Europa puede convertirse en el primer continente climáticamente neutro, ya que el sector eléctrico continental tiene potencial para alcanzar la soberanía energética y la generación de electricidad libre de recursos fósiles en 2030. Sin embargo, para lograr esta autosuficiencia basada en energías renovables Europa necesita más inversiones y un marco legislativo adecuado, ya que el ratio de crecimiento de las energías renovables de las que el continente ya dispone ha sido demasiado bajo para cumplir los objetivos, según los autores del informe.
Agenda de inversiones en renovables
El documento subraya que al aprovechar los recursos energéticos complementarios de Europa junto con una red eléctrica consolidada, el sistema energético podría liberarse de las importaciones de gas y petróleo y de la dependencia de naciones volátiles. Los autores cuantifican el coste de alcanzar este objetivo: serían necesarias inversiones en soluciones energéticas respetuosas con el clima de 140.000 millones de euros al año hasta 2030 y de 100.000 millones de euros anuales de aquí a 2040. Para ponerlo en contexto, Europa ha gastado 792.000 millones de euros para proteger a los consumidores de los efectos de la invasión rusa de Ucrania en 2022, que provocó temores sobre la seguridad energética y un repunte de los precios.
Obstáculos para la penetración renovable
El crecimiento que se ha dado hasta ahora de las energías renovables ha sido notable, pero sigue siendo demasiado bajo para alcanzar la soberanía energética o el Net Zero en la próxima década. Entre los principales obstáculos que hay que superar se encuentran la carencia de capacidad suficiente para el almacenamiento de energía, la falta de infraestructuras de red necesarias y el uso insuficiente de las fuentes de energía renovables. Es importante comprender que las distintas regiones de Europa pueden ofrecer diversos recursos, pero que estos deben estar adecuadamente interconectados.
Prof. Dr mult. Hans Joachim Schellnhuber, director Emérito del PIK y miembro del Consejo Asesor de Aquila Group: "La soberanía energética es sólo el primer paso. Para lograr la plena neutralidad de carbono, hay que tener en cuenta la demanda de calor y la necesaria electrificación de la industria. Además de la explotación de la energía eólica y solar, los recursos geotérmicos pueden cubrir las brechas en estos campos."
El Prof. Dr. Jürgen Kropp, coordinador del estudio: "La creación de infraestructuras energéticas locales impulsaría los mercados europeos y fortalecería las economías locales. Pero para ello son necesarias normas de aplicación pragmáticas y eficientes".
Roman Rosslenbroich, cofundador y CEO de Aquila Group: "El estudio revela que Europa dispone de los recursos necesarios para alcanzar la soberanía energética mediante una red consolidada que aproveche los recursos europeos complementarios. Este sistema unificado no sólo mejoraría la competitividad global de Europa con una de las bases de costes energéticos más bajas del mundo, sino que también fortalecería a la UE, tanto social como políticamente. Con inversiones en soluciones energéticas limpias, Europa puede producir energía a precios competitivos, ofreciendo ahorros significativos en comparación con las infraestructuras energéticas tradicionales, al tiempo que hace frente al cambio climático. Las conclusiones de este estudio, basadas en una investigación rigurosa, demuestran el potencial transformador de las energías renovables para el futuro de Europa."
Además de los investigadores del Instituto Potsdam de Investigación del Impacto Climático (PIK), en la elaboración del informe también colaboraron académicos de otros seis reputados institutos: Bauhaus Earth (BE), Instituto Fraunhofer de Sistemas de Energía Solar (FhG-ISE), Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW), Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA), Centro de Investigación de Física Atmosférica y Climatología (Academia de Atenas) y Universidad Técnica de Berlín (TUB).
Aquila Group encargó el informe porque le preocupa que pueda perderse la oportunidad de crear un sistema europeo integrado de energía limpia basado íntegramente en recursos renovables si no se toman medidas de forma inmediata. Un sistema así reduciría los costes energéticos para los consumidores, disminuiría la vulnerabilidad en tiempos de tensión geopolítica y aumentaría la competitividad de Europa a nivel mundial. Por este motivo, los autores instan a los políticos de todo el continente a desarrollar una "voluntad común" para alcanzar la soberanía energética mediante una expansión masiva pero asequible de las energías renovables, en particular de la eólica y la solar.