es más difícil de operar que en las empresas principales, de las que se espera una corresponsabilidad en este proceso.
"Hay que ser audaces"
Conama 2018 fue inaugurado ayer por la ministra Teresa Ribera, donde estuvo estuvo acompañada por la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y el consejero de Medio Ambiente madrileño, Carlos Izquierdo. En su discurso de inauguración, la ministra de Transición Ecológica dijo que hay que ser audaces y no autolimitarse, e hizo un llamamiento a poner el conocimiento acumulado en los últimos años al servicio de detener el deterioro ambiental creciente.
En palabras de
Ribera, hay que actuar “relativamente deprisa” y de manera “conjunta” entre todas las administraciones y como sociedad en general para conseguir el desarrollo sostenible y la transición ecológica que se reclama desde el departamento que encabeza. La ministra ubrayó, no obstante, que la premura no tiene por qué llevar aparejada injusticia y otros efectos indeseados. Es muy importante “no dejar a nadie atrás” en el proceso, matizó, en referencia al necesario “carácter distributivo” y justo que ha de tener la transición.