Según el análisis que la Fundación Renovables (FeR) ha realizado del Balance Energético 2010, recientemente presentado, “este crecimiento de las energías limpias y autóctonas va unido a un esfuerzo de investigación y desarrollo tecnológico tanto de las empresas como del Operador del Sistema, REE, que ha hecho posible que la integración de las renovables en la red sea ya una realidad y que todo lo que apenas hace cinco años se decía que era imposible se haya demostrado como factible”.
Para las renovables, añade la Fundación, “no hay objetivos imposibles”, como demuestra “el amplio margen de evolución tecnológica y de reducción de costes, junto a la mayor velocidad de cambio y de rápida aplicación” de estas fuentes.
FeR subraya que en el Balance Energético 2010 se pueden constatar los principales beneficios de una mayor participación de renovables: se han reducido las emisiones de CO2 un 20% y ha disminuido la dependencia energética en 3 puntos. Ello demuestra, según la Fundación, “ que las renovables son el instrumento más eficaz para reducir las importaciones de gas y petróleo y para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones contaminantes”.
Controlar el consumo de energía
Como aspecto negativo la Fundación destaca que el Balance Energético constata que la intensidad energética se ha incrementado un 2,4%, lo que significa que el consumo de energía sigue desacoplado con respecto al crecimiento del PIB. En opinión de FeR, esto se debe “a una política regulatoria que no presta atención ninguna al ahorro y unas compañías distribuidoras que siguen compitiendo exclusivamente por la mayor facturación y consumo de sus clientes y no por el ahorro. La gestión de la demanda está desaparecida en la política energética”.
La Fundación lamenta que “los ataques a las renovables no han dejado de agravarse hasta el día de hoy, a pesar de que la regulación ha ido recortando las ayudas y los objetivos a las renovables y, de la misma manera, incrementando las subvenciones y los objetivos al carbón, a los ciclos combinados y más recientemente a la nuclear”.
Asimismo, llama la atención sobre la contradicción que supone que en el Balance, a la vez que se reconocen los beneficios de las renovables, se pone el freno a sus objetivos que se rebajan del 22,7% de consumo final en 2020, como se había comunicado a la Comisión Europea, al 20,8% aprobado en el Congreso de los Diputados. “Lo grave –señala la Fundación Renovables– de este freno es que se deja a todas las tecnologías solares, a la eólica marina, la biomasa y la geotermia, reducidas a la mínima expresión y con un crecimiento tendencial y casi vegetativo hasta 2020 y una incertidumbre regulatoria total a partir de 2012”.
La Fundación Renovables vuelve a defender el desarrollo de más renovables como mejor instrumento para cambiar el patrón de crecimiento de la economía española por su mayor aportación de innovación tecnológica y eficiencia en nuestro aparato productivo y por constituir una nueva especialización productiva con impactos positivos en la competitividad, en el empleo y en el desarrollo regional y local.
En este sentido, propone objetivos de renovables, de ahorro de energía y de reducción de emisiones mucho más elevados. “Del 20+20+20, se debe pasar al 30+30+30 en el 2020 si de verdad queremos alcanzar el objetivo coherente de una economía moderna con una política energética moderna”. FeR recuerda que “los países más avanzados y con los que compite nuestra economía, están duplicando con la crisis los objetivos de sus tecnologías renovables. Frenarlos aquí supone una incoherencia que en términos de costes económicos nos acerca a una futura crisis energética que sólo se puede evitar abandonando la dependencia de los combustibles fósiles y de la energía nuclear”.
En ese camino la Fundación Renovables vuelve a reivindicar la transposición urgente de las directivas europeas de renovables y de eficiencia energética de edificios.
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