En febrero de 2021, la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) ofreció una evaluación provisional en la que se concluía que los recortes de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) derivados de los nuevos compromisos asumidos por los gobiernos eran sólo marginalmente más ambiciosos que los de la anterior ronda de compromisos, presentada en 2015, y conducen a que, en realidad, las emisiones sean un 16% más altas en 2030 que en 2010.
Seis meses después, la última evaluación de la ONU muestra que los planes de recorte de emisiones presentados por 86 países más la UE27, permitirán que las emisiones disminuyan un 12% en 2030 en comparación con 2010. Pero es muy poco. Los expertos de la ONU advierten que estamos muy lejos del nivel de ambición necesario para evitar los peores resultados climáticos. Para tener una oportunidad razonable de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5º C o 2º C, el IPCC considera imprescindible reducir las emisiones globales en un 45% y un 25% respectivamente para 2030.
El nuevo análisis de la ONU se ha publicado justo antes de una serie de reuniones clave de la Asamblea General de Naciones Unidas, que comenzarán en Nueva York el próximo lunes, 20 de septiembre, y después de que el IPCC emitiera el mes pasado un "código rojo" para la humanidad en su informe más reciente.
"Los brutales impactos del cambio climático golpean a todos los rincones del mundo y deben impulsar a los líderes a actuar en la Asamblea General de la ONU la próxima semana. Este informe subraya el daño que los grandes emisores se infligen a sí mismos y al planeta al no cumplir con sus obligaciones bajo el Acuerdo de París. Ahora necesitamos que todos los países del G20 presenten planes más estrictos para la COP26 en línea con el 1,5C", ha declarado Laurence Tubiana , directora general de la Fundación Europea del Clima.
Los países del G20
Los países del G20 representan el 75% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero yson fundamentales para lograr la reducción necesaria. Hasta la fecha, Argentina, Canadá, la Unión Europea, el Reino Unido y los Estados Unidos han reforzado sus objetivos de reducción de emisiones para 2030, pero sólo el Reino Unido se acerca al 1,5º C, según otro informe también publicado esta semana, en este caso de Climate Action Tracker.
China, India, Arabia Saudí y Turquía (responsables colectivamente del 33% de los gases de efecto invernadero) aún no han presentado sus NDC actualizadas. Australia e Indonesia si lo han hecho, pero con objetivos de reducción de emisiones idénticos a los que ofrecieron en 2015, de acuerdo con Climate Analytics y Wolrd Resources Institute (WRI).
Los que van peor encaminados son, no obstante, Brasil, México y Rusia. Los dos primeros países han presentado planes que permitirían un aumento de las emisiones en comparación con sus objetivos anteriores. Rusia ha ido aún más lejos y ha presentando un objetivo que permitiría emisiones más altas que su trayectoria actual "business-as-usual".
En cuanto a Japón y Corea del Sur, se espera que presenten nuevos objetivos más estrictos antes de la COP26.
Para Helen Mountford, vicepresidenta de Clima y Economía del WRI, "La acción o inacción de los países del G20 determinará en gran medida que podamos evitar los impactos más peligrosos y costosos del cambio climático. Por eso es tan atroz que Brasil y México presenten objetivos de emisiones más débiles que los que presentaron hace cinco años, mientras que China -el mayor emisor del mundo- aún no se ha comprometido con un objetivo de reducción de emisiones para 2030 que esté en consonancia con su promesa de reducirlas a cero para 2060. Todos los países del G20 deben poner de su parte y presentar planes climáticos ambiciosos antes de la COP26. Y las naciones desarrolladas tienen la responsabilidad de financiar la acción climática en los países en desarrollo".
Christiana Figueres, cofundadora de Optimismo Global y ex Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, subraya, por su parte, que
"la primera responsabilidad de todos los gobiernos es proteger a sus ciudadanos: al adoptar el Acuerdo de París, esa es precisamente la promesa que 195 países hicieron a los pueblos del mundo. Ahora la ciencia grita a los cuatro vientos que es hora de aumentar las acciones en un orden de magnitud suficiente para el desafío. Eso significa políticas que sumen recortes del 50% en las emisiones globales para 2030, así como una acción decisiva para proteger y restaurar la naturaleza".
"Esto requiere una transformación, no una repetición. Todas las demás cuestiones geopolíticas se desvanecerán en la irrelevancia si no estamos a la altura del reto existencial que supone el cambio climático. La COP26 está a punto de llegar y todavía hay tiempo para que los gobiernos contribuyan más a las soluciones necesarias", concluye Figueres.
S
