Ecologistas en Acción denuncia que Europa sigue proyectando grandes infraestructuras gasísticas a pesar de la bajada del consumo de gas y de la baja utilización de las infraestructuras existentes. "Este impulso -explican los ecologistas- lleva el nombre de la Unión de la Energía, la estrategia europea que finalmente concentra todos sus esfuerzos e intereses en promover el gas para la seguridad energética, una seguridad que genera inseguridades porque la deja en manos de un combustible fósil finito, contaminante e importado". Según los convocantes de esta jornada, "abordar el impulso del gas natural significa desenmascarar su impacto climático y ambiental, entender el papel de los lobbies, las dependencias a ambos lados de la relación gasística y los intereses geopolíticos, económicos y financieros".
El lenguaje
Los ecologistas animan también a "analizar qué hay tras la retórica oficial que utiliza de manera interesada palabras como seguridad, dependencia y diversificación para allanar el terreno al desarrollo del gas natural, sus infraestructuras, sus mercados y su lógica extractiva".
El dinero... público
Los convocantes del acto explican que "el despliegue de la Unión de la Energía viene respaldado por dinero y garantías públicas a través de bancos públicos europeos y fondos especialmente preparados para ello". Además, estamos tratando siempre de " grandes infraestructuras con grandes inversiones y grandes corporaciones promotoras".
España
En el caso del Estado español -explican desde Ecologistas en Acción-, por una parte se percibe "una clara caída del consumo de gas pese a mantenerse como segunda fuente primaria de energía", mientras que, por otra, sufrimos "un sobredimensionamiento que acaba repercutiendo en las facturas de las personas usuarias".
Casos como los del almacén Castor, la regasificadora del Musel o el gasoducto MidCat -apunta Ecologistas en Acción- muestran cómo la planificación gasista fue, en el mejor de los casos, errónea.
Ecologistas en Acción alerta
"En definitiva -apuntan desde Ecologistas-, la promoción del gas a gran escala tiene poco de gas y mucho de otras cosas". Según los convocantes del acto, la geopolítica condiciona qué relaciones internacionales son más idóneas y cuáles no: "lo económico y financiero se entrelaza con lo geopolítico para acabar determinando donde y de qué manera se proyectan las infraestructuras y las consiguientes relaciones comerciales; todo bajo una lógica extractiva que utiliza el gas como vehículo para aumentar su capacidad de control y acumulación".
Mañana, en la Oficina del Parlamento Europea en Madrid, a partir de las 16.30 horas, una docena de expertos disertarán sobre los límites biofísicos, el pico del gas, el cambio climático, los regímenes autoritarios de muchos de los países que exportan gas natural y la transferencia de deudas a la ciudadanía; pero también de las alternativas, de cómo construir "redes de personas y organizaciones" que sigan analizando críticamente todo lo que rodea al gas, de cómo articular redes "que tengan capacidad de sensibilización e incidencia política, que puedan denunciar la situación en las instituciones promotoras y que creen relatos alternativos al oficial, apuntando a una transformación energética".
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