Incluir, como propone la Comisión Europea, la energía nuclear y el gas dentro de las opciones verdes siembra dudas sobre una transición renovable que está siendo positiva medioambiental y económicamente para España y para Europa, explican desde APPA. La asociación considera, además, que el momento para este cambio es especialmente crítico para nuestro país: "en los dos últimos años la nueva potencia renovable conectada a red ha disminuido en un 45%, alejándonos de la senda que nos llevaría a alcanzar las metas marcadas en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para 2030".
Por todo ello, la asociación "apoya y aplaude la posición de la vicepresidenta Teresa Ribera de oponerse a una propuesta que, de llevarse a la práctica, ralentizará aún más el cambio hacia unas energías que han alcanzado su competitividad económica y son la única opción para alcanzar un modelo energético más sostenible y basado en recursos propios, tanto a nivel nacional como europeo", añaden.
Mensaje nefasto
En cuanto al momento en que se produce la propuesta, APPA mantiene que "no podría ser peor para nuestros intereses". España ha disminuido en el período 2019-2021 su incorporación renovable conectada a red (excluyendo el autoconsumo) en un 45%: de 6.451 MW en 2019 a 3.558 MW en 2021.
La explicación del porqué de este descenso la ofrece a ER José María González Moya: “En la actualidad hay dos vías principales de financiación de los proyectos, las que se apoyan en la adjudicación de potencia en una subasta y las que lo hacen en un PPA firmado con un cliente, comercializadora o bajo riesgo "merchant". El récord de 2019 se debió al efecto de las subastas de 2016 y 2017, sin embargo hasta el año 2021 no hemos vuelto a tener subastas y estamos a la espera de que se vaya conectando la potencia otorgada el año pasado, por lo que todos los proyectos que se han conectado desde 2020 lo hacen gracias a la firma de PPAs o con riesgo de mercado (los menos), figuras que debemos proteger y garantizar su estabilidad", explica el director general de APPA Renovables.
"Es necesario que volvamos a contar con subastas, en las que ya está trabajando el Ministerio, y que estas busquen un mix renovable equilibrado. Si volvemos a sumar los efectos de ambas vías: subastas y proyectos a mercado, podremos retomar la senda que nos lleve a los objetivos de 2030”, añde.
Lejos de la buena senda
De momento, esta disminución nos aleja de la senda que necesitamos para alcanzar los objetivos y el cambio en la taxonomía europea supondría un nuevo varapalo para las inversiones del sector en un momento clave para impulsar la industria renovable nacional, según el análisis de la aosición más veterana del sector renovable.
"Incluir la energía nuclear y el gas dentro de las inversiones sostenibles manda un mensaje nefasto a empresas, ciudadanos y gobiernos" y podría llevar a ciudadanos y empresas, que demandan energía renovable al identificarla como verdaderamente sostenible, a cambiar esta percepción", explican. "Que nuclear y gas deban convivir con las energías renovables durante la transición energética y sean necesarias durante los próximos años no justifica, en modo alguno, que se pongan al mismo nivel que las energías renovables, tanto por razones medioambientales como de seguridad de suministro. La vulnerabilidad que supone para nuestra economía depender de terceros países para nuestro suministro energético ha quedado clara en los últimos meses".
En definitiva, APPA Renovables suma su voz a todas las demás asociaciones y organismos que exigen a las autoridades europeas mantener la diferenciación entre las energías renovables y estas tecnologías dentro de la taxonomía europea.